Vamos Juan (Miniserie de TV)

Terminada la segunda temporada de Vota Juan, ahora llamada Vamos Juan, y debo decir que me ha parecido estupenda. El regreso a los orígenes y vuelta a empezar, como huida hacia ninguna parte, de esa maravilla de personaje patético y perdedor,( impresionante Javier Cámara), me ha hecho reir, pensar, sentir un poco de vergüenza ajena. Todas las miserias de la política y de los seres humanos están representadas con grandes cargas de profundidad, pero con la revuelta del humor por detrás. Y te ríes, vaya si te ríes. Adiós a lo politicamente correcto, aquí de Dios para abajo no queda títere con cabeza en esta nueva Escopeta Nacional 2.0.
A mi me sobra el momento Lost in translation del episodio 6, pero es un detalle menor en una temporada muy disfrutable.

Había visto la primera temporada VOTA JUAN de la cual esta serie es la continuación. En la primera, el político Juan Carrasco es un ministro de agricultura más cerca de Míster Bean que de El ala Oeste que aspira a la presidencia del gobierno de un país imaginario llamado España. No estaba mal pero creo que, este caso, segundas partes fueron buenas.

El asunto comienza con una elipsis en la que Juan ha sido apeado de la política y enseña (mal) biología en un instituto de Logroño. Le han acusado de corrupción y su situación en Logroño es difícil Y entonces se le ocurre volver a la política con un partido nuevo. Esta temporada es la historia de ese sueño.

La serie tiene grandes gags en las que este opinador se ha reído a carcajadas con una sensación de extrañeza mientras lo hacía. El opinador se decía: "Por el amor de dios, si es una serie española. Si no me hacía gracia ni 7 vidas"

Pero el guión está bien trabajado y las situaciones medidas. Todos los personajes secundarios aportan su granito de arena al circo en vez de ser mero atrezzo para lucimiento del protagonista. Destaco a la hija interpretada por Esty Quesada, que es la voz del sentido común, y a la jefa de gabinete Macarena interpretada por María Pujalte, que es el payaso Augusto del Clown que Javier Cámara pone en pie brillantemente.

Y no nos engañemos: Javier Cámara está exagerado, lleno de tics, evolucionando por toda la serie como un tonto a las tres, pero solo en apariencia, porque detrás se adivina al ser que ama la política por encima de todas las cosas; que es bastante necio excepto en lo tocante a la política; que lo sacrifica todo, familia, amistades; que engaña y promete lo que haya que prometer con la esperanza de tocar el poder otra vez. Todo este artefacto narrativo requiere un guión sutil y bien desarrollado y un gran actor. Y, por supuesto, algo de suerte.

A fe mía que lo han conseguido.

Recomendada sin reservas.

Tenía todos los elementos para triunfar al menos tanto como la primera parte titulada "Vota Juan", pero excepto en el penúltimo capítulo, la serie decae en la molicie. Muy bien Javier Cámara, unos secundarios de lujo, una buena idea, pero en lugar de explotar la situaciones hilarantes con los que se encuentra un político en su día a día, aquí el guión se basa en un único argumento, la consecución de un nuevo partido, y languidece hasta acabar con una canción melosa de Bertín Osborne.
Si hay una tercera parte, ojalá recuperara un poco el nervio de la primera. Lo mismo si la veo en otra época de mi vida me gusta más, pero aquí creo que ha perdido fuelle.

Han pasado dos años desde que Juan Carrasco, ex ministro de Agricultura, tocara las más altas cimas del poder. Ahora, alejado de la actividad política, lleva una vida sencilla como profesor de biología en un instituto de Logroño. Sin embargo, ni su ambición política ni su vocación de servicio público se han apagado. Consciente de lo mucho que aún le queda por aportar, decide dar un paso adelante: reunir a su equipo de confianza, volver a Madrid y fundar un nuevo partido llamado Vamos Juan. Para lograrlo, Carrasco tendrá que luchar por encontrar financiación y enfrentarse a los poderes establecidos.

La secuela de la popular serie de televisión “Vota Juan” regresa con “Vamos Juan”. Llena de innovación y de historias muy ocurrentes. Con los mismos directores y con el mismo equipo de guionistas, eleva la serie a un nivel superior. La dirección está muy lograda y muy bien llevada por los diferentes escenarios, algo que en Vota Juan no estaba tan conseguido. Pasa lo mismo con el guion, las historias se entremezclan de manera correcta y aluden a la parte más graciosa del elenco mostrándonos lo mejor de ellos. Lo único criticable es la similitud de Juan Carrasco con Jesús Gutiérrez, papel interpretado por Javier Gutiérrez en la serie Vergüenza de Movistar+. Esto se debe a que Juan Cavestany, trabaja para ambas series como guionista y ambos personajes se separan por una línea muy fina.

Los actores son simplemente increíbles. Javier Cámara y María Pujalte son lo mejor de la serie y los que la sustentan. Sin ellos Vamos Juan no sería lo mismo. Encarnan su papel de manera excelente y transmiten la verdadera comedia. Todo lo contrario a Esty Quesada alias Soy Una Pringada, haciendo una papel ridículo y totalmente sustituible. Está rodeada de grandes actores en un papel que le viene grande. En esta secuela contaremos con la incorporación de Jesús Vidal con una interpretación un tanto rebajada de su personaje

En el penúltimo capítulo, la serie se traslada a Estambul con el fin de asentar las bases de su protagonista. Es un capítulo totalmente aislado al resto y perfectamente omisible pero que nos hace entender la verdadera razón de Juan Carrasco en la política. Vamos Juan no es la mejor serie de la temporada, pero si es una de las mejores series que hay actualmente en TNT. A pesar de contar con lo mejor y lo peor en su reparto, las situaciones no te dejarán respirar de lo cómica que puede llegar a ser.

CARLOS ANTOLÍN
TuCineCrítico
https://tucinecritico.blogspot.com/

Mi crítica es para él y no puede ser mejor. Absolutamente perfecto.
Ni sobreactúa, ni tics, ni afectamientos, su personaje es así, rotundamente así.

- Mi marido estuvo en el 11M
- (Juan/Javier Cámara) ¿Le pilló en Nueva York?
- No, en Atocha

Y así todo, me he distraído y divertido muchísimo.