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Industry (Serie de TV)

Serie de TV. Drama Serie de TV. (2020-) 2 temporadas. 16 episodios. Un grupo de jóvenes que trabajan en finanzas y como agentes de banca intentan abrirse camino en el complicado y exigente mundo financiero de Londres tras el colapso de 2008. (FILMAFFINITY)
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Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
30 de diciembre de 2020
20 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cinco graduados universitarios pasan un periodo de prueba en Pierpoint & Co, uno de los principales bancos de inversión de Londres, al cabo del cual sólo uno o dos ellos ingresarán a su staff de manera permanente.

La miniserie no sólo echa una mirada a lo que ocurre dentro de ese tipo de instituciones sino que se mete de lleno en la vida personal de estos jóvenes ambiciosos.

En cuanto a Pierpoint, vemos a los personajes hablar todo el tiempo de operaciones bursátiles y otras transacciones que técnicamente no entendemos (y que no es necesario entender), salvo que se pierden o ganan fortunas en operaciones instantáneas y de comprensión muy lejana del sentido común. Cada uno de los “graduados” tiene un manager y están todos a su vez insertos en una madeja de jerarquías gerenciales complejas y muchas veces en conflicto. Otro aspecto abordado es la relación de los jefes y sus graduados con los clientes y sus cuentas. Si bien exhibe una pátina de informalidad, obviamente el ambiente de trabajo es competitivo y las presiones y el maltrato laboral abundan.

Los graduados son de orígenes y extracciones sociales diversas y esto se aprecia en el otro gran apartado de la serie: sus vidas personales. Si bien compiten laboralmente, forman un grupo social veinteañero y millenial de relaciones cambiantes entre sí, donde abundan el sexo, las drogas y la noche, retratados con franqueza y naturalidad y donde la amistad es una posibilidad.

No soy afecto a las comparaciones, pero por la profundidad con que aborda los vínculos personales y sociales, su relación con lo laboral y la descripción del ambiente de trabajo, la serie recuerda a Mad Men, mientras que la dureza de algunos de sus diálogos remite a Succession.

Industry es de esas series que no para de crecer en interés y complejidad dramática, a partir de personajes muy bien construidos e interpretados, ambiciosos pero inseguros, que configuran un drama coral que destaca a Harper Stern (Miha'la Herrold) como su protagonista, una chica estadounidense, acaso la más arribista, aplicada y capaz de los graduados. Se le suman Yasmin (Marisa Abela) la niña bella, rica y blanca que busca iniciarse “desde abajo” en la empresa y Robert, el muchacho bonito proveniente del interior de Inglaterra (Harry Lowly), entre otros. Y entre los jefes y managers se destacan Freya Mavor como Daria, Ken Leung como Eric y Derek Ridell como Clement, entre otros.

Industry es una serie tan elegante como profunda, cuya banda sonora electrónica (inicialmente algo desconcertante) contribuye decisivamente con sus climas y a definir su espíritu.
En definitiva, una serie sobre la construcción y el ejercicio del poder y que pone en cuestión la meritocracia como vía de ascenso laboral en el ambiente que describe
Daniel B
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13 de marzo de 2021
23 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cinco jóvenes graduados entran en prácticas en un exitoso Banco de Inversión de la City Londinense, follan, se meten de todo, beben alcohol como si fuesen a aprobar la ley seca al día siguiente y un año después se acaban las prácticas.

Literal. Esa es la serie. No un resumen. Esa es la serie desde que empieza hasta que termina.

Lo peor: la ausencia absoluta de un guion que te haga estar interesado por algo.

Lo mejor: visualmente atractiva y poco más. La banda sonora no está mal si te gusta la música electrónica.
jutande
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25 de abril de 2022
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
He visto la segunda temporada y cambia mucho el cuento de la primera a la segunda. Por lo tanto, voy a dejar invariable la crítica que hice en su momento, que mantengo completamente, para centrarme en los segundos ocho capítulos de la temporada 2, que dan un giro copernicano a la serie y sin duda subirían su nota original.

La segunda temporada de la serie muestra unos personajes más maduros. Ya no son los escolares recién licenciados de la temporada 1, centrados más bien en sus fiestas y sus affaires sexuales, sino que se centran en sus carreras profesionales. Así que la comparación con Elite ya no es tan afortunada. Esta serie tiene mucho, pero muchísimo más, y los guionistas demuestran en la segunda temporada todo lo que no quisieron sacar en la primera.

Los personajes intentan crecer profesionalmente cada uno de la manera en la que pueden: Harper, con ese genio natural que tiene para los mercados financieros, es el auténtico driver de toda la serie y llega a poner a Pierpoint contra las cuerdas.

Rob, por su parte, al igual que Yasmin, descubre como Harper en la primera temporada, que tal vez es víctima de acoso sexual en su entorno laboral, aunque sacan sus ventajas por serlo. La serie introduce de manera magistral inquietudes de 2022 tras la ola 'Mee too': me tocaron sin mi consentimiento, pero gracias a ello conseguí un bonus. Tuve sexo con una superior y eso me garantizó el puesto. ¿Mereció o no la pena?

Me parece de lo mejor que hay ahora en TV, aunque hay que tener en cuenta que no es una serie para todo el mundo, porque tiene unos tecnicismos que si no conoces, es posible que no te enters de nada.


Crítica de la primera temporada.

No he visto Élite en Netflix, así que hablo por hablar, pero me da la impresión de que es una soap opera con escaso guion y que se basa en el atractivo sexual de sus protagonistas, jóvenes y apuestos, y en una especie de ilusión aspiracional donde el espectador ve grandes casas, grandes fiestas, grandes piscinas y muchas drogas, alcohol y sexo.

Pues bien. Industry prometía ser otra cosa pero acaba siendo, básicamente, esto.

Y me ha gustado, claro que sí, porque es entretenida, personajes de los que te acabas encariñando, muchas drogas, mucho sexo y alguien desnudo de vez en cuando. Muchas fiestas hasta las tantas donde los amigos se lían por puro aburrimiento, etc, etc. En los primeros capítulos habla sobre los productos financieros que venden en el banco ficticio este pero eso rápidamente desaparece de la escena y vuelta a las drogas, el sexo y el alcohol.

Hay algo, algo muy leve, que se pueda parecer a una crítica sobre la actividad de la banca de inversión, pero no, es tan leve que quizás me lo he imaginado. Lo que hay es muchas drogas, ¿he mencionado sexo?

Pero en fin, a mí me tirará siempre más un drama británico de este estilo (porque soy un enamorado de Londres y me atrae el mundo de la banca de inversión? que un Élite de la vida. Así que le he puesto a esta serie una buena nota y espero que estrenen pronto la segunda temporada.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
pepedomingocastanas
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6 de mayo de 2022
5 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Industry es una serie británica de género dramático -creada por Mickey Down y Konrad Kay- que no destaca en absolutamente nada. Alguien la ha comparado con la serie española Élite, pero, nos explica el compañero, que sin haber visto la susodicha. Un error –no el no haber visto la ficción patria- sino por la comparación sin sentido, ya que no tienen nada que ver.

Élite, es una tontería de ficción, mezclada con dramas que aunque por separado son probables, en conjunto y aunque yo le haya puesto un siete, no se la cree nadie. Industry, sin embargo, parece más real, más palpable, solo que no son adolescentes, sino jóvenes de unos veinticinco años, que están haciendo prácticas en una empresa, que toman drogas, que trabajan algo más de la cuenta para que sus jefes estén contentos y que hacen muchas fiestas con mucho sexo –esta parte es lo único en lo que pueda tener un parecido con Élite-. Pero no nos engañemos. No se ve nada de Londres. Los pocos escenarios que se observan son los de las oficinas y los de las casas o pisos de algunos de los protagonistas. Lo demás es todo lo mismo. El primer episodio podría ser el último y viceversa. No cuenta nada. No hacen nada. La narrativa es siempre la misma. El primer capítulo es lento y el resto siguen el mismo estilo. No hay esfuerzo. Los diálogos son iguales. Sigues mirándola, porque bueno, los actores son medianamente atractivos –también se parece en esto a Élite-, pero nada más. Son vidas vacías.

La música es pasable. La fotografía es buena. El vestuario es igual en cada episodio, pero eso es como el guion, invariable. Había sueño cuando se hizo. Aunque bien filmada, podía haber sido una película de hora y media y me habría dejado mucho mejor sabor de boca.

No es que te la tomes o no en serio. Es que no da más de sí. De hecho, es de 2020 y no parece que vaya a hacerse una segunda temporada, -lo que la diferencia, de nuevo, de Élite- que por miles de temporadas que se hagan y que la temática sea siempre la misma, al menos no te la tomas en serio, te mantiene un pelín en tensión –pero tampoco demasiado- y te vas contento a dormir porque has visto algo absurdo pero muy currado –o quizás no tanto- pero vamos, que en este caso –y sin que sirva de precedente- me quedo con la española.

En resumen, que es un rollo patatero. Ahora todos los amantes de HBO y haters de Netflix –se entiende, ojo- me podéis echar a los perros, que a una servidora le va a dar igual.

¿Qué por qué le pongo un seis? Porque aunque me quedaba dormida a ratos me ha gustado el chico rubio y también su jefe –que trabaja fenomenal, por cierto, todo hay que decirlo-.
Teresa
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5 de junio de 2023
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aviso de que sólo me he tragado tres capítulos, y 'mirando ar tendío'. Si buscáis una crítica más seria, que sea la de quien haya tenido el cuajo de verla toda-todita-toda.

Toda la serie va de unos becarios pijos que intentan quedarse fijos en una empresa de finanzas, y sus rollos personales. Lenta. Leeeeentaaaaa. Muuuuuuuuyyyyyy leeeeeeeeentaaaaaaaaaa. A menos que te interese ver cómo se come una ensalada con palillos chinos, o cómo escaquearse en la empresa sin que jamás se te vea tocar el teclado del ordenador, o bobochorradas similares.

El 'boss' del tinglado es un asiático de buen corazón que anima y enseña a sus churrumbeles con muy buen rollito, (como ocurre en toda empresa de finanzas, como es sabido) y que no te lo crees ni en broma. Y hay una mala muy guapa que alegra la vista (Freya Mavor), pero sale poco.

Y todo va muy lento. Y no me interesa nada quien se folla a quién. Y me aburre soberanamente que tarden tres segundos en dar una respuesta a cualquier pregunta, como si fuese un examen de mecánica cuántica, para que las cámaras les filmen la carita guapa y ocultar el absoluto vacío del guión.

Lenta. Pero lenta del carallo, oyes.

Si queréis ver pelis intensas sobre empresas financieras y empleados de verdad, ved 'Margin Call'. O 'The Big Short -La gran apuesta-'. O -más divertida- 'El lobo de Wall Street'.

Pero pasad de esta m.
Komekokos
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