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Las manzanas de Adam

Comedia Adam, un neo Nazi, es enviado en servicio de comunidad a la casa del párroco. Allí, el ministro Ivan da a Adam la tarea de cocinar un pastel de manzana con las manzanas del árbol que crece enfrente de la iglesia. Mientras tanto pájaros, gusanos y rayos atacan a las manzanas. Ivan cree que el demonio los está examinando. Adam cree que es Dios, porque quizá el malvado no existe del todo. (FILMAFFINITY)
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Críticas 13
Críticas ordenadas por utilidad
27 de julio de 2008
49 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película aborda un tema central en el pensamiento del filósofo danés Kierkegaard, también tratado alguna vez por Dreyer ("Ordet"): la naturaleza irracional de la fe.
Es tema que puede resultar austero, abstracto.
Por ello el director Anders T. Jensen acierta al evitar especulaciones teológicas y relatar la historia con aire de cuento sencillo, popular y tradicional, al estilo de Hans Christian Andersen (elementos sobrenaturales incluidos); como un apólogo o ejemplo; como una de esas eficaces y a menudo tremendas narraciones bíblicas, con unos pocos personajes que se mueven por un escenario esquemático.

El reverendo Iván, un par de reclusos que Instituciones Penitenciarias le envían por acuerdo social, una iglesia de pueblo con un manzano delante, una clínica cercana adonde la acción se desplaza alguna vez; el nuevo recluso, el energúmeno neonazi Adam, cuya vocación es destruir a los demás, una biblia que siempre que cae al suelo queda abierta por el Libro de Job…
Job sufrió un aluvión de desgracias, sin él entender por qué: no sabía que su aguante era objeto de una apuesta entre Yaveh y Satán.

La vida del pastor Iván se mueve entre desgracias demoledoras, bordea precipicios. Tragedias que hundirían para siempre al más pintado son para él anécdota, mero desafío a su apasionada opción existencial.
El neonazi sólo piensa en empujarle: si romper a cabezazos y patadas la cara a alguien no basta, entonces hay que buscar el modo de romperle el alma.
Una forma de relacionarse con los demás, por costumbre.

La tarea de cocinar un pastel de manzana se convierte en partida entre el bien y el mal, contienda entre fuerzas que van entrando en escena y generando acontecimientos tragicómicos.

Otro gran acierto de A. T. Jensen es prescindir del casting: escribir el guión pensando ya en actores que aceptan con entusiasmo y responden con excelente rendimiento.

El personaje del pastor, de perfil cada vez más quijotesco en su progresiva desfiguración, interpretado con hondura espectacular por Mads Mikkelsen, se agiganta. Dedicado a cadáveres; a devolver, con fe que mueve cordilleras, la vida a cadáveres espirituales, incluido él mismo.
Ulrich Thomsen crea para el neonazi un extenso repertorio de gestos mínimos, desde el parpadeo a la crispación de la boca o al tenso orientar la mirada, y retrata de forma escalofriante el abismo mental del cabeza-rapada.
Memorables ambos.

Temas clásicos del cine danés son sintetizados con las actuales corrientes por la película.
La suma de aciertos termina llenándola de valor duradero: queda recia y rotunda, con ráfagas de áspero humor negro, una alternativa vigorosa a la solemnidad.
Hasta unos paisajes de campos y cielos con apariencia de postal o una canción de los Bee Gees terminan cobrando trascendencia:
How deep is your love?

(8,5)
Archilupo
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17 de julio de 2007
26 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
A pesar de su complejo e inquietante contenido, una de las mejores y más sencillas películas que he tenido el placer de ver en los últimos tiempos.-

Una película moral, que invita a reflexionar sobre el bien y el mal, sobre la fe, sobre la capacidad de redención...- Un guión original, actuaciones increíbles y un talentoso director hacen de ésta una pequeña gran obra altamente recomendable.-
freddy
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5 de agosto de 2007
21 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Las manzanas de Adam" es un film que mezcla inteligentemente humor negro y dósis de reflexión espiritual. El cine nórdico siempre ha sido muy propenso a la introspección psicológica, a darle vueltas y más vueltas a los terrenos de la fe. Pero pocas veces nos hemos encontrado con estos puntos de vista, el tono cómico siempre ha sido más despreciado que el género dramático en éstas y en casi todas las ocasiones. Por eso, "Adams Aebler" es un film arriesgado que salta de la comedia más inesperada, brusca o sutil al dramatismo. Va por la cuerda floja englobando en su historia muchos puntos débiles de la sociedad actual, un neonazi, un arabe, un niño paralítico, un cura enfermo de cáncer que sufre crisis de fe... Son todos ellos temas habituales de películas muy densas y cuando se han llevado a la comedia muchas veces han caido en la desfachatez, en el facilismo provocador. Jensen en cambio, construye un film respetuoso, de lento pero efectivo progreso abierto a muchas lecturas durante y tras el visionado. Por todo ello "Las manzanas de Adam" es una película recomendable, distinta, un soplo de aire fresco desde Dinamarca.
Vargtimmen
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3 de julio de 2008
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película perfecta para carenciales estados de ánimo, ausencia de sentido vital y demás afecciones del espíritu. Tierno y ácido guión en manos de unos brillantes actores -habituales en la cinematografía del país- cuyo mayor logro es el de transmitir mucho con muy poco, un mérito nada desdeñable.

La película habla de la historia de JOB y, en el fondo, acaba siendo una versión cinematográfica del libro bíblico. Muy danés ese existencialismo (patria de KIERKEGAARD) como muy danesas son las dosis de sarcasmo, de dudoso humor en algunos momentos. Con todo, sabroso bocado el de estas manzanas.
trivijuan
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15 de abril de 2010
12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
En los tiempos que corren, recurrir a un modo narrativo tan anacrónico como la parábola bíblica, podría ser motivo de sorpresa si no fuese porque la banderita de esta película corresponde a la nación que vio nacer a Dreyer y a Lars Von Trier. Quizás la sorpresa deviene más del hecho de que, al contrario que Von Trier, Jensen no utiliza el simbolismo como incendio, sino como lento fluir del alma (algo que ya no se lleva). Ante los ojos de la mayoría, "Las manzanas de Adam" carece de provocación: pero para los interesados en las disgresiones y paradojas del sustrato teológico, esta perversa vuelta de tuerca a la parábola del pobre Job proporciona mucho más sustancia por ejemplo, que el vacío exabrupto de películas como "Antichrist", en las que lo único espiritual en realidad no pasa del título.

La película tiene rasgos psicológicos, religiosos y fantásticos, de modo que lo mismo se puede ver como un caso psiquiátrico (el autoengaño de Ivan ante los horribles sucesos de su existencia), como una historia en la que se da el nombre de Dios y Satán a unas fuerzas misteriosas que operan sin nuestro conocimiento o como lo dicho, una parábola moderna en la que los símbolos se anteponen a los acontecimientos.

Todos los elementos que en difícil equilibrio se ensamblan en la historia podrían haber sido incompatibles si no fuese por la convincente labor del dúo protagonista. Ulrich Thomsen plasma a la perfección la parte del diablo, pero el bello Mads Mikkelsen está para pedirle en matrimonio, actorazo con todas las letras al servicio de un personaje a la altura de su talento: el padre Ivan, esa paradoja viviente. Un hombre que no mira, pero sin embargo, ve.

El final me deja un sabor agridulce...quizás me esperase algo más retorcido y en cambio se me antoja una resolución fácil que no está al mismo nivel del resto de la propuesta. Pero igualmente "Las manzanas de Adam" es una película...afortunada.

¿Fe o locura?
Neathara
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