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Mildred Pierce (Miniserie de TV)

Serie de TV. Drama Miniserie de TV (2011). 5 episodios. Basada en la novela homónima de James M. Cain y ambientada en la época de la Gran Depresión. Narra la historia de una madre soltera dispuesta a todo con tal de ganarse el amor de su hija. La versión cinematográfica fue protagonizada por Joan Crawford, que recibió el Oscar a la mejor actriz. (FILMAFFINITY)
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Críticas 27
Críticas ordenadas por utilidad
23 de abril de 2011
53 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1945, Michael Curtiz dirigió a Joan Crawford en "Mildred Pierce" (traducida en España como "Alma en suplicio"), una cinta de cine negro basada en la novela homónima de James M. Cain. En 2011, sigue siendo una de las grandes películas de su director y uno de los melodramas noir más descarnados que se recuerdan, gracias a una notable reescritura del material original para añadir una asesinato (no teman spoilers, es el punto de partida) y adaptarlo a los códigos de la época.

En 2011, Todd Haynes dirige a Kate Winslet en "Mildred Pierce", la nueva miniserie de la HBO, un melodrama negro ambientado en los años 30 y que no necesita inventarse un asesinato para incorporar elementos turbios a la trama; aquí, se crean a través de cierta tensión sexual y a las perturbadoras relaciones establecidas entre los personajes, principalmente entre Mildred (Winslet) y su hija Veda (Turner/Wood). No sé si dentro de varios años se recordará esta miniserie como algo, pero desde luego a día de hoy es todo un logro para su director, que tras la fantástica "Far from Heaven" tenía que volver, sí o sí, a los melodramas con aliento clásico.

Esta nueva versión de la novela es más larga, desarrolla mejor a los personajes y posee, en mi opinión, interpretaciones en global más acertadas, aunque las del filme de Curtiz eran sobresalientes sobre todo en el caso de Crawford, que hacía fácil lo difícil. Aquí Winslet se muestra contenida cuando debe e intensa, si se requiere. Sus ojos hablan, sus gestos clarifican, sin palabras, realiza un trabajo sensacional basado en la sutileza y en el saber estar. El resto del reparto la iguala, aunque por motivos evidentes no puede lucirse tanto. Rachel Wood se come la pantalla a bocados cuando aparece, algo que Guy Pearce hace incluso sin necesidad de esforzarse tanto. Melissa Leo y James LeGros tampoco demerecen, pero es que incluso las niñas (quizá con la excepción de Turner, aunque su personaje es tan repelente que la pobre no tiene mucha culpa) están bien.

Todo "está bien" en la Mildred Pierce de 2011, aunque habrá quien la considere alargada en comparación al film de Curtiz (que de hecho, visto ahora, casi parece un "trailer largo" de esta versión, con personajes más acartonados, por falta de tiempo para definirlos). Aquí no hay asesinatos, todo se resuelve con duelos (interpretativos), en los que se pone en entredicho la moralidad de los personajes. Dirigida con candidez y profesionalidad por Haynes (¡qué menos!) y fantásticamente respaldada a nivel técnico (buena fotografía y notable partitura de Burwell), encuentra en su sobresaliente reparto un arma más y se define, al final, como una de las mejores ¿películas? (de cinco horas y media, eso sí) que va de año y una de las que mejor captura el "estilo clásico" del Hollywood de oro en la actualidad.

Sólo podía ser de la HBO, claro.
Caith_Sith
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13 de junio de 2011
38 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todd Haynes, cineasta esencial de la corriente independiente norteamericana, adapta una aclamada novela que es a su vez un hito de la literatura en ese país, manteniéndose fiel al complejo argumento y a los más sórdidos detalles que se vieron limados en la versión de 1945. Pero más allá de comparaciones innecesarias, esta versión es una solemne confirmación del arrollador talento de Todd Haynes y un peliculón que entra por derecho propio en la galería de obras maestras del melodrama.

Porque como la más famosa (y probablemente también la más redonda) de las anteriores cintas de Haynes, Lejos del Cielo, gira en torno a la vida de una mujer que debe cargar con su condición, su momento histórico, y sobre todo con la tragedia diaria de una rutina irremisiblemente abocada a la destrucción. Como en aquella magistral película con Julianne Moore, aquí Kate Winslet bordea los más absolutos abismos de la soledad y el aislamiento (compartiendo metáfora: la mujer sola con sus conflictos, conduce un automóvil, conduce su propia vida), pero lo que en aquella película era un colorista e inolvidable ejercicio de estilo, en Mildred Pierce es un objetivo onanista persiguiendo a nuestra heroína; es decir, que Haynes escruta, espía, acecha; detrás de cristales, ventanas, puertas entreabiertas y otras personas solitarias, la vida de Mildred Pierce, como si no hubiese una cámara, como si nosotros estuviésemos allí, viendo los episodios de la vida épica y memorable de una mujer cualquiera.

Y eso es lo que convierte a Mildred en una heroína. Ella no es una madre coraje, ni la esposa perfecta, ni la empresaria perfecta, ni la amiga perfecta, pero la unión de todo lo que es, es lo que reafirma su indudable talento, su descomunal iniciativa, su profunda humanidad. Obviamente, Mildred Pierce retrata a la perfección la personalidad y la psicología de su protagonista, pero añade un componente dramático esencial para toda historia: aquí, la compleja relación con su hija mayor, Veda.

En El Rey Lear de Shakespeare, se decía que no hay nada más doloroso que la ingratitud de los hijos, y ese carga se encuentra en Mildred Pierce. Porque la relación entre Veda y Mildred no es algo cotidiano, que se solucione con un par de acertados giros de guión. Está contada de manera tan detallada, tan obtusa a la vez, que consigue la misma sensación de desasosiego y callejón sin salida del mejor drama psicológico.

(Sigue sin spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
jaly
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16 de agosto de 2011
45 de 60 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bueno, resulta muy atrevido decir que una serie con unos ingredientes tan impresionantes: producción de la HBO, grandísimos actores de la talla de Kate Winslet, Guy Pearce, Evan Rachel Wood y Melissa Leo, entre otros y magistral director, Todd Haynes, se queda a medias... pero sí, se queda a medias, esa es mi triste sensación.
¿Qué la época está impecablemente recreada? Sí.
¿Qué las interpretaciones están en todo momento a la altura? Sí.
¿Qué la producción es espectacular? Sí
¿Pero qué el interés y la trama decaen? Pues sí. Desgraciadamente sí.
La serie dura 5 capítulos, es como una película larga y eso no me importani me asusta en absoluto, todo lo contrario, me predispone a disfrutar. ¿Que más puede desear un ser humano amante del cine y de las grandes interpretaciones que ver durante 5 horas seguidas a Kate Winslet desarrollando un mismo papel? Pero desgraciadamente no sucede eso, no me despierta el interés que me despertó por ejemplo Revolutinary road, melodrama de la misma época y protagonizado también por la maravillosa Kate Winslet.
Pero es que a mi la historia de la película de Sam Mendes me parece moderna, interesante, no me aburre en absoluto... y ahora al acabar de ver Mildred Pierce tengo la sensación que se podía haber rodado en los noventa, tiene algo de antigua, pierde interés a medida que transcurre la acción y en algún momento llega hasta a aburrirme... Y creo que el gran problema es del guión, de la trama. Se abren muchos frentes al empezar la película, pero al final todo se centra en el drama que viven madre e hija. En los tres primeros capítulos esa hija casi no importa... es una más... no puedes preveer en ningún momento que todo el peso de la historia al final recaerá en la relación de la madre con la hija. Hay cosas más importantes, por ejemplo importa más el esfuerzo de esa madre por sacar a su familia adelante y por salvar su orgullo. Pero a medida que se acerca el final lo único que importa es esa hija insufrible e insoportable interpretada de manera escalofriante por Evan Rachel Wood.
El personaje de Melissa Leo... desaparece en muchos capítulos y no aporta casi nada a la trama... lo único que cada vez que aparece se merece un aplauso simplemente por estar ahí y ser una actriz tan maravillosa. Pero es que hasta el personaje de Guy Pearce queda un poco hueco... no digamos el de Mare Winningham...

Una serie que lo tenía todo para entusiasmar y se queda en el intento.
yonosoyboyero
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9 de mayo de 2011
25 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando el mayor reclamo de esta miniserie dividida en cinco partes es la oscarizada actriz Kate Winslet, resulta más que evidente que el público caerá rendido a sus pies. Y efectivamente en Mildred Pierce podemos disfrutar de la protagonista de Titanic en su mayor esplendor, echando el resto en cada escena, entregando una de las mejores interpretaciones de toda una carrera de sabias elecciones. Y es que si algo caracteriza a Winslet es ese sexto sentido a la hora de escoger joyas a las que pulir lentamente hasta lograr un resultado brillante. Pero no conviene equivocarse. La actriz británica no es la única baza con la que la HBO ha querido apostar para entregar un delicado trabajo que será recordado por tiempo. Envueltos en una exquisita ambientación de los años 30, vamos conociendo a Mildred Pierce, madre coraje que hará todo lo posible para que a sus hijas no les falte de nada. La pérdida del orgullo no es a lo más fuerte que deba enfrentarse, ya que la difícil relación con su hija mayor, Veda, constituye su mayor quebradero de cabeza.

Lo que resulta verdaderamente atractivo de la serie es la evolución de los personajes, englobados en un abanico de temas a cada cual más sugerente. La manera de afrontar una infidelidad cuando tu pareja es el sustentador de la familia o la educación de los hijos bajo una sociedad de clases tan dispar.

Todd Haynes, director de la magnífica Lejos del cielo (2002), desnuda en cada secuencia el alma de Mildred Pierce. Apoyado en un elenco fantástico en el que nadie desentona y muchos entregan un trabajo sobresaliente, el cineasta plasma el suplicio que supone para una madre los enfrentamientos con una hija a la que adora. La serie está invitada a ser un clásico a recordar. Su pulso narrativo es lento pero convincente provocando en el espectador la compasión por el personaje principal y la repulsión por el de Veda (magistral Evan Rachel Wood). El clímax alcanzado en los dos últimos episodios, con unas profundas discusiones madre e hija, no hacen más que cerciorar que productos como este siempre serán bienvenidos. Puede que merezcan una gran pantalla, pero unas escasas 21 pulgadas son más que suficientes para disfrutarla.

Lo mejor: el tour de force interpretativo Winslet-Wood.
Lo peor: que el público no haya respondido como se esperaba.
Ulher
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30 de septiembre de 2011
21 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Mildred Pierce” merece estar entre las mejore películas del 2011. El propio director la firma y filma como un filme, como una película más a ese contendor de pequeñas y grandes películas de Todd Haynes. No hay que engañarse con el formato de miniserie porque es una película de 300 minutos divida en cinco partes. Tanto le ha gustado el formato al director de “Lejos del cielo” que repetirá el año que viene en “Dope” con su inseparable Julianne Moore. Muchos directores habían comentado las posibilidades del formato frente a los estándares impuestos por la industria de cara a la exhibición. Ahora tendría sentido las más de diez horas de “Avaricia” de Erich von Stroheim, por ejemplo. Pero el formato televisivo ha permitido obras como “Heimat” en los ochenta, el “Decálogo” de Kieslowski en los noventa o “La mejor juventud” la década pasada como ejemplos que no son para nada únicos en su especie.

La serie habla sobre los sueños, imposibilidades, pesadillas y frustraciones, del sacrificio y jugarse todo por algo que no sólo no te va a ofrecer ninguna clase de recompensa sino que puede convertirse en tu perdición. “Alma en suplicio” tejía la novela de James M. Cain bajo el beneplácito del melodrama y una trama noir que nos sumergía en la narración. La miniserie de Haynes deja apartado cualquier atisbo propio del cine negro, pese a ser una posibilidad como desvío, y somete las cinco horas a la relación imposible que mantienen una madre e hija y los intentos de éstas por sobrevivir (en la vida y la una frente a la otra) en un tiempo escasamente favorable. Puro melodrama. Pero aquí la historia no remonta desde el flashback sino que sigue un orden cronológico para mostrarnos un cuento moral y familiar sobre la serpiente… de esa de la que le habla el profesor de música a la protagonista. Vemos el punto de vista de Mildred y éste nos guía y tal vez nos corrompa el nuestro. ¿Quién es la víctima? ¿La serpiente que cumple con su papel o la aventurera que decide acogerla y sobrepasar el riesgo a la mordedura? La serpiente se desnuda y se muestra tal y como es y es ahí donde únicamente se entiende su venenosa y letal naturaleza, aunque ya pueda ser demasiado tarde.

Sus nominaciones y premios a los Emmy sólo constatan la absoluta e irrefutable calidad del producto.
Maldito Bastardo
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