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Mosquito

Drama. Bélico Soñando con grandes aventuras y con defender a su patria, un joven portugués se une al ejército durante la Primera Guerra Mundial y es enviado a África. Descolgado de su pelotón, inicia un solitario viaje a través de las místicas comunidades Macua en Mozambique. (FILMAFFINITY)
Críticas 2
Críticas ordenadas por utilidad
25 de octubre de 2021
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el contexto de la I Guerra Mundial, Zacarías desembarca junto al resto de su tropa en las costas de Mozambique. Portugal debe defender sus posesiones africanas de los envites alemanes, que traman ampliar su territorio para obviamente servirse de sus recursos naturales con los que alimentar su desmedida campaña militar.

Este capítulo de la I Guerra Mundial, el de las batallas de potencias europeas en territorio africano durante la I Guerra Mundial, no ha sido muy abundado por la ficción cinematográfica, ahora mismo sólo recuerdo "Blanco y negro en color" de Jean Jacques Annaud, y sin embargo ilustra de forma muy clara la mentalidad colonial que regia en la época y cuyos residuos todavía colean en el subconsciente colectivo europeo. Zacarías vendría a ser fruto de esa mentalidad. Cuando se siente en apuros se encomienda a Dios, es capaz de brindar por la guerra y sin duda cree en la legitimidad de la campaña y de la prevalencia y superioridad de su raza.

Tan pronto queda aislado en territorio salvaje e inicia su persecución de sus compañeros, Zacarías queda en manos de los dos sirvientes nativos que tenía a su cargo. La relación de poder que se impone entre el joven soldado y estos dos hombres refleja el autoritarismo y la jerarquía, Zacarías los trata con una severidad que resulta más chocante si tenemos en cuenta que él es el último mono del ejército, uno de esos reclutas que han sido enviados a defender unos intereses que en verdad no son suyos, lejos de su casa, bajo condiciones muy exigentes. Nada de esto es observado por Zacarías, que se conduce en la autoridad con naturalidad, sin hacerse preguntas.

Más adelante tiene contacto con poblados realmente aislados, no hablan el idioma colonial y mantienen sus costumbres ancestrales. En ese poblado específico sólo quedan mujeres (es de suponer que los hombres han sido reclutados) y actúan con la naturalidad construida durante siglos, como si el cristianismo y las costumbres europeas no existieran. Viendo la película, ese capítulo es de los más vitales, dónde el soldado, valiéndose sólo de sí mismo, por mucho que intenta hacer prevalecer sus privilegios, empieza a comprobar la esterilidad de los mismos y encara la realidad empírica.

El principal valor de "Mosquito" es el como desenmascara y expone la naturaleza ficcional del poder colonial, sostenido por tradiciones impuestas de forma coercitiva y otras nociones que se inculcan en la mente de la clase dominante. No basta con invocarlas, no reside en la voluntad de los dominados el deseo de satisfacerlas; si no es mediante amenaza de represalias es absurdo pensar que se obedecerá de buen agrado. Por lo tanto, cada vez que escuchemos lo mucho que han hecho avanzar el paso de las potencias europeas por sus antiguas colonias, valdrá la pena ponerlo en duda y tener en cuenta como en la religión, la política o la sociología todo eso se ha metido a la fuerza en mentalidades foráneas y no por elección.

En el aspecto más cinematográfico, cabe alabar la labor del director, que maneja la cámara con soltura y construye planos en los que observa con cierta distancia la acción, planos que respiran y demuestran intereses antropológicos antes que líricos, si bien también suma no pocos momentos y elementos oníricos (cómo ese extraño esclavista que persigue a Zacarías y que representa la voz de su conciencia colonial). El mensaje político subyacente se arma con momentos de sutilidad, sin señalar con el dedo ni forzar las situaciones, y por mucho que puedan resultar ambiguos a mucha gente, en mi opinión le hace cobrar relieve y verosimilitud. Esos largos planos demuestran buen gusto estético, aunque también cabría reprocharle el empleo de lentes de corto alcance, que muchas veces dejan borrosos los imponentes paisajes y le resta potencial expresivo a la narración, siendo además un factor con peso en la narración: la amenaza de la naturaleza hostil que atemoriza la mente de Zacarías.

Así, encontramos un relato acerca de cómo vivimos rodeados de ficciones, acerca de cómo al ser testeadas con la realidad, sin asideros artificiales, muchas veces las máscaras caen y por lo tanto el descolonizar la mente, observar críticamente muchas nociones que forman parte del día a día, es sencillamente ceñirse al orden natural de las cosas. Desde luego no es una obra redonda, aunque ya solamente por la experiencia sensorial que ofrece, su visionado vale mucho la pena.
Jean Ra
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25 de enero de 2022
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Mosquito (2020) se trata de una producción bélica portuguesa dirigida por Joao Nuño Pinto, que se adentra en el género bélico para presetenarnos una especie de viaje, en muchos sentidos iniciático, que bordea lo que podría ser una pesadilla bajo efectos psicótropicos. La película puede verse en Filmin. 

Lo primero que hay que destacar en Mosquito, y eso se puede apreciar ya en la primera secuencia, es que Portugal ha sacado adelante un proyecto bélico de una factura apabullante. Obviamente para ello se ha prescindido de grandes batalles o despliegues de tropas a gran escala (luego veremos que es una película bélica un tanto especial), pero la inmersión que ofrece la película de Joao Nuño Pinto es excepcional. Desde la fotografía, que nos traslada al continente africano, pasando por el vestuario y la exploración geográfica de las localizaciones, todo nos hace trasladar al conflicto.

Crítica escrita para Cinemagavia.es

En ese sentido, la película no tiene nada que envidiar a otras superproducciones como 1917 (2019) de Sam Mendes, por compararla con otra película ambientada en el mismo conflicto.

La película obviamente denuncia la situación colonialista (con una magnífica primera secuencia) y la subyugación del hombre blanco hacia el hombre negro. Pero no se hace desde una perspectiva simplista, sino que se tiene muy en cuenta las circunstancias concretas, dejando de lado moralismos baratos.

La película recoge elementos y tramas de películas ya asentadas del género para combinarlas con su propia idiosincrasia. En todo momento se respira una atmósfera de locura cercana a Apocalypse Now (1979), en parte por la propia búsqueda del personaje (al igual que en la película de Coppola, la búsqueda es también el motor de la trama), pero también por una descripción similar de la locura de la guerra, sintetizada en algunas secuencias que bordean la pesadilla alucinatoria bajo sustancias psicotrópicas.

Haciendo una comparación un tanto facilona para que el lector pueda entenderme, también nos encontramos con un proceso de deconstrucción similar al de Bailando con Lobos, puesto que nuestro protagonista principal establece contacto con los nativos africanos de las colonias portuguesas. Sin embargo, la película no llega a establecer un mensaje facilón como el de la película de Kevin Costner. Nuestro soldado portugués, Zacarías, no adopta las costumbres nativas africanas, en lo que habría sido un giro muy habitual (e indigno por incoherencia histórica) de nuestros tiempos. Zacarías reacciona con incomprensión, con miedo, también con curiosidad y fascinación por supuesto. En definitiva, la respuesta del protagonista principal tiene una buena definición por parte del guion.

El gran problema de Mosquito es el nudo de la película, que no sabe exactamente como discurrir. Más allá del montaje en paralelo, que en ningún momento consigue nada más que confudir inutilmente la narrativa de la película, el momento el que nuestro personaje acaba deambulando por África acaba siendo excesivamente tedioso. Parece que el guion sabe como empezar y como acabar, pero no que contar por en la mitad.

Teniendo en cuenta esto y que el metraje es de dos horas, se podrían haber recortados minutos reiterativos que seguramente habrían aligerado el montaje y, contando lo mismo, le habrían dado más dinamismo a la película. No es el caso, y en ocasiones la película puede sacar al espectador.

Conclusión

Mosquito es una película soprendente, que sin caer en simplismos o falsificaciones históricas, sabe describir el ambiente colonialista desde una perspectiva madura que no toma al espectador por un niño. Desafortunadamente, en ocasiones es demasiado confusa como para ser redonda.
Kyrios
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