Las mujeres de Jeremías

Impresentable comedieta ambientada en el western y con estúpidos ramalazos eróticos. El guión (por decir algo) es un dechado de misoginia, machismo y embrutecimiento viril vulgarísimo y rijoso. Todo a cuenta de las cuatro hijas y la esposa (Isela Vega, lo mejor de la función) de Jeremías (una máquina el tío, premio al mejor semental), todo un dechado de virtud que tiene encelado a todo el género masculino ante la belleza de éstas y a las hembras ante su potencia sexual. La secuencia de la ducha, al inicio y esos primeros quince minutos con ese padre hercúleo y en marcados calzoncillos ante sus desnudas hijas y esposa prometía pero ni por ahí se lanza la película. Cosas de machos muy ladradores pero poco mordedores (los productores, director, guionista de semejantes engendros quiero decir).

Pensábamos que "Lo verde empieza en los Pirineos" solo se daba en la España de los 70. Error, por lo visto algo por el estilo ocurría unos años después al sur de Río Grande.
Ahí tenemos a "Las mujeres de Jeremías" para demostrar que en todos los sitios cuecen habas. Un pastor protestante reprimido y represor que tiene y controla "Cuatro hijas del Señor con cuatro cuerpos del diablo", en una serie de "aventuras" que nada tienen que ver con las de su tocayo Johnson.
Trama ramplona con ¿guion? que no tiene otro objetivo que lucir a cinco exuberantes bellezas (lo único que se salva), en una especie de ¿comedia? ambientada en la frontera entre Nogales (México) y Arizona.
Ni dirección, ni interpretaciones, ni banda sonora, ni ambientación. Diálogos de los tiempos del destape, "Está buena la reverenda". Solo unos cuantos desnudos gratuitos y otras obscenidades que no vienen a cuento para servir de cebo a espectadores incautos ... o salidos.
Para ambientar un poco la cosa traen una vez más a los Dalton haciendo de bobos malos. Tan infelices, que están convencidos del poder afrodisíaco del licor de menta.
En fin, una especie de porno-western vulgar del que aconsejamos huir a uña de caballo.