Frankenstein contra el monstruo del espacio

Tantos años de estudios de interpretación, mejorando la dicción hasta conseguir un inglés shakespeariano, con una entonación magnífica, tantos años estudiando la mímica para mostrar al gran público un amplio abanico de gestos, muecas y alzamientos de cejas que resultasen sugerentes... para lograr el papel de Doctor Nadir, un alienígena con pluma, con orejas de cartón del malo, con una calva de pega en la que se aprecia todo el pelo debajo de la misma y con unas cejas pintadas de blanco ...El Doctor Nadir, que emplea una jerga científica ridícula, que confunde misiles con cohetes espaciales tripulados, que ejecuta el plan de su reina para raptar chicas guapas (no todas valen) para repoblar su planeta radiactivo, aunque ellas no quieran, el que lidera unos soldados con cascos de motorista porque no tenían más presupuesto para maquillaje, el que pretende capturar a un astronauta cyborg terrestre que se llama Frank (de ahí lo de Frankenstein), el mismo cyborg que, medio loco, empieza a matar civiles y que al final se enfrenta al susodicho monstruo del espacio, salido directamente de los monstruos de goma-eva de los Power Rangers...sí, ese Doctor Nadir.

Dejando a un lado las bromas, Lou Cutell, el actor que interpreta a tan notable Doctor, no sé si estudió interpretación, pero ha tenido y tiene una larga carrera en el mundo del cine y televisión, modesta pero longeva.

Pero este film, rodado en 1965, resulta una grotesca producción en la línea de las series Z de Ed Wood, con escenas recicladas de documentales del ejército (maniobras, ataques aéreos) y de la NASA (cohetes y más cohetes) y con un ¿homenaje? a "Vacaciones en Roma" (1953) cuando la pareja protagonista recorre la isla de Puerto Rico con una vespa. Se le tiene que reconocer al filme, no obstante, un desparpajo impropio de la época y un notable acierto en la selección musical de las canciones con que ilustra algunas de las escenas. Su delirio se acerca más a "The Rocky horror picture show" que a las series Z de aquellos años.

Una de estas frikadas que fueron sucesoras de los clásicos de ciencia ficción de los 50, con un presupuesto muy ajustado y con un guión bastante absurdo, aparte de las reguleras actuaciones y los tristes efectos especiales.

En lo ridículo de la película recae el interés, pues se hace bastante entretenida y divertida (divertida en plan vergüenza ajena). Solo para fans de este tipo de cine...