Slovenka (A Call Girl)

Para empezar podríamos decir que la película no está mal, ofrece una visión interesante del sórdido mundo de la prostitución en la vida de una estudiante universitaria (según las estadísticas muchas más jóvenes de las que creemos acceden a un extra a través de esta vía). La película está bien planteada en ciertos aspectos, si bien tiene fallas en muchos otros como vamos a ver. Empezando por lo negativo creo que uno se queda con ganas de saber porque entra inicialmente en todo aquello. Es decir, en la medida de lo posible el padre le echa una mano en lo económico, ¿acaso no podría buscarse algún trabajito de camarera o dependienta como hacemos muchos? Quizás para muchos no sea importante, pero comprender las motivaciones estaría bien para no hacerse una idea falsa. En cualquier caso puede que sea lo que busca el director, de hecho me resulta curiosa la mala relación que tiene con su madre en base a que ésta es "una zorra avariciosa". Pues bien, ya me dirán a mí para qué le puede hacer falta a una estudiante de 20 o 21 años tener un piso en propiedad cuando bien podría vivir de alquiler (como hacemos la mayoría de los que estudiamos fuera), que el momento para todo llega. La joven sigue con presteza los pasos de su madre.

Sea como fuere la actuación de la joven Nina Ivanisin es genial, en este sentido hay que felicitar al director por su elección y la actriz por su trabajo, por supuesto. Todo lo que ella hace, cada uno de sus gestos es creíble, poderoso, angustiante, humano... esa sensación de hacer las cosas forzada, repugnada por la vida y por sí misma (a pesar de que ha sido ella misma la que claramente ha elegido su destino), pero a la vez dominada por un aíre de orgullo y seguridad en sí misma. Pocos actores son capaces de expresar tanto como esta joven que, sin lugar a dudas, borda su papel.

En la vida lo que para unos son problemas para otros oportunidades, así podemos comprobar el escepticismo de los habitantes de Ljubljana hacía la Unión Europea durante su año de Presidencia: delegaciones, colapsos en el tráfico, obras... Los taxistas se quejan, los peatones se quejan, pero Alexandra hace dinero con los europarlamentarios y funcionarios de la Unión (que la verdad no quedan muy bien parados, espero que si sus mujeres ven esta película no la tomen al pie de la letra).

Sigo en el spoiler:

Ljubljana, allí se desarrolla todo. La ciudad tiene una importancia capital para esta historia, sitio de sirenas policiales y cierto desconcierto político que jamás llega a plasmarse del todo, pero que se plasma rotundamente en el cuerpo de Slovenka, un cuerpo vendido, significativamente vendido a los mejores postores.

Si algo no llega a su máxima expresión simbólica, o bien queda como intento fallido o bien se termina por consolidar solamente en el plano de la historia particular. Es el caso de Slovenka, una peli de aire sucio, sin demasiado artificio en donde las relaciones humanas nos son retratadas con pesimismo y reserva: nada es lo que parece y parece que éste no es tan solo un parecer, es una forma de vida oculta, sin posibilidades. Esto lo encarna Nina I., actríz que no derrocha ni se luce especialmente, su frialdad es la frialdad que cae sobre toda Eslovenia en última instancia, y que pretende reducirse a Ljubljana, ciudad que la mencionan incluso más veces que el nombre verdadero de la prota.

Sólida peli de Kozole, pero de caracter peligrosamente anecdótico para lo que pretende transmitir.

Esta película toca un tema candente, que es el de la prostitución en Europa central. Proveniente de Eslovenia conocemos la vida de Aleksandra, una atractiva mujer que lleva una doble vida, de día es estudiante universitaria, por las noches se prostituye mediante anuncios clasificados con el sobrenombre de Slovenka.
Para Aleksandra la vida no ha sido fácil, estudia en la capital de Eslovenia; Liubliana, pero es originaria de un pequeño pueblo donde vivía con su padre, un rockero fracasado separado de su madre a la que odia, así para poder pagarse los estudios y comprar un departamento se prostituye, al principio todo pinta bien, ya que sus ingresos son elevados, pero un día un cliente fallece al ingerir una sobredosis de viagra a partir de ahí, se empiezan a desmoronar todos sus planes.
Esta película es sórdida, dura, sin concesiones, se agradece que no se le haya dado un tratamiento moralista ni melodramático. Para algunos puede parecer lenta, para otros aburrida por que no abundan las escenas de sexo. El director no cae en la tentación de irse por el camino fácil y presentarnos a una mujer victimizada a la que hay que rescatar, no, por el contrario, nos muestra a una mujer fría, calculadora, mentirosa, manipuladora, que de alguna manera es el carácter que se necesita para poder sobrevivir en este oficio
Pero en esta vida no todo es fácil, ya que aparte de vivir en la mentira y llevar una doble vida, hay que soportar la vulnerabilidad de este oficio, de las personas que se quieren aprovechar para sacar un beneficio económico o sexual, ya sean proxenetas, clientes o conocidos.

Película lenta y bastante aburrida que, aprovechando su aproximación al escabroso tema de la prostitución de lujo ha conseguido hacerse un hueco fuera de su país, sobre todo en festivales. El principal problema del film es su falta de avance, las situaciones no llevan a ningún lugar y los personajes caracterizados son demasiado planos para justificar que la trama se sustente únicamente en ellos. Por si esto fera poco, no hay nada transgresor ni a nivel narrativo, ni formal y moral; quienes esperen una película con cierto riesgo saldrán decepcionados pues hasta los valores éticos y morales que traslucen en el film son de lo más convencional,así que incluso los que busquen algo de erotismo saldrán decepcionados.
Como virtud le podemos reconocer un cierto valor coyuntural, la descripción social y moral de un país cercano pero al tiempo bastante desconocido y la constatación de que hasta en Eslovenia se aplica mejor que en España la ley antitabaco, así que no recomiendo el visionado del fin a Esperaza Aguirre.

El cine no es, y nunca ha sido, ajeno a la sociedad. Es probable que ahora veamos una oleada de películas con un horizonte o un presente cuando no negro, sí al menos gris. “Slovenka”, aunque es de 2009, podría entrar perfectamente dentro de esta consideración. La pena es que la desesperanza de la protagonista, una chica joven, estudiante y atractiva, está contada de manera bastante plana, con un lento desarrollo, que no seduce al espectador.

Alexandra estudia en la Universidad y aspira a tener un futuro mejor. Por eso ha tomado la decisión de realizar algunos servicios de prostitución,haciéndose llamar "Eslovena", con la finalidad de ganar dinero rápido y aspirar a llevar una vida con menos estrecheces (invertir en un flamante apartamento), pero pronto se dará cuenta de que ese atajo no era tan fácil como pensaba.

Con euroescepticismo y soterrada crítica social hacia los altos mandatarios europeos (uno de ellos es cliente de “Eslovena”, justo el semestre que Eslovenia preside la Unión Europea), el paisaje que presenta de una Eslovenia urbana y moderna, pero empobrecida y descorazonada, es bastante desolador.

Si la intención de mostrar un estado de ánimo de una ciudad o un país (la capital Ljubljana o todo el país, Eslovenia) a través de una persona es bastante acertada y se ajusta perfectamente a lo que quiere Damjan Kozole, el lento desarrollo de los acontecimientos y una cierta monotonía en la narración, hacen de “Slovenka” una película levemente interesante para quien quiera conocer algo acerca de este país y de una cinematografía que llega a cuentagotas, pero con bastantes taras en la mayoría de sus propuestas.