Wallace y Gromit: La gran excursión (C)

Como en uno de los cortometrajes más conocidos que dio a luz Méliès, en "Wallace & Gromit: La gran excursión" hallamos un componente esencial que hace de esta magnífica pareja todo un manjar para los más acérrimos en el terreno animado: la ilusión.
En ella, unos primerizos Wallace & Gromit, avezados queseros y desconocidos hasta aquel momento, agotan sus reservas de tan suculento manjar, y deciden viajar a algún lugar donde poder conseguir queso y, ¿qué mejor lugar que la luna para hacerse con una buena ración?

Desde ese momento, y sin necesidad de presentación, el ingenio y talento de un joven Nick Park ronda la pantalla durante, aproximadamente, 30 minutos dejando entrever algunas de las cualidades de las que el particular dúo haría gala en sus posteriores apariciones: la frescura de una pareja tan bien acoplada como coordinada, la particular dicharachería de Wallace en contraposición con la magnífica expresividad de Gromit y todo un mundo creado con desparpajo empleando un sólo elemento: la plastilina.

En ella puede que no se atisben las grandes cualidades que han paseado durante las dos siguientes décadas (y las que, esperemos, les queden aún) estos singulares personajes y, sin embargo, ya empezamos a obtener tintes de la gran comicidad que se les atribuye, así como de sus mejores tics, haciendo que "Wallace & Gromit: La gran excursión" no sólo resulte un más que grato entretenimiento sino, además, el nacimiento de dos de los más grandes de la animación en, como mínimo, varias décadas.

En este corto se nos presenta a Wallace, un excéntrico inventor amante del queso, y a su pragmático compañero, su perro Gromit. En un día de fiesta, y a causa de la falta de queso en la casa, Wallace decide viajar hasta la luna en un cohete casero para conseguir un poco de queso cheddar (ya que todo el mundo sabe que la luna está hecha de queso).

Fue nominada en 1990 para los Oscar. Le costó más de seis años de trabajo al animador Nick Park completar este corto, que originalmente fue un proyecto final de carrera. Éste da a conocer al mundillo de la animación el peculiar humor de Nick Park y establece las bases de la relación de esta extraña pareja de plastilina: un inventor demasiado excéntrico y su perro, o mejor dicho, su amigo.

En la parte final, en todo momento era inevitable que se me pasase por la cabeza la penúltima joya de Pixar, 'Wall•E', y es que hay alguna que otra similitud. Ojalá os deis cuenta y disfrutéis de este primer corto como hice yo en su día. Éste y en general todo el mundillo de 'Wallace y Gromit' es una auténtica joya animada que desgraciadamente poca gente conoce.

Completado tras seis años de duro trabajo, "La gran excursión" supuso el debut de Wallace y Gromit y la confirmación del talento de Nick Park, que ese mismo año obtuvo el Oscar al mejor cortometraje animado por el hilarante "Creature Comforts". En este primer acercamiento a la hilarante pareja británica, Wallace, un despistado inventor, y Gromit, su fiel perro mudo, ambos están tranquilamente en su salón preparando el té y descubren que se han quedado sin queso. Instantáneamente miran hacia la luna, afirmando que todo el mundo sabe que está hecha de queso... y comienza la aventura. Con una premisa tan absurda, Nick Park consigue sacar petróleo y crear situaciones dignas de elogio, incluyendo gags verdaderamente geniales.

La primera mitad del cortometraje se centra en cómo Wallace prepara el viaje hacia la luna, creando un cohete para tal fin. La parte posterior se desarrolla sobre la superficie del satélite terrestre, y es aquí donde verdaderamente se pasa del simple gag al mayor calado, a darle profundidad a esta historia, con la inclusión de un tercer personaje, un robot, que remite irremediablemente a la maravillosa Wall-E de Brad Bird tanto por su forma de actuar (recogiendo basuras) como por ciertos elementos "humanizados", que prefiero no desvelar para no estropearle a nadie el primer visionado de "La gran excursión".

Técnicamente es una película irreprochable, presentando un acabado fantástico a pesar de ser un trabajo casi en solitario, ya sentando las bases del stop-motion, con unos efectos de luz que quitan el hipo, si bien esto se potenciaría en la cumbre de Nick Park, "Los pantalones equivocados", que llegaría apenas cuatro años más tarde. Un notable primer acercamiento a esta pareja que, si bien puede no ser tan redondo como los posteriores, si que supone una sobresaliente evasión y merece ser reconocido por su gran mérito a nivel técnico. Una gozada.