Las manzanas de Adam

No soy amante de las películas de humor negrísimo, extremadamente ácido, con algún toque sangriento, y donde cualquier tema da para hacer un chiste. Ejemplo, no me llevo bien con Alex de la Iglesia, entre tantos otros cultores de ese género. Aunque aquí tengo que reconocer que salvando esos momentos, me encontré con un film interesante, muy original y profundo en su mirada. Y también me reí, a veces con horror. A Mads Mikkelsen (Ivan) lo tenía visto -muy buen actor fetiche de Susanne Bier- pero creo que no conocía a Ulrich Thomsen (Adam): excelente, muy bien en la piel de ese neonazi obcecado y gélido, cuya única obsesión es acabar con la fe delirante del párroco (una especie de Flanders nórdico, como alguien dijo aquí). Tip para argentinos: este Thomsen me hizo acordar mucho a Carlos Belloso, tanto físicamente como en lo actoral.

Es curioso cuánto nos parecemos a metáforas, del tipo que sean. Tiene varios mensajes esta película. Por lo cual, quizá admita más de una revisión y si así lo fuera, esta reseña sería toda una impertinencia. No me caracteriza la pertinencia ergo voy a soltarme a pensar brevemente en esta cinta.
Siempre concebí a los hombres como posibles, de casi cualquier cosa, como posibilidad de lo impensado aun. Algunas lecturas y estudios a lo largo de mi corta vida me sugieren que esto que yo anunciaba inocentemente con lo posible, cuadraba fácilmente en una noción de voluntad. Filosóficamente, es la voluntad la expresión de los hombres. Aun deambulo considerando y reconsiderando detalles. No me gusta creerme todo lo que leo.
¿Qué sucedía en este mundo cerrado? ¿Qué sucede, en tanto y en cuanto sucede algo, con estos personajes tan diversos?
Una sola palabra, una solita. Un acto mínimo, quizá casi imperceptible, pueden destorcer al mundo, al mundillo en el cual nos encontremos. Un soplo fugaz de existencia puede aniquilar una voluntad y re-crear una voluntad nueva.
¿Quién es el malo? ¿Quién es el bueno? ¿Quién el ladrón? ¿Quién la inmoral? ¿Quién el terrorista?
Rótulos, rótulos y más rótulos que no reflejas ni remotamente la complejidad de la mente humana, de la voluntad, del devenir del mundo, ni de nada.
La escena final es enorme, es trituradora, aun sonrío.
Notable película.

http://lafiligranadelpensar.blogspot.com.ar

Adam (Ulrich Thomsen) es un neo nazi que es enviado a una iglesia en una zona rural para cumplir trabajo comunitario, en ella lo recibe el ministro Ivan (Mads Mikkelsen), un hombre pasivo, sacrificado en su trabajo, fiel sirviente de Dios y seguro de su misión de cambiar la vida de las personas.

Ivan le impone de tarea a Adam el hacer un pastel de manzana con los frutos que da el árbol que se sitúa al frente del templo, a raíz de ciertas circunstancias comienza a entretejerse una maraña de situaciones que da como resultado que el ministro piense que el demonio está decidido a evitar que Adam cocine.

Adams æbler es un film muy interesante, tenemos a dos personajes que son antagonistas entre sí, pero que llegan a complementarse, hasta llegar a un punto en que nos cuestionemos lo que ambos pregonan y sobre la lucha con los demonios internos que cada uno carga, entonces salta la duda de quién es el “bueno” y quién es el “malo” del relato.

La verdad es tremendo ver la descomposición que lleva el personaje de Ivan, tanto en lo físico como en lo emocional y lo mismo para Adam, de una forma un tanto menos agresiva, pero que al final se da. Lo que vemos es la lucha del bien y el mal, dentro de una visión bastante curiosa de parte de Jensen.

Una película graciosa la mayor parte del tiempo, pero que no deja de lado ese tono oscuro y de comedia negra que lleva consigo, las actuaciones del elenco son muy buenas, en especial ese duelo entre los protagonistas, Mikkelsen genial mostrando los multifacético que es, buen film.

Aviso para navegantes:

1) Los primeros quince, veinte minutos son lentos de cojones, no tanto en cuanto a las escenas, sino en el hecho de establecer la historia. Uno veía ya que se venía el tedio padre.

2) Aquellos fans acérrimos de Nikolaj Lie Kaas (si es que hay alguno en España) que sepan que el actor es tremendamente secundario en la cinta, sale en cuatro escenas contadas y con una aportación mínima.

3) El filme coge ritmo hacia la mitad de la cinta.

4) Hay una constante alusión a Soren Kierkegaard. Lo cuál es de agradecer.

Dicho lo cuál, el filme tiene un amo y señor. Y ese es Mads Mikkelsen. El prota es Thomsen, pero está ahí para dar la réplica al maravilloso actor danés y a su personaje, una rareza de pastor que conforme avanza el filme, se va descubriendo como un personaje extravagante, doloroso, por el que uno siente asco y al mismo tiempo pena y que es TREMENDAMENTE INUSUAL. Que además irá marcando el destino de la trama y tiene una gran influencia en los otros personajes.

¿Entre medias? Una trama de neonazismo directa, ciertas escenas bastante cómicas (lo de las pistolas), un juego entre el bien y el mal que sorprende y un trabajado compendio de personajes que están entre la pena y el asco.

Y todo de la pluma de Anders Thomas Jensen, que como de costumbre está sembrado y hace una película con cierto aire filosófico sin perder el sentido del humor tan característico.

Muy recomendable aunque hay que tener paciencia. Ah y pocas veces he visto a Mikkelsen mejor que aquí.

Muy interesante obra sobre la fe, el sufrimiento y la negación de la realidad. Considerando los temas tocados, la trama no es 100% convincente, al utilizar una dirección que desinfla un poco el dramatismo dándole un matiz cómico en algunas ocasiones, lo cual es en parte positivo pues hace que la historia se desarrolle de una forma amena y disfrutable por un lado, pero suavizada y poco intensa por el otro. El planteamiento inicial propone un drama crudo, dando lugar después a situaciones que desconciertan por su desmesura o desarrollo abrupto y con toques de un ligero humor negro, contrastando con lo triste y dramático de ciertos momentos, resultando en una obra equilibrada, digerible, agradable, simpática y que llama a la reflexión.

El guión es en general sólido con algunas debilidades en situaciones que si bien siguen el tono de la trama y están bien logradas, no son absolutamente realistas, aunque es evidente que el hiperrealismo no es la intención del director. Es de destacar también las actuaciones protagónicas, las cuales son 100% creíbles y son sin duda el mejor aspecto de la película.