Secretos de un crimen

Soberbias interpretaciones... bla... bla... bla...
Es una películita de sobremesa, filmada en Australia, correcta, común y muy corriente, que trata sobre un hombre que atropella a un ciclista y se ve envuelto entre su necesidad por salvar el pellejo, o cumplir con su deber.

Abarrotada de cuestiones morales y éticas que carcomen la condición de BUEN POLICÍA de su protagonista, y... Poco más. Pesares y sufrimientos, diálogos pretendidamente profundos y asuntos profundamente pretenciosos.

No es que "El rastro del delito" tenga elementos diferenciadores respecto a otros dramas policíacos pero al menos consigue mantener el interés durante gran parte de su metraje gracias a tres magníficos actores y a una dirección elegante y sólida. La historia (obra de Joel Edgerton, el protagonista) se parece sospechosamente a otro tipo de películas de temática parecida, no obstante el hecho de que sea un trhiller policíaco donde el drama surge y se desencadena a través de policías pero por un hecho ajeno a la policía, lo hace diferente. Es decir, que la víctima es el verdugo (y viceversa). Y ese engaño funciona durante gran parte del metraje lo que mantiene el interés del espectador por descubrir la verdadera moralidad de quienes deben protegernos ante un conflicto morales. La película no es que sea nada del otro mundo pero personalmente me ha gustado la dirección, me gusta la elegancia de como Matthew Saville mueve la cámara, los planos están muy conseguidos y las interpretaciones de Joel Edgerton, Jai Courtney Tom Wilkinson son buenas. "El rastro del delito" es de esas películas de segunda división que sin pretender nada mas allá de distraer, consiguen construir un buen relato, bien realizado y bien interpretado y que al final acaban resultando una agradable sorpresa y una película mejor que muchos productos de primera de mayor presupuesto.

Pasable película donde a partir de un accidente automovilístico en donde esta involucrado un oficial de la policía se tejen una serie de hechos que van del encubrimiento a la mentira. Si bien tiene un argumento poco original la película solo se sostiene gracias al notable trabajo de Tom Wilkinson. Sin ser gran cosa se deja ver.

Recuerdo a un mago que decía en sus espectáculos que el público podía perdonar los errores, pero lo que no perdonaba nunca era el aburrimiento. Lo mismo podría decirse del cine. Yo puedo perdonar a una peli fallos de guión, pero no que me aburra, que es lo que me ha pasado con esta. Es lenta hasta decir basta. No sólo es que coja un argumento bastante trillado, lo cual la hace bastante previsible, es que lo narra todo con una parsimonia desesperante y sin aportar nada nuevo. Es como si cogieran un guión para un capítulo de serie de televisión de 40 minutos, y lo alargaran una hora más, pero en vez de hacerlo con elementos que enriquezcan la trama, como alguna intriga de los personajes, una interesante investigación policial paralela, o siquiera centrarse más en el drama personal del personaje o en la parte filosófica de la culpabilidad, lo que hacen es meter pinceladas de otros casos de los que se desconoce cualquier detalle y resultan imposibles de seguir, y escenas cotidianas.
Una película vacía, plana, excesivamente simple, que no transmite nada,ni intriga, ni empatía por los personajes, ni tensión, nada. El protagonista es que ni cambia la expresión facial a lo largo de la película. Para mí muy decepcionante, porque ves el tráiler y promete, pero luego te das cuenta de que las escenas del tráiler, son lo único intenresante que pasa.

Lo dicho, la película es lentísima. Es un film sin pretensiones, con un argumento bastante predecible, puede que algo original pero aún así no hay un ápice de misterio, intriga... nada. Tenemos todos los personajes TÍPICOS, el policía más paranoico que inteligente y que ata cabos sin sentido alguno (con éxito), el protagonista torpe hasta la exasperación, el veterano implicado emocionalmente...

Me aburrí como una mona esperando que por lo menos el final me sorprendiese y... tiene un pequeño giro pero el resultado es el que se esperaba desde el principio.