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Los diamantes son eternos

Aventuras. Acción Tras pasar unas merecidas vacaciones en Francia, el agente secreto James Bond recibe una llamada del Jefe M para realizar una peligrosa misión relacionada con unos diamantes en bruto desaparecidos... (FILMAFFINITY)
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Críticas 51
Críticas ordenadas por utilidad
4 de marzo de 2007
42 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película es un híbrido; en donde disfrutamos de pequeño trozos de un Bond de vuelta como si fueran pequeños diamantes. Estoy de acuerdo con alguien que dice que el excesivo trabajo de edición acabo con un buen guión. Y entonces nos dejan con una historia un tanto alocada, pero que vale mucho la pena, por el retorno a la presencia de un Bond, duro, irónico, mirada fría y de una mueca aburrida y cruel.
Por otro lado tenemos a dos asesinos destacables y profundos como lo aporta el escrito original de Fleming: Wint y Kidd. La “deliciosa” pelea de Bond y Peter Franks en el elevador, muy bien coordinada por Bob Simmons (quien como doble dio vida a James Bond en varios filmes).
Un gran sonido acompaña a las imágenes del filme.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
RAMON ROCEL
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21 de diciembre de 2006
30 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una película genial, está rodada e interpretada a la perfección, si bien, al ser tan rebuscada pierde un poco de encanto, pero es entretenida, la intriga es maravillosa y las situaciones son si caben un poco más cómicas y picantonas que en las anteriores entregas.

Se hace toda una delicia, y en verdad estamos hablando del último regalo de Connery a un personaje que le valdría para alcanzar un caché muy bueno en el mundo del cine. Digo que es la última de la serie oficial porque la United Artist que es la productora que ha llevado a cabo todas las películas de Bond, se encontraría en 1983 con el handicap de ver que Orión les robará el personaje para una entrega que nada tiene que ver con las que vienen de la mano de Ian Fleming, y es que los co-guionistas de Operación Trueno, que poseían la mitad de los derechos del guión los cederían a Orión para rodar un remake, con algún retoque sorpresivo.

Pero la que nos toca es una genialidad, brillante, con escenas muy bien pulidas, escenarios buenísimos, en especial destacar los de Bond haciendo escalada en el rascacielos "La Casa Blanca" y en la base petrolífera, y quizá también citar la persecución en el módulo lunar, que es divertida y a la par original. Se podrían destacar muchos más puntos, tales como la escena en las alcantarillas en construcción, la persecución con la policía pisándole los talones, la escena del principio, pasando la frontera con Moneypenny de aduanera, etc. Es que hay tanto que lo mejor es que si no la han visto que lo hagan, porque por mucho que yo les cuente, lo cierto es que merece la pena verla.

Vestuario fantástico, personajes a la altura, exteriores muy buenos, en fin, no es una Obra Maestra, ni le pisa los talones a otras de la saga con el mismo personaje tales como Dr. No o Goldfinger, pero en comparación con el resto está genial.
Dulce_Utopia
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15 de noviembre de 2006
12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Séptimo film de James Bond, dirigido por Guy Hamilton ("Goldfinger", 1964). Recupera a Sean Connery como protagonista. Se basa en la novela "Diamonds Are Forever" (1956), de Ian Fleming. Se rodó en Alemania, Holanda, Nevada (EEUU), Pinewood Studios (Londres) y Universal Studios (CA, EEUU), con un presupuesto de 7 M dólares. Nominado a 1 Oscar (sonido), ganó un Golden Screen (guión adaptado). Producido por Harry Saltzman y Arthur R. Broccoli para EON Productions, se estrenó el 17-XII-1971 (EEUU).

La acción tiene lugar en Francia, Sudáfrica, Amsterdam, Las Vegas, desierto de Nevada y una plataforma del Pacífico, en 1970/71, a lo largo de varios meses. Narra un episodio de James Bond (Sean Connery), agente secreto británico, elegante, de gustos refinados, hábil y fuerte con los puños, seductor y mujeriego, valiente, de sangre fría, reacciones rápidas y potente intuición. Tras vengar la muerte de su esposa y mientras descansa en Francia, recibe el encargo de una nueva misión, aparentemente sencilla. Ha de localizar y desenmascarar a los responsables del acaparamiento mundial de brillantes, que actúan desde hace 2 años. La misión se complica, pero cuenta con la ayuda de Félix Lester, un antiguo compañero, y la de la agente Tiffany Case (Jill St. John), sexy e ingenua.

La película focaliza la atención en la comicidad, que adopta formas más americanas y menos inglesas que en obras anteriores. La pareja de asesinos homosexuales Wint y Kidd, las especialistas en lucha Bambi y Pluto, las torpezas de las chicas Bond, algunas luchas delirantes y el perfil exagerado de algunos personajes, incluído el villano, dan pie al desarrollo de un humor superficial, discutible y hoy anacrónico en algunos puntos. Es la primera película de la saga en la que se hace uso de "gadgets", como el atrapamanos. El ritmo del film es elevado, pero desigual, a causa de una juxtaposición poco hilvanada de algunas secuencias. Son destacables la escena del prólogo, la pelea de Bond con Franks en el elevador, la lucha de Bond con Bambi y Pluto, la persecución del coche de Bond por la policía, la huída en el falso vehículo lunar, la vertiginosa escalada de un edificio y otras. El nivel de fantasía del film, más elevado que en ocasiones anteriores, fija las bases de obras posteriores.

La música, de John Barry, ofrece una partitura rítmica, densa y emotiva, con una canción original, "Diamonds Are Forever", de Shirley Bassey, y melodías tan sugerentes como "Bond Meets Bambi And Thumper", "Wint And Kidd Theme" y otros. La fotografía ofrece encuadres hábiles, perspectivas amplias y movimientos precisos, que realzan la espectacularidad de la acción y el acierto de los decorados. El guión aporta un relato entretenido, divertido e hilarante. La dirección consigue unas secuencias mejores que otras, en un conjunto acertado, pero falto de atmósfera y cohesión.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Miquel
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11 de marzo de 2019
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Último título de la colección de Sean Connery como JB, del que para muchos, tal vez la mayoría, fue el mejor James Bond, al menos en figura o representación, el que mejor daba el tipo, sea como fuere y ciñéndonos al personaje, James Bond es un aliciente para evadirse de la realidad, un punto de acción y divertimento sin querer dejar huella, nada más que eso.

Tiffany, que es Jill St John, aparece todo el rato en ropa interior o con bikini, por dentro debía estar algo harta, molesta, incómoda..., es normal, pero ella es actriz, por esta circunstancia asume su papel como chica Bond aunque por eso le ha faltado un poco más de encanto, de picardía, o de simpatía.

Este es el episodio en que un par de tíos bastante desagradables, supongo que una pareja gay, van dando pasaporte a quien se le pone por delante. Tampoco me han parecido de la talla adecuada para la franquicia porque estaban también un pelín sobreactuados o demasiado caricaturescos.

Lo que más me gusta es el rato que aparece Bernard Lee, al principio. Es “M”, el jefe de Bond, que tiene línea directa con el Ministro. "M" trata a Bond con una paciencia infinita, como el padre que aguanta a su hijo todo tipo de trastadas, ese hijo que se las da de enteradillo, que no pierde ocasión para presumir lo que entiende de jerez, de vinos, diamantes y del mundo en general, y se calla que acaba de destrozar un coche, o que no para de decir tonterías a Moneypenny en horas de trabajo. Pero así es, le quiere en el fondo como a un hijo porque le ve simpático y listo como ninguno y sabe que al final se comerá el mundo.

Por lo demás, la aventura no es de las más deslumbrantes, los efectos técnicos quedan anticuados y hay que echarle ganas, el caso es que sigue siendo un producto exclusivo para aficionados a la saga, ahora bien..., lo mejor es que cualquiera puede apuntarse y el que pasa a ser un fan, ya lo es para siempre.
floïd blue
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16 de agosto de 2006
19 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mientras James Bond está en plan de venganza contra Blofeld, en Sudáfrica y holanda se contrabandean diamantes masivamente. El gobierno británico, en su preocupación, decide asignar la investigación a Bond, con el fin de seguir la ruta de los diamantes, y averiguar el eventual propósito del enigmático hombre detrás de la operación, un magnate de las Vegas llamado Willard Whyte.

Sean Connery regresa para encarnar por ultima vez (oficialmente) al personaje que lo condujo al estrellato, luego del fracaso comercial de la cinta previa y la renuncia de George Lazenby, quien solo calzaría los zapatos del 007 por una ocasión.

También regresa el director francés Guy Hamilton, luego de llevar al cine Goldfinger, la tercera entrega de la serie. Esta vez Hamilton se enfoca más en el humor y deja a un lado la psicología del personaje de Fleming, a excepción del misterioso prologo, en el que James Bond acecha a varios personajes en busca de venganza.

John Barry compone una admirable banda sonora, contando por segunda vez con la inigualable Shirley Bassey en el tema principal. Ken Adam vuelve a lograr un óptimo trabajo en los decorados, al igual que Ted Moore en la fotografía y Maurice Binder en los créditos principales.

A Richard Maibaum en el guión se le une Tom Mankiewicz, quien volvería a escribir los textos de dos cintas más del espía británico. Ambos descartan la mayor parte de la trama de la novela de Fleming, de la que solo comparten algunas locaciones, pero parten curiosamente de un sueño que tuvo el productor Albert Broccoli, en el que James Bond tenia un encuentro con el misterioso magnate Howard Hugues, amigo intimo de Broccoli; también se adiciona a Blofeld, suprimiendo a los villanos de la novela, los hermanos Spang; pero mantienen a la hilarante y malvada pareja de homosexuales Mr. Kidd y Mr. Wint, quienes protagonizan algunas de las escenas más memorables de la cinta.

Con el fin de atar cabos (y dejar otros sueltos) regresa por tercera vez consecutiva el infame Ernst Stavro Blofeld, esta vez encarnado con carismática villanía por Charles Gray, quien se luce en el papel, a pesar de que ya había participado en un rol secundario de un filme anterior de Bond.

Aunque no se explaye en la psique del personaje central, como ocurrió en la anterior cinta, y de contener una trama más fantástica que las anteriores, enfocada con frivolidad y desinterés, Diamonds are forever mantiene un ritmo ágil, lúdico y entretenido, exaltando a Connery como el Bond original, y conteniendo momentos dignos de mención, como las andanzas de Mr. Wint y Mr. Kidd, el encuentro de Bond con Blofeld y su clon, la visita a la funeraria de Morton Slumber, la lucha cuerpo a cuerpo con Peter Franks en el elevador, la presentación de Bambi y Thumper, el ya mencionado prologo, y la explosiva y jocosa escena de clausura a bordo del Queen Mary.

Pierluigi Puccini
James Bond Fan
PierPuccini
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