Sediento de justicia

Esta sencilla y muy digna película dirigida por Richard Bartlett es una revisión de "Conspiración de silencio" ("Bad day at Black Rock") de John Sturges de 1955, llevada al género del western.

Sin pretender desentrañar el film, nos cuenta la historia de Joe Dakota llegando a un pequeño poblado con un pozo de petróleo donde es recibido con desconfianza y cierta hostilidad. Hay un misterio que vamos conociendo según se desarrolla el argumento, con un entramado de engaños, ingenuidades y equívocos. El personaje de Joe Dakota es sobrio y justiciero; tiene una misión: reestablecer la verdad y la justicia ante una versión interesada y felona sobre un hecho atroz sucedido en el pueblo y ocultado por su habitantes.

Aunque el género es el del western, es una película donde la parte de investigación o detectivesca tiene un peso importante. En su sencillez, los personajes están muy bien caracterizados, con sus diversos intereses y sentimientos. Rompe igualmente con la tipología habitual de los westerns: la cantina , el emigrante italiano, el vino, la prensa de vendimia..., el humor y la mofa, o la ausencia de armas cortas durante buena parte del film...

Una película menor pero interesante.

Sencillo, correcto, interesante, básico y acertado western de cine clásico con la historia de un hombre que regresa a una tierra en la que no es bien recibido y está mal visto cuando comienza a investigar y realizar preguntas por la muerte de un antiguo compañero de batallas, dando paso a numerosos enfrentamientos con los habitantes del lugar.
Western que peca de sencillo, pero que ofrece una inteligente y atractiva investigación sobre la muerte de un hombre que murió en la horca por asuntos relacionados con un terreno y una violación.
En la película se puede ver a un joven y poco conocido por aquel entonces, Lee Van Cleef, en un papel secundario en el que no queda mal.
Tengo que decir por si alguien se anima a verla, que he llegado a ver un par de secuencias que me han hecho pensar que Quentin Tarantino, ha llegado a ver esta película y que llegó a hacer un guiño a la misma, con una escena vista en su película Django desencadenado.
Sediento de justicia, queda como un sencillo e inteligente western clásico en el que hay espacio para rivalidades, mentiras, amistades y amor, detrás de una investigación interesante.

Así llamaban en América, "asaltapozos", a los aprovechados que trataban de buscar nuevos yacimientos de petróleo en las inmediaciones de los pozos ya en explotación o ya registrados.
Y con un asaltapozos confunden a Joe Dakota (Mahoney) cuando se acerca a un aislado lugar para preguntar por un amigo suyo. Un pueblo extraño cuya exigua población trabaja en el pozo. Todos menos la bella Jody Weaver (Patten) que tiene algo que ocultar. Y todos están empeñados en "invitar" a Joe a volver cuanto antes por donde ha venido.
Ya conocemos la "hospitalidad" del Oeste donde la palabra "forastero" significa mal venido. Pero en este caso es el pueblo al completo el que rechaza de todas formas posibles al recién llegado.
Como brillantemente han reconocido ya, dos años después de que Sturges estrenara la brillante "Conspiración de silencio" (1955), aparece esta digna versión en forma de western petrolero. De nuevo el enigma por el secreto que se encierra, la atmósfera densa e irrespirable, la violencia como recurso supremo, pero también el remordimiento y el sentimiento de culpabilidad.
Las similitudes llegan más lejos. Si allí se desarrollan los hechos en un único día en un lugar perdido, Black Rock, aquí apenas nos moveremos de Arborville y del yacimiento de petróleo. Si allí los hechos tienen lugar recién terminada la II Guerra Mundial, aquí al poco de concluir la de Secesión en la que han intervenido asimismo algunos protagonistas. Si allí Spencer Tracy busca a un japonés, Joe Komaco, aquí Mahoney trata de encontrar a un indio que atiende por Joe Dakota. Nótese la similitud de los apellidos.
Excelente guion y excelente narración que mantiene un ritmo lento pero que inexorablemente va aumentando la presión a medida que el investigador encauza las pesquisas sobre la masa del vecindario, así hasta dar con la clave de los sucesos.
Estupenda la descripción de los personajes, la sobriedad de Dakota que se ha aprendido muy bien el papel de Tracy, la malévola dominancia de Carl Moore (McGraw) al estilo de Reno (Ryan) en la versión primera que anula con ayuda de la codicia los remordimientos de los vecinos, la bravuconería de los hermanos Grant, Aaron (Akins) y Adam (Cleef).
Buenas interpretaciones además de todos ellos, con una estupenda pelea en medio del fango negro y grasiento.
Para reforzar el enigma un tema musical, casi único, que se repite de forma machacona e insistente bajo diversas versiones.
Con bien poco se levanta una buena película. Modesta de medios, sí, pero muy digna. Apenas una única localización al aire libre, un pueblo adonde se llega por un alargado camino, unos pocos interiores y unos buenos actores. Eso sí, con un guion que tiene las ideas claras, que ha aprendido muy bien la lección.
Una pena que la cinta no llegue al centenar de visionados en FA. No se la pierdan.