Cypher

La peli (del 2002) parece por momentos que quiere beber de las fuentes de Matrix (1999), pero al final ya no sabes si bebe de Matrix o de whiskey de garrafón. Sci-fi de bajo presupuesto, pero también con un argumento de baja calidad y mal presentado. La película quiere sorprenderte tanto que al final lo que consigue es que te dé igual quien es el bueno o el malo. El aliciente es que Lucy está muy buena y es solo para fans de ella, porque la peli en sí es una auténtica castaña.
Confusa (a propósito) y decepcionante.

Es muy original, eso si, pero es tan rara y fría que no te quedan ganas de volver a verla. Si "El protegido" era una de superheroes de andar por casa esta sería lo mismo pero en el mundo del espionaje, pero a diferencia de "El protegido" que te engancha y te resulta creible, esta película es tan onírica, sus imagenes recuerdan tanto al mundo de los sueños (o de la pesadillas) que no te la crees, me sorprende que algunas críticas digan que es "realista", ¿realista?, por ninguna parte, el director ha soñado algo y ha conseguido dinero suficiente para plasmar ese sueño en imagenes, eso es lo bueno y lo malo de este film.

Película a mitad de camino entre el más puro espionaje comercial y la ciencia ficción de los 70 y 80. La historia da continuos giros argumentales (para mi opinión demasiados) que exigen la máxima atención por parte del espectador. Un buen intento de Vincenzo Natali pero le fallan algunos detalles para terminar de destacar (ejemplo: la música no es la mejor que podía haber acompañado a la película).

"¿Cómo es Jack Torsby, como sería él realmente?", pregunta el prota en el inicio de la peli a su contratante. Indicio de que la mentira que se empieza a construir no tiene la indiferencia del mentiroso, sino toda su atención. Nadie repararía en una personalidad falsa, bastaría con recordar el nombre y apegarse a él. Después de todo un nombre no es nada, sino todo lo que el contiene: al ser humano que hay detrás. Esa pregunta encarrila a Cypher por un camino, digamos, de tipo más existencial, pero se queda allí. El envase es el espionaje y la paranoia.

Sin ser una peli epidérmica, Cypher limita su verdadero potencial a la sorpresa argumental. En su apartado estético encuentra sus máximas virtudes: universo de números, de metales, de frío gélido y barras seriales. El futuro llegó para despersonalizarnos a todos. Tres empresas se reparten la torta y lo único que las diferencia es el nombre de cada una: el contenido es el mismo. Se asemeja a Cube en su apartado técnico y no resulta difícil observar la tendencia cibernética/androide de Natali. Tampoco se consolida como cine de autor, más bien se sugiere. Se subordina al cine comercial sacrificando la profundidad, la inquietud, el verdadero drama que subyace. Después de todo aquí no hay víctimas, sino personajes (o uno solo) que cumple/n el rol de deschavar todo gradualmente para sorpresa del espectador.

Allí, Cypher pierde mucho. No deja de ser un policial de piezas a enlazar. Retrato fiel de un mundo que se ha convertido en un bien de un mercado industrial sobrecargado.

Curiosa y elaborada cinta de ciencia-ficción cyberpunk de la mano de Vincenzo Natali, después del éxito que tuvo "Cube" en algunos círculos.

"Cypher" es un preparado de ideas tomadas de diversas películas, cuya mezcla da un filme consistente en su argumento. Podemos apreciar reminiscencias de "Matrix", "Desafío Total" o "Dark City", películas que han sido, cada una a su manera, influyentes dentro del género.

Natali crea un mundo futurista, de un blanco grisado y aséptico, donde las megacorporaciones son las amas del mundo y el espionaje industrial está a la orden del día. Morgan Sullivan (Jeremy Northam) es contratado por una de estas corporaciones para hacer de espía en diferentes reuniones comerciales con una falsa identidad. En una de ellas, se ve abordado por una misteriosa mujer, Rita (Lucy Liu), que lo intenta convencer de que le han lavado el cerebro y nada es lo que parece (clara referencia a "Matrix", el despertar a la realidad). Así, Morgan sufrirá alucinaciones y trastornos de la realidad, por lo que se verá en la necesidad de pedirle ayuda al jefe de Rita, un misterioso Sebastian Rooks.

La cinta mantiene un ritmo constante de intriga, que mantiene el interés del espectador por las vicisitudes de Sullivan tanto en su tarea de espía doble como en su lucha por comprender lo que está sucediendo en su mente. La falsa identidad resulta un recurso acertado en la manera en que incita a dudar de quién es realmente Sullivan, lo cual da mucho juego al guión y se permite hacer giros continuos. Esto puede ser un arma de doble filo, pues en el momento en que se pierda el hilo de la trama le resultará difícil seguirlo al espectador despistado.

Recomendable muestra de cine de estilo, de una ciencia-ficción creíble y más cercana a la realidad actual de lo que parece.