La legión del desierto

La legión del desierto es de esas películas que cuando terminas de ver, te da la sensación de que no han sabido darle el uso positivo a la cantidad de mimbres que tenía para haber realizado un mejor trabajo.

Mira que siempre es curioso el tema de la legión francesa en Africa y todo lo relativo a sus peligros y aventuras, si además le añades que buscan a un hombre muy peligroso el cual se ha hecho con un ejército que trae a los legionarios de cabeza y como guinda del pastel le añades a la guapísima actriz Arlene Dahl, quien como dato curioso es la madre del famoso actor Lorenzo Lamas, pues teníamos un buen repertorio para el entretenimiento.

Pero la realidad es que la película es muy plana, con pocos saltos de interés a pesar de tener muchas escenas de acción y batallas, Alan Ladd tiene el mismo gesto durante toda la proyección, con lo cual se me hace muy complicado creerme su personaje. Algunas gotitas de humor y poco más.

Para pasar un rato entretenido sin muchas pretensiones.

Un duelo con lanza puede durar una hora, y yo creo que más si son Allan Ladd Y Richard Conte los que están en disputa. Son personas muy preparadas y esquivan fácilmente la lanza. Pero hasta que llegan ahí, habrán tenido que pasar por muchas cosas.
Allan Ladd, oficial de la Legión Extranjera, tras una batalla, encuentra el paraíso perdido y se enamora de la hija del Gobernador. Cualquiera se enrolaría en la Legión Extranjera si así pudiera encontrar el paraíso perdido. Esto es La legión del desierto, y no está mal. Como es una producción de 1953 (sin los grandes efectos visuales informáticos), las aventuras aquí relatadas no tienen momias gigantescas ni legiones de monstruos surgidos de las arenas del desierto ni las consabidas serpientes venenosas en el foso de una tumba, ni siquiera nazis del Afrika Korps buscando el Arca de la Alianza.
Pero tienes a Allan Ladd y a Richard Conte luchando por el paraíso perdido y por la hija del Gobernador. Muchos hombres, si llegaran a ver esta película, estarán conmigo que si no en esta vida, tal vez en otra, se enrolarían en la Legión Extranjera sólo por poder llegar algún día a estar al lado de la hija del Gobernador y quedarse en el paraíso perdido. Ella sí que tiene un gran efecto visual.

Lamentablemente a un Alan Ladd en horas bajas, se le ocurrió aceptar esta película que no tiene ni pies de cabeza, parece un cuento malo en formato panorámico. Soldados franceses en un desierto, lugareños rebeldes, una ciudad perdida, un malo muy malo, una chica muy guapa y para de contar.

Muy entretenida. Se hace raro ver a Richard Conte en un papel que no es de cine negro, pero la cinta es entretenida. A su lado de Alan Ladd cubre mejor sus expectativas, sin ninguna duda. Me ha gustado mucho Arlene Dahl, actriz guapísima, pelirroja, y madre de Lorenzo Lamas, qué cosas, esposa de Fernando Lamas.
Pevney tiene cosas interesantes, El rastro del asesino (1957)
y El último torpedo (1958) son buenas películas.
Me agrada el aire de aventuras de la cinta, ese aspecto clásico del cine de entretenimiento, que no siempre estaba exento de profundidad. No es este caso.
Lo mistico, lo religioso y la aventura se mezclan con eficacia y agilidad. Me ha gustado más de lo que la crítica dice de ella, más que la nota que tiene en FilmAffinity.

Lo mejor:
Las señoras, la crítica que haga el siguiente, Alan Ladd se lo pasa pipa en el desierto y yo no, claro que tampoco me divierto viendo La de Frankenstein y el lobo,
Lo peor:
El desierto es muy grande y se podría haber comprado un eurito y perderse Joseph Pevney y su tropa. Y también se podría llevar el Frankenstein y el lobo.