La mansión de Drácula

Secuela de ''La cíngara y los monstruos'' (1944), en la que de nuevo el espectador ``puede disfrutar de cinco monstruos por el precio de uno´´ frase que se empleo para publicitar la película, esta fue la ultima de las películas de monstruos clásicos de la Universal, en ella aparecen Drácula, Frankenstein, El hombre lobo, Un científico loco y una jorobada (a estos dos últimos no se les debe contar como monstruos, simplemente aparecen en la lista por que resulta más comercial decir cinco monstruos que tres). En realidad a mi me parece algo mejor que la anterior, los monstruos están mejor presentados aunque las dos son bastante cutres, nos hacen suponer que esta película sucede después de la anterior pero no nos explican como resucitan Drácula y El hombre lobo, claro para que molestarse si a la gente le dan lo mismo esos pequeños detalles y pocos de los que fueron a ver la anterior volverán a arriesgar su dinero, por cierto la idea de curar a Larry Talbot con unas flores es un homenaje a la película ''El lobo humano'' (1935). La película resulta entretenida vale la pena echarle un vistazo para despedirse de las películas de la Universal que solo volverían a aparecer en la comedia ''Abbott y Costello contra los fantasmas'' (1948) (En la que de nuevo aparecen un cóctel de monstruos). Paul Naschy volvió a retomar el tema de los cócteles de monstruos con ''Los monstruos del terror'' (1970).

Dos mundos se enfrentan en una propuesta ambiciosa en la que vampirismo, licantropía y el monstruo de Frankenstein se ofrecen por el precio de una sola entrada de cine.
Lo malo es que las tramas subsidiarias no encajan bien y carecen de interés real por lo que restan tensión narrativa y fluidez a la historia principal, que está urdida con cierto ingenio y que, en general, presenta un guión aceptable.

Película entretenida pero con demasiados rasgos de ingenuidad, también voluntariosa y complaciente consigo misma.
Su virtud más destacada es la extraordinaria calidad de su fotografía y la elocuente banda sonora.

Fin de fiesta del universo de los Monstruos de la Universal. Tras este filme, reaparecerían en aquellas parodias infumables de aquellos (pretendidos) humoristas llamados Abbott y Costello. En la casa de Drácula se darán cita Drácula, el Hombre-Lobo, una jorobada, el Monstruo de Frankenstein, un mad-doctor, una especie de Dr. Jekyll y Mr Hyde, y a unos lugareños linchadores, antorchas en ristre. De todo este mejunje, conoceremos a un buen Doctor capaz de curar tanto a Drácula como a Larry Talbot alias Hombre-lobo, pero, desgraciadamente, para ello los afectados deberán superar sus viejos hábitos. Y no todos lo conseguirán.

Digno fin de ciclo, con algunos de los rostros conocidos de otros filmes. Años después le sucederá lo mismo a la productora británica Hammer, cuando languidecieron sus producciones. La Universal aprovechó al máximo a sus monstruos, los estrujó y cayó una y otra vez en los tópicos que ellos mismos habían creado. Este film es un ejemplo de ello, un destilado de todas las esencias, buenas y malas, del estilo "Universal Monsters". Tras ellos llegarían los 50 y los monstruos cambiarían. Y llegarían los alienígenas.

Interesante (y corta) cinta de horror, con un argumento simple y que en poco más de una hora, nos permite ver a un trío de monstruos clásicos de Hollywood: Dracula, interpretado por Carradine, el hombre Lobo, clásicamente interpretado por Lon Chaney Junior y Frankenstein, interpretado por ... poco importa quien lo interpreta, si no es el gran Boris Karloff. La encontré entretenida, simple, bien rodada y con aceptable fotografía en Blanco y Negro. y sobre todo, nos permite disfrutar a los tenebrosos interpretes que, claro, hoy este tipo de horror es incomprendido, pero en la época resultaba todo un acierto.- Sugiero a mis compañeros de Filmaffinity la puedan revisar y comentar.-

Un gran clásico, sin duda. Por más que fuera de la época "decadente" del cine de monstruos clásico, tenemos aquí una película muy bien hecha, con buenos actores, unos efectos visuales muy currados para la época, y, ante todo, un ritmo trepidante.

En la hora y escasos 5 minutos que dura la película, se nos presenta una buena historia, que avanza minuto a minuto enganchándote, hasta tal punto que no puedes despegarte ni un momento de la pantalla.