El ataque de la montaña de mierda

Es una película bastante desconocida y corro un importante riesgo de perder tiempo escribiendo una crítica que no va a leer ni el tato, pero no me puedo callar ante este ser del averno que surge del WC para ofrecer una muerte de mierda a todo incauto que posa su ano confiado de que las heces entran por el WC, no salen de él.

Película de lo más delirante que se ha visto jamás. Las actuaciones son absolutamente lamentables como pocas veces se ha visto. Ya el comienzo marca el camino, un prisionero escapa de la cárcel dando el cambiazo en su cama con un muñeco que parece hecho por su hijo de 3 años en clase de plástica, y lo mejor de todo es que el guardia hasta que no intenta varias veces despertar al muñeco no se da cuenta de que le han tomado el pelo. Luego viene un gag tras otro, con cuartos de baño víctimas de flatulencias explosivas que no quisieran ver en un catálogo de baños, “anónimos” escritos con mierda, armaduras de pañales, ataques con moscas y antidiarréicos como armas para combatir a un truño de 2 metros y medio…

Será una mierda de película, pero es mierda de la buena.

La serie Z está de enhorabuena con una película cargada de humor escatológico por doquier. Es evidente que si no te gusta el género o el argumento el error es tuyo por haberte puesto a verla, pero si te atrae este pequeño y entrañable festival friki es lo suficientemente buena como para divertir.

Rick Popko y Dan West dan rienda suelta a una pesadilla infantiloide que en ocasiones está desaprovechada. Si bien el principio es bueno acaba haciéndose un tanto pesada a mitad de película, y aunque no es de esas películas acomplejadas se echa de menos más presencia de la montaña de mierda en pantalla, y sobre todo de sus sucios ataques a ciudadanos desprevenidos que se creen seguros en sus cuartos de aseo.

La podríamos haber hecho cualquiera de nosotros, pero llegaron antes ellos. Una mierda de película, lo cual es un piropo en esta ocasión.

Así es. Una película como pocas. Trata de llamar la atención con temas recurrentes y poco amenos, intenta arreglar su argumento mediante la aprobación del espectador, muy poco agraciada en cuanto a planos, escenarios y colores.

No deja indiferente a nadie. Cuándo la película termina te quedas con ganas de más porque en el fondo es una obra maestra en lo suyo; ser una mierda muy grande. Objetivamente es una mierda, una aberración que no debería haber nacido.

Conclusión: no la vean. Se engancharán porque, repito, es buena en lo suyo. En ser una mierda RARA.

Vengo de ver en una sala PComponentes al igual que unos pocos afortunados y debo decir que estoy ampliamente satisfecho con esta película, le doy mis diez.

Al principio me sorprendió que la productora FP junto a iON decidiesen invertir y trabajar en este proyecto, pero el resultado es innegable, grandes efectos especiales y buenos chascarrillos de humor como el que sucede con la compañera de oficina y el viaje por la autopista, hay momentos en los que casi no te puedes creer algunas historias que se van contando, muy entretenido todo.

Aunque obviamente ha habido cosas que me han gustado menos como el hecho de que se haya hecho tanta publicidad a la hierba mediante el personaje al que apodaban pescadilla, ninguna gracia. Tampoco me ha gustado la publicidad que hacían de una marca de venta de PCs. Al igual se pensaban que no te dabas cuenta. Por último debo comentar que algo me ha gustado, hablo de ver como abusaban de los chistes sobre aquel que llamaban el raro que salía en la película y sus infortunios amorosos y sus escenas en el gimnasio. Muy recomendada la película, no es de baja calidad.

Tenía que verla. La versión que me descargué tenía como traducción española del título ¨Monstruño¨, que ahí ya deja ver el truño de película que es (cosa que uno en verdad ya sabe antes de empezar, y es que cuando uno se pone una película así, sabe a lo que atenerse).
Actores pésimos, historia absurda a más no poder, presupuesto bajito (aunque yo diría que superior a lo que me esperaba), y un monstruo que da verdadera vergüenza ajena...

A destacar la parte final, con los protas con pañales puestos (y otros sobre la cabeza) por alguna razón incomprensible.