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Retorno al pasado

Cine negro. Intriga Jeff Bailey, un antiguo detective, posee una gasolinera en un pequeño pueblo, donde lleva una vida tranquila y sencilla. Sus amores son la pesca y una joven con la que quiere casarse. Inesperadamente, recibe la visita de un viejo conocido que le anuncia que el jefe quiere verlo. Bailey se ve entonces obligado a contarle a su novia su turbio pasado. (FILMAFFINITY)
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Críticas 78
Críticas ordenadas por utilidad
2 de junio de 2017
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nihilista y desasosegante visión del mundo de post-guerra que aunque no tenga un papel predominante en la narración está presente en el espíritu de la película. No puedes fiarte de nadie, nadie puede fiarse de tí; bueno, salvo si eres sordomudo.
LoGoRo
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14 de diciembre de 2010
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno de los mejores films de cine negro que se hayan rodado, de hecho en algunas listas esta incluida entre las 100 mejores películas de todos los tiempos.
Construida con un guión bastante notable, ha sido la obra mejor valorada de Tourneur. Las actuaciones de Mitchum y Jane Greer a la altura del conjunto al igual que las de Douglas y una Rhonda Fleming que llena la pantalla en cuanto aparece en ella, lastima que sea tan brevemente.
Imprescindible su visión.
Tommy_Gun
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14 de noviembre de 2016
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
207/02(04/11/16) Clásico imperecedero del cine negro, un Jacques Torneaur en su cumbre nos regala una obra con un tremendo halo fatalista, un icono del género, donde no faltan todos los elementos inherentes al noir, protagonista de apariencia de duro que una femme fatale encuentra sus grietas, mafiosos sofisticados, asesinos sin escrúpulos, red mentiras, traiciones, y sobre todo sueños rotos. Basada en la novela de Daniel Mainwaring "Build My Gallows High" (1946), que el propio novelista adaptó al cine (bajo el seudónimo de Geoffrey Homes), con ayuda de los no acreditados Frank Fenton (“Rio sin retorno”) y James M. Cain (“Perdición”), componiendo un entramado sórdido de relaciones que se van enmarañando en una telaraña opresiva de la que los personajes parecen no poder escapar a su destino. Apoyándose la narración en un estilo visual fascinante gracias a la fenomenal fotografía en glorioso b/n de Nicholas Musuraca (“La mujer pantera”) y con una excelente banda sonora a cargo de Roy Webb (“Encadenados”) creando una atmósfera obsesiva, regida por unos actores en estado de gracia, un Robert Mitchum pletórico, pocos en cien han llevado una gabardina con más estilo que él (salvando a Bogart), y fumado con más naturalidad (quizás Bogart), se suma una de las mujeres fatales más fabulosas, una sensual y hermosa Jane Greer, y un villano sutil y de sonrisa cínica como es un Kirk Douglas estupendo, a su lado secundarios muy bien trazados en pocas pinceladas.

La cinta te atrapa desde su inicio, este con muchas similitudes con “Forajidos” (1946) de Robert Siodmak, del año anterior, tipo escondido del “mundo criminal” en un pueblucho de la América profunda, donde ha llevado una nueva y tranquila vida, descubierto por alguien de su pasado por casualidad, pero a partir de aquí la trama es bastante diferente, aunque si camina por el mismo género del cine negro más insidioso. Ello con un ritmo trepidante, donde apenas hay remansos, con la inclusión de un flash-back prodigioso en la síntesis narrativa y en descolocarte, para volver al presente con esa metáfora colosal del protagonista cerrando una reja, símil de que ya probablemente no podrá escapar, y el coche con su felicidad alejándose en el horizonte. Entonces se conforma una ambientación impresionante cerrando más y más el aire alrededor de su protagonista, donde engaños, medias verdades, chantajes, venganzas, y sobre todo la ambigüedad moral se campana a sus anchas en la historia. Ello con diálogos deliciosos, de dobles sentidos, punzantes, mordaces, cínicos, con un desarrollo intenso, con situaciones de enorme tensión tanto dramática como romántica, envolviendo a los complejos y retorcidos personajes en lo sombrío, seres dominados por sus bajos instintos, la codicia, la pasión amorosa, la sed de poder, y acuciados por los fantasmas del pasado.

El realizador desborda en el metraje su lirismo visual inquietante, revistiendo de romanticismo triste cada fotograma, es como si viéramos una caída (inevitable) al abismo, todo evolucionado con sensibilidad amarga, una visión lúgubre y pesimista de un microcosmos de personajes autodestructivos, individualistas, egoístas, ambivalentes en su comportamiento, nunca sabremos lo que va a ocurrir, el realizador nos va sorprendiendo a cada movimiento, ello con mucho fuera de campo y elegantes elipsis.

Sobresale la edificación de la mujer fatal, Kathie Moffett, compleja e individualista hasta la médula, puede ser enfocado su carácter desde diferentes lados, por lado puede ser el reflejo del poder manipulador femenino, una adalid de la mujer, una heroína que en un mundo de hombres utiliza sus perversas armas para destruir a hombres de apariencia poderosa, aquí ella es la fuerte, más que los machos, ella sabe lo que quiere y como lo quiere y no dudad en hacer lo necesario para alcanzarlo, una voluntad de hierro que contrasta con el modo en que maneja a los hombres cual marionetas, una mujer adelantada a su tiempo, emancipada e independiente. Pero esto positivo es visionado mediante una misoginia un tanto agria, y es que la mujer individualista solo puede ser mala, perversa, avariciosa, infiel, amoral, su lugar en el mundo es ser sumisa y amorosa como Ann (su novia actual), abnegada y sin maldad alguna, pero al menos deja una personalidad carismática y de un influjo poderoso en cada fotograma, incluso cuando no está presente.

La puesta en escena se convierte en un lienzo con que el parisino Torneaur traza incisivos contrastes de fuerte carga alegórica. Por un lado está el pueblo rural escondite del protagonista, amplios paisajes naturales, representa la luz, la esperanza, el sol, la ilusión, la bondad, la inocencia, y nobleza de las gentes de campo, allí encuentra el amor sumiso e integro, desinteresado, esto en contraposición al otro mundo, el urbano, el de la ciudad, mucha oscuridad, noche, sombras, claroscuros, tenue luz, aire asfixiante, habitaciones mostradas en contrapicados para oprimirnos más, aquí se hayan las mezquindades de nuestro submundo, la corrupción y podredumbre moral, la decadencia, el deseo insano, esto también pueden ser visto en el cabello de las mujeres las morenas (pelo negro) son las malvadas, y la rubia (soleado) la ternura pura. Hace también el director uso de recursos visuales figurativos, como las redes de pescador que vemos mientras la pareja Kathie-Jeff se besa en la playa de Acapulco, símbolo de cómo los dos están ya enredados sin poder escapar a su destino, o cuando Kathie-Jeff llegan lloviendo y empapados a la casa de ella, él le seca sensualmente el cabello, la besa en el cuello y tira la toalla contra una lámpara, entonces la cámara hace un fuera de campo y sale por la puerta que por la tormenta cimbrea, fuera la lluvia es copiosa (símbolo diáfano de relación sexual), o el ya mencionado de la reja que Jeff cierra para entrar en casa del mafioso Whit, quedando preso de su futuro.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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25 de marzo de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jane Greer encarna en esta película a la más perversa femme fatale que pudiera imaginarse. Su habilidad para mentir y su crueldad la hacen única. Junto a ella un Mitchum hierático y misterioso, derrotado desde el primer momento, se deja fascinar sin por ello dejar de ser consciente de la maldad de ella. Y Douglas tampoco consigue renunciar a esta mujer a pesar de que ha intentado matarle. Realmente el gran misterio es ella, no conocemos sus motivaciones, especialmente por qué odia al personaje de Douglas. Como dice la actual novia de Mitchum (Virginia Huston) "nadie puede ser tan malo".

Esta película deslumbra por la maravillosa fotografía de Musuraca. Especialmente destacadas son las dos escenas en el coche, en la que él casi parece una estatua, el primer encuentro amoroso en Méjico bajo la lluvia y la proyección sobre el rostro de Greer de las sombras de la pelea entre Mitchum y su antiguo socio.

Los diálogos son brillantes y lacónicos al mismo tiempo, resultando verosímiles dichos por cada personaje. (-¿No has estado casado, verdad? -No, que yo recuerde ). Las insinuaciones veladas corren casi siempre a cargo de Douglas, cuyo personaje se muestra invariablemente sonriente ante Mitchum.(-¿Te perseguía? -No se va a pescar con una 45) es quizás el más famoso intercambio verbal entre ambos.

La trama se complica en la segunda parte de la película (la primera es fundamentalmente un "flashback" en el que Mitchum le cuenta a Virginia Huston su pasado). Por cierto, no se sabe si el título original del film, "Out of the past", quiere significar "Fuera del pasado" o "Sacado ( o salido o extraído) del pasado". A pesar de esa complicación argumental todo tiene su lógica aunque, por supuesto, sea muy difícil de entender completamente en el primer visionado. Al contrario que muchas otras películas de este género no tiene un carácter onírico ni explícito ni oculto por lo que todo tiene que tener una explicación.

La concisión es otra de las virtudes de este film. No sobran escenas y la tensión y el interés se mantienen en todo momento.

Una de las mejores películas del cine negro con la femme fatale por excelencia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Caligari58
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10 de mayo de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Magistral película dirigida por Jaques Tourneur que nos cuenta la historia de Jeff Bailey (Robert Mitchum), un ex detective privado que regenta una gasolinera en un pequeño pueblo de California, no obstante su vida apacible se ve alterada cuando vuelve a encontrarse con los fantasmas de su pasado. "Retorno al pasado" es una película filmada en un blanco y negro perfecto, lleno de sombras, intrigas, amores, crimenes y misterios, con un guión que parte de la sencillez argumental y que es acompañado por numerosos flashbacks que ayudan al espectador a adentrarse mejor en la historia. Uno de los puntos fuertes de la película está en la elección del reparto, en el papel protagonista destaca un joven Robert Mitchum que hace gala de un gran registro expresivo en una de sus mejores actuaciones, junto a él se incluye un estupendo Kirk Douglas, en el papel de mafioso Whit Sterling y una magistral Jane Greer que interpreta a una de las mejores femmes fatales que se han visto en el cine. La película nos ofrece además multitud de temas sobre los que reflexionar como las segundas oportunidades en la vida, las dos caras del amor, la lealtad o la ambición, así que no es de extrañar que sea considerada como una de las mejores películas del cine negro, una gran película que en su momento pasó casi inadvertida pero que el paso del tiempo la ha colocado donde merecia desde un principio.
Imprescindible para cualquier aficionado al cine clásico y de calidad.
Scarface
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