Madre amadísima

Con estas "sabias" palabras presenta Pilar Távora, directora de la irregular "Yerma" hace unos años su nueva película.
Una película rara donde las haya. En el sentido de diferente, porque si algo se puede destacar verdaderamente de "Madre amadísima" es su capacidad para no encajar en un cine concreto. No es un drama aunque la historia que la sustenta es el drama de millones de personas, ni una comedia porque ni haciendo gracia es cómica. No es un melodrama ni una peli petarda. Es una película muy real, pese a las terribles interpretaciones que repiten unos diálogos horrendos y mañidísimos. Es real porque los sentimientos que mueven los hilos de la dirección lo son, porque el mimo y la ternura con que se defiende un protagonista que bien podría ser el secundario patético de una comedia chusca de hace unos años son reales y tangibles y porque aunque la sensación de acartonamiento que queda en gran parte de su metraje es considerable, la emoción, las ganas y la identificación inevitable hacen que merezca la pena sin duda.
Cuenta la historia del típico (?) homosexual de pueblo, que no es sino la historia de un país, el nuestro, a través de momentos importantes de su vida y la del resto de españoles. Una infancia traumática que da paso a una adolescencia que no lo es tanto gracias al despertar sexual y a la liberación que da la identidad asumida, el servicio militar ( con diferencia lo más cómico de la cinta) y la madurez atrapado en el pueblo que le vio nacer.
Siendo marica y de pueblo la identificación con Alfredito es inevitable.

Plagada de buenos momentos, pero con el lastre de errores importantes (el raccord y el maquillaje son un poco chanantes) "Madre amadísima" se convierte en una exquisitez poco recomendable para el público general pero absolutamente indispensable para determinados gourmets de rarezas.

Lo mejor: Ramón Rivero a ratos. La imaginería homosexualizadora. La mili. El cartel.
Lo peor: Ramón Rivero a ratos. Pierde fuelle por momentos. El guión es culebronesco total y tiene frasecitas de tela marinera.

El final, la identificación mariana-materna, es MARAVILLOSO.

El planteamiento de la película ya es un poco antiguo: la mariquita de pueblo en la época franquista, ¡que sí!, que todos los gays lo hemos pasado fatal en esa época, pero hay que dar visiones nuevas al tema, un poco de oxígeno y no volver a los terrenos tan trillados y que huelen a naftalina.
Tiene un comienzo prometedor, pero rápidamente empiezan las decepciones.
La interpretación de Ramón Rivero, no está a la altura del dramatismo que se pretende imprimir a algunas escenas, incluso en casos concretos es incluso sonrojante (vease la muerte de la madre y el posterior entierro).
El cambio de tono en las escenas cuartelarias es insultante, casi patético, y una vez más las interpretaciones están por debajo de la corrección.
Es una película irregular y absolutamente prescindible.
Por cierto, una curiosidad: ¿Por qué está "La Titanlux" en la trena?...

Mi mas sincera felicitación a Pilar por haber hecho esta emotiva y entrañable película que tan necesaria es para nuestra "aún" retrógrada sociedad que debe aceptar de una "puñetera" vez que los homosexuales somos seres llenos de sentimientos que ya quisieran muchos heteros tener dentro de su alma. Yo al igual que "Alfredo" he tenido una relación muy unida a mi madre desde pequeñito, y para colmo, siempre he tenido mucha fe religiosa a mi Virgen (Madre de Dios). Por lo tanto, el personaje protagonista me ha identificado de una manera realmente asombrosa. Solo que gracias a Dios, mi padre ha sido un hombre bueno y cariñoso y no un salvaje endemoniado como el padre de Alfredo. Por lo demás, todo me ha llegado muy dentro de mi corazón. Pilar, una vez más, ¡felicidades! esta será por siempre tu obra maestra, y en las próximas galas de los Goya, yo sinceramente te daría el de "mejor director"
porque te lo mereces. Ya me gustastes mucho con "Yerma", y ahora con "madre amadísima" ya no digamos más. ¡Viva el cine español!.

Un mariquita andaluz en los tiempos de Franco.
Con esta premisa ya da un pereza al nivel de escuchar un discurso de Castro.
Y uno ya sabe lo que va a ver. Pobre niño que en el pueblo lo pasa mal, cuando sale del pueblo lo pasa mal y cuando vuelve al pueblo lo sigue pasando mal.
Si ponemos al padre como un mamón y la madre una santa ya tenemos la virgen vestida.
Mientras la veía ya pensaba en que terminase para ponerle como mucho un 2 en FA, pero poco a poco le fui sumando puntos.
Tiene momentos enternecedores y otros muy graciosos ( el servicio militar en especial ). A esto hay que llegar hasta el último tercio de la obra para ver una faceta nueva. Una soberana reverencia a su madre.
Y todos, incluso algunos críticos de cine, tenemos madre. Esto hace empatizar con el personaje dejando a un lado su descarada pluma.
No es una obra que necesite más de un visionado, pero para una tarde tranquila es un entretenimiento apto.

Quizás lo más desacertado que encuentro en "Madre amadísima" de Pilar Távora es el cartel de la película. Así a simple vista encontramos un cartel provocador, esa Virgen rodeada de cuerpos masculinos desnudos...una imagen que choca, que contrasta la rigidez de la religión con la desinhibición de la desnudez, si para colmo los cuerpos desnudos son de chicos gays (que lo son) el cartel se lleva todas las papeletas para una excomulgación sumarísima. Miramos nuevamente el cartel...¿qué nos vamos a encontrar?, ¿cine petardo?, ¿cine gay rayano en el porno?, ¿cine gay porno aderezado con el morbo de la Santa Madre Iglesia Católica y Apostólica?...bien, el/la que se haya hecho ilusiones pensando que va a ver una película así que desista desde ya. Por que si nos fijamos bien, al lado de la cara de la Virgen esta la de Alfredito que nos va a contar algo muy distinto a lo que puede sugerir el cartel.

Alfredito (un homosexual de 56 años y de un pueblo sevillano) ya no se confiesa con el cura del pueblo, ¿para qué? si la vez que lo hizo con 14 años le contó dos cosas:
una, que intentó pegarle a su padre porque éste le estaba pegando a su madre y dos, que había tenido tocamientos con su amigo Javi. El cura no repara en lo primero, es normal que su padre pegue a su madre , pero lo segundo!! ayyyy lo segundo...300 padrenuestros se merece tal pecado mortal!!

Así que Alfredito sólo habla con "su" Virgen, esa segunda madre que todo lo entiende, que todo lo escucha con amor y compresión. Su primera madre (la de verdad) aguanta con paciencia los maltratos de su marido en la época franquista en la que el marido era el dueño y señor de la esposa, pero recibe el cariño incondicional del hijo desde el principio hasta el fin de sus días (los de la madre).
Por eso Pilar Távora construye una película homenaje a la Madre, a esa madre amadísima que aguanta y sufre por el hijo y que pervive también en la figura de la Virgen.

La película despide sinceridad por todos los poros de ese manto mariano que Alfredito se encarga de vestirle a "su" Virgen, porque el protagonista de esta película habla con "su" Virgen y así en un monólogo con acento y desparpajo andaluz nos (le) va contando sus recuerdos de infancia y juventud.

Aunque los recuerdos son bastante lineales a veces hace algún salto en el tiempo, porque nuestra mente es así, recordamos una cosa y ésta nos lleva a otra, pero inmediatamente retoma el hilo sin que esto vaya en detrimento de la historia.
A Alfredito se le atraviesa el Padrenuestro desde el día en que tan pequeño se enfrentó a su padre y también desde entonces se hace pis en la cama (en su infancia) a causa del terror que siente por él y tiene miedo a las tormentas, ello hace que cada vez que haya una, Alfredito vaya junto a su madre, siempre protectora. Este hecho da lugar a momentos bastante emotivos en la película.

"Madre amadísima" es una cinta con momentos, eso, emotivos pero también con momentos cómicos como los recuerdos que Alfredito le cuenta a "su" Virgen de su paso por la Mili, donde encuentra a "la girasol" otro muchacho homosexual que pronto hace amistad con él (como dice algún compañero : "míralos...Dios los cría...").

El protagonista (en mi opinión muy bien interpretado por Ramón Rivero) hace repaso (a trazos) de su infancia, del despertar sexual en su adolescencia (sólo hay una escena en toda la película de tinte sexual tratada con realismo pero también con delicadeza, nunca chabacana) con Javi, su primer amor que le marca de por vida (destaco aquí la interpretación de José Burgos, (el Alfredito joven), que para mí es excelente y se lleva todo el peso de la película), de sus "coqueteos" con la droga (años más tarde) que vende su amigo "la tintanlux" (también del pueblo y también homosexual), y su paso (más bien torpe) por la Mili...pero sobretodo "Madre amadísima" nos habla de soledad, de sentirse diferente en una época en la que no era homosexual sino el marquita del pueblo al que se le critica y se le mira mal (estoy segura de que esto, depende de dónde tampoco queda tan lejano)...
(SIGO EN EL SPOILER SIN SPOILER)