Pédale dure

Que segundas partes nunca fueron buenas, es falso, y a “El padrino II” me remito. Lo que ocurre es que cuando se trata de realizadores, o productores, que ven la posibilidad de sacar dinero de un pretendido filón, la secuela suele fracasar artísticamente por volcarse más en el aspecto comercial. Los gags están llevados a un extremo increíble y el espectador aquí si puede tener la idea de que le están tomando el pelo. El guión está basado en esos gags, uno tras otro, y con malas conexiones que producen algo de fastidio al no quedar completos. Por otra parte el director está más preocupado por sacar de los dos actores principales todo su amaneramiento y estos ocultan, si es que lo tienen, su capacidad interpretativa. Un actor puede pasar toda la película haciendo la loca, pero lo tendrá que hacer para que el espectador la crea así de loca. Lo que no puede hacer el actor es de heterosexual que interpreta a una loca que si es loca. Miren ustedes esto puede resultar difícil de entender, como a mi me ha ocurrido con la película, pero mi consejo es que no pierdan el tiempo en averiguar el sentido de todo esto. Por cierto, la música, que en la película anterior “Pédale douce” estaba tan bien introducida en toda la trama, aquí está metida con calzador y llega a molestar.