El fantasma de la ópera

Versión bastante rústica y tosca desde la confección narrativa de la novela de Gaston Leroux, donde no llega a destacarse ni como oferta de terror ni desde la puesta en escena como musical.

Esta versión inglesa de la década del sesenta no posee gran intensidad desde su historia, la cual no genera casi tensión en el espectador, ya que se le nota que sus situaciones carecen de fuerza y de consistencia.

Estamos en presencia de un filme cuyo principal mérito es la intriga que generan los extraños acontecimientos que ocurren en una Ópera, los cuales se fundamentan en un terrible hecho del pasado.

Así presenciamos un filme donde las locaciones oscuras y húmedas son el principal atractivo desde lo escenográfico para generar suspense y sugestión.

También el nudo del conflicto, el cual se devela en un interesante flashback, es otro elemento potable dentro de un filme al que se le nota que sus actores no tienen ni la convicción ni la capacidad artística necesaria como para dar realismo al relato.

La puesta en escena de Terence Fisher es apenas discreta y aceptable, ya que no consigue dotar a su película de enjundia como para sobresaltar desde el horror ni para cautivar desde el manejo de la escena teatralizada propia del musical que se desarrolla paralelamente.

En fin, le falta “pimienta” para sazonar la historia y otorgarle más chispa y energía, es un filme que puede que atrape por su ambientación pero que deja una clara sensación a torpeza desde la puesta en escena y desde la parte artística, sin mencionar que el guión es bastante limitado en su estructura y además es demasiado abrupto en su resolución.

Aprobada más por su valor histórico que por sus méritos intrínsecos.

023/23(20/01/10) Muy pasable versión de la obra de Gaston Leroux, desposeído de alma, no aporta algo nuevo, con una floja puesta en escena, unos actores con cero en carisma, una narración aturullada para dar cabida a su corto metraje, todo resulta tan rápido como chirriante, le falta recorrido para que captemos la complejidad del ‘Fantasma’, no llegamos a ver por ningún lado su ambigüedad moral que lo lleva a asesinar por la música, y para colmo se han llevado la acción a Londres alejando la historia de su hábitat natural, la Ópera de París. Lo más destacable es el flash-back en el que se nos cuenta la historia del ‘Fantasma’, y las circunstancias que le llevaron a su situación, brillante síntesis de una caída en desgracia, lástima que el resto no esté a su altura. Recomendable a los incondicionales del relato. Fuerza y honor!!!

Lamentablemente esta película no logra en ningún momento trasmitir lo que tiene que trasmitir una película de terror: miedo. Para mí lo más flojo son las actuaciones, sobre todo las de Heather Sears y Edward de Souza. En fin, muy livianita en todo sentido: el desarrollo de la trama, la puesta en escena, el guión, la fotografía. Sin duda un auténtico B film.

De todas las adaptaciones de la novela de Leroux, esta es casi la peor (sólo la supera Dario Argento en 1998); no presenta novedad alguna respecto a la anterior, y en algunos momentos resulta tan simplista, que la resolución de algunas situaciones produce sonrojo: el fantasma siente una conexión especial con la frágil e insegura cantante Christine, y gracias a él y a pesar de la crueldad que pueda inspirarle, ella consigue triunfar como cantante, aceptando y comprendiendo la cara maligna del fantasma; aquí, todo esto se resume en una mirada de Christine a un lado del escenario con cara de "¿qué porras hago?", y el fantasma le responde con unas palmadas en su pecho, como diciendo "sí, hombre, aquello de cantar con el corazón, y todo ese rollo", y entonces ella cambia el chip y triunfa……. ridículo, flojo y anodino.

Y lo peor de esta cinta no es que no se parezca casi nada al libro, sino que en lugar de parecer una versión de éste, parece más bien una versión de la anterior entrega, es decir, la de Arthur Lubin de 1943, protagonizada por Calude Rains; al menos en aquella ocasión se propuso una nueva visión de la historia (que muchos dan por auténtica), con un fantasma perdedor y patético, pero en esta de Terence Fisher su personalidad no está bien definida: es lo bastante cruel para maltratar a Christine para que mejore su canto, pero luego negocia con su protector el tiempo que va a estar con ella para que le enseñe a cantar…..el Erik de la novela tenía un gran carácter y muchas más habilidades que la música, y desde luego, nunca se somete a ningún otro personaje….

Ni siquiera el punto fuerte de esta historia, que es la ambientación del mundo subterráneo del fantasma, está a la altura. La productora Hammer no se involucró mucho con este proyecto barato, funcional y para consumir entre cabezada y cabezada una tarde de domingo mientras se digiere una copiosa paella.

El magnífico guión de A. Hinds sitúa al espectador en el centro mismo de los bastidores de manera que ningún secreto de bambalinas permanece oculto para él.
El relato no por conocido pierde su auténtico hechizo ya que T. Fisher sabe combinar la fuerza de la trama con una excelente ambientación a la que se une la sobresaliente actuación del elenco.
La historia está contada con sencillez, utiliza un lenguaje cinematográfico exento de artificio y el ritmo acentúa la intensidad del argumento poniendo el énfasis en los detalles más importantes.
El texto de G. Leroux encuentra una fructífera y admirable aliada en esta adaptación de Hammer Films.