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¡Qué sinvergüenzas son los hombres!

Comedia Bruno, humilde chófer milanés, se enamora de la dependienta de una perfumería y queda con ella para salir. Llegado el momento, él se presenta con el coche de su empleador, cogido a escondidas, y lo hace pasar por suyo para impresionar a la chica. Mariuccia, sencilla e irreprochable hija de un taxista, cede a las galanterías del joven, que la invita a comer en una fonda de las afueras. Aquí, Bruno descubre a la esposa de su empleador y ... [+]
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Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
21 de noviembre de 2015
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me encanta esta película, y lo que pensé cuando la vi por primera vez fue: "¿Por qué no es famosa?".

Estuve un rato pensándolo y se me ocurrieron varias opciones. Tal vez es porque nunca nadie la dobló al español. Tal vez por ser demasiado corta. Tal vez porque es muy antigua. Incluso tal vez porque la única estrella de la película es Vittorio de Sica, que se hizo famoso más tarde como director. Y si tiene todos aspectos negativos; ¿por qué debería ser famosa?

Debería ser famosa por la historia que cuenta sin usar apenas palabras. Debería ser famosa por llevar un ritmo narrativo perfecto y contarlo todo en una hora. Debería ser famosa por ser una película que muestra el paso del cine mudo al cine sonoro, con planos característicos del uno y del otro. Debería ser famosa por el increíble trabajo que hacen tanto todos los actores como el director. Pero no sólo esto. Debería ser famosa por su innovación en la forma de rodar las escenas y de elegir los planos; y el buen uso que hace de la banda sonora.

Así que, con todos estos aspectos tan positivos, si no es famosa, ¡hay que conseguirlo! Lo que quiero decir con esta crítica es que la película merece la pena, ya lo creo. Para mí ha sido un gran descubrimiento y espero que lo sea para muchos más.
Pedro
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8 de diciembre de 2015
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recuerdo como un viernes por la noche, solo en mi casa, navegando por internet un poco a la deriva, como muchos hacemos, encontré de repente esta joyita. Me parececió interesante porque salía Vittorio de Sica como actor muy al principio de su carrera y por eso me decidí a ver los primeros minutos para ver que se cocía.

La película me atrapó desde el minuto uno. Me pareció impresionante la calidad del guión y la genialidad de algunas escenas. El ritmo narrativo me pareció impecable. Para mi, la decisión de dividir la película en tres partes fue tremendamente acertada porque la película en ningún momento se hace pesada, ni se pasa demasiado rápido. Simplemente fluye.

Me pareció extraordinaria la forma en la que la película crítica la sociedad italiana con pequeñas muecas y guiños a los clichés típicos de los años 30. Por ejemplo como el ser propietario de un coche o ser una mujer atractiva cambiaba automáticamente tu vida y tus relaciones sociales.

Como otros, yo también me he preguntado eso de: ¿Por qué no es famosa esta película? Después de mucho pensarlo he llegado a la conclusión de que el motivo es sencillo. Actualmente no entendemos el amor puro, es decir el amor sin ningún tipo de añadidura, sin nada de "y que pensaran" o de "y que saco yo con esto" es decir el auténtico amor con mayúsculas que por desgracia se ha acabado y se ha visto sustituido por un amor de serie y artificial.

Recomiendo esta película a todo el mundo y especialmente a las personas que no cree en el amor verdadero o que no creen que sea posible una relación entre dos personas sin intereses de por medio.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ábasols
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14 de julio de 2020
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hermosa muestra del cine de los 30'. El romanticismo que transpira es atemporal. Esa tierna ingenuidad del amor a primera vista. Da unas pinceladas a la sociedad de aquella época. Sin coche, ni guapura física, sin status social, no ibas lejos en las aspiraciones. No ha cambiado que digamos, en esencia.
El director apuesta, por el amor sin prejuicios, sin condicionamientos. Qué fluyan y nos lleven los sentimientos. Ahí radica la frescura que conserva, después de casi 90 años.
Aparte el ritmo es vivaz. Va a lo importante. Tiene un algo impresionista de calado.
Tanto, De Sica. Cómo la bella y dulce, Lia Franca. Están superlativos. Irradiando un ímpetu empático, que seduce por su naturalidad y apasionamiento. Llegan a emocionar.
Está rodada a caballo entre el cine mudo y sonoro. Más el primero y eso crea audacia narrativa y ritmo.
La música bien dosificada, crea clímax y arropa las imágenes. Sin caer en los odiosos subrayados.
Cómo dicen por aquí, ¿Por qué es tan poco conocida? Pues en parte de todo lo que han mencionado. Éste cine no se lleva ya. Es Italiano. Si fuera hollywondiense. Pues, sería famosilla. Y a mí modo de ver le restaría la aventura y dicha del descubrimiento. El cine minoritario tiene ese plus y eco del hallazgo. Es cómo visitar un paisaje natural, que pocos han hollado. Descubres la dicha de los encantos de lo casi ignoto.
El desenlace y cierre de la historia muy logrado. Un final redondo y triangular. En spoiler comento una secuencia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Zappianin
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22 de marzo de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nos encontramos ante una historia ingenua y entrañable caracterizada por su sencillez formal y conceptual en la que no falta un apunte de análisis social.
El argumento fluye de forma directa, sin artificios, con naturalidad estructural y con esa pasmosa fluidez de las tramas elementales.
Representa una magnífica oportunidad para descubrir a un joven V. de Sica que ofrece una notable muestra de su talento como actor.
M. Camerini, que también daba sus primeros pasos en la industria cinematográfica, llevó a cabo su labor de director con cercanía. La austeridad de recursos materiales, signo de la época en aquella Italia lejana en el tiempo, no le impidió filmar una película indulgente, emotiva y llena de buenas intenciones.
ABSENTA
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14 de diciembre de 2022
0 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
401/13(14/12/22) Muy encantadora comedia romántica italiana que he visto con motivo de su reciente 90 aniversario del estreno (12/08/1932), nada menso que fue en el primer Festival de Cine de Venezia. Una muy latina screw ball, que sin pretender mucho te atrapa por muchos motivos. Dirigida por Mario Camerini , con guion propio junto a Aldo De Benedetti y Mario Soldati, sobre una historia del director y del último, siendo un film de marcado sino idealizado del amor, narrada con mucha y deliciosa ingenuidad en un clásico ‘chico encuentra a chica…’, seguimos los vaivenes en una pareja que se conoce y tienen sus malentendidos que los hacen pegarse puyas uno a otra, y viceversa, peligrando en el tránsito el cariño que claramente se procesan. Destila alegría de vivir, juventud, y mucho candor. En su momento fue una película con mucho éxito, lanzando al estrellato al gran Vittorio de Sica, hasta entonces actor de teatro ligero, hizo muy popular la canción ‘Parlami d'amore Mariù’, cantada en una secuencia de la película por el propio De Sica, siendo revolucionario su rodaje por ser en exteriores, filtrados por la estimable cinematografía de Domenico Scala (“Obsesion”) y Massimo Terzano (“Malombra”)los de Milán en vez de en los hasta entonces tradicionales lugares de filmación en los estudios. Filippo Sacchi en el diario milanés Corriere della Sera a propósito de esta primera película rodada en localizaciones de Milán : «Es la primera vez que vemos Milán en la pantalla. Bueno, quién sabía que era tan fotogénica? Camerini ha sabido captar con extrema delicadeza ciertos momentos inconfundibles del rostro y del movimiento del Milan y ha sabido darnos, sin esfuerzo, el color todo lombardo, la vitalidad laboriosa». Especialmente por las escenas ambientadas en la feria, el Diccionario Mereghetti define la película como "un testimonio de un momento de cambio y reestructuración del capitalismo italiano".

Vittorio De Sica como un chofer, Bruno, se hace pasar por un hombre de importancia ofreciendo a Mariuccia (Lia Franca) un paseo en el coche que hace pasar por suyo. Es hija del taxista Tadino (buen Cesare Zoppetti). Desde la ciudad de Milán se van al campo para, pasar un tiempo en una posada, disfrutar de la compañía del otro. Bruno la enamora con la canción "Parlami d'amore, Mariù" (de Cesare A. Bixio).

En realidad, una comedia ligera, un canto al amor a primera vista, tratando temas como las dificultades en los trabajos, la precariedad laboral, todo esto en un tono muy superficial y tangencial, solo como excusa para hacer fluir la historia. También deja claro sin pretenderlo criticar, la fotografía del machismo imperante en la época, esto por un pretendido romántico diálogo en el rush final, que deja patente la visión de que la mujer casada ‘debe’ estar en su casa para cocinar y cuidar a los hijos, hay que tener en cuenta que la película se rodó en plena era fascista mussoliniana en Italia.

Narración muy ágil, con un escueto metraje de apenas 67 minutos, las situaciones se suceden una tras otro, sin estancamientos, con choques, encuentros, y vuelta a chocar, ello por malentendidos y mala suerte, con buenos momentos de humor amables, con picardía, jugando a darse celos uno a otro peligrosamente, y ello en un bonito romance en el que el amor se transpira a pesar de que no se dan un solo beso. Relato entrañable en la humanidad que desprenden su joven pareja protagonista, con una conmovedora Lia Franca ("Miss Trieste" en 1927; protagonizó “Resurrección” en 1931 de Alessandro Blasetti, la primera película sonora italiana, convirtiéndose así en la primera actriz transalpina en haber hablado en una película), desprende ternura y fragilidad (conmueve su lenguaje gestual cuando se siente abandonada en la posada, o cuando en el tramo final ve como su amado se marcha con otra), con una mirada que enamora, con una media sonrisa adorable; a su lado un joven Vittorio de Sica con 32 años destila simpatía, Don de gentes, hasta cuando parece enfadarse tiene una grácil sonrisa que regalar (ejemplo cuando arremete contra los niños que tocan la bocina del coche y lanza su brazo contra ellos y cambia rápidamente a una sonrisa), siempre elegante, jugando a ser más de lo que es con tal de encandilar a su amor-flechazo. Resulta curioso y premonitorio verlo montar en bici gran parte de la cinta cuando él mismo dirigió 16 años después (1948) la Obra Maestra “Ladrón de bicicletas”.

Hay un tramo muy divertido y que sirve como fresco de la época (tenemos un jocoso gag con el protagonista y una dependienta de un puesto y sus caramelos), cuando asistimos a la feria de Milán (secuencia filmada en la Festa Campionaria di Milano), donde vemos los sofisticados autos de choque de entonces. Para derivar en un final satisfactorio, sin complicarse la vida, dejan un grato regusto con la sencillez con que ofrecen una obra amena y de estupendo agrado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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