Tutankamon (Miniserie de TV)

Tutankamon ascendió al trono a los 10 años y falleció a los 19, probablemente de enfermedades degenerativas al ser hijo incestuoso del faraón hereje Akenathon y la hermana carnal de este. (También se ha especulado sobre que se lo cargaron, pero no está comprobado). Le sucedieron en el trono el anciano sacerdote Ay (No es un chiste, se llama así) y luego el general Horenheb, que por supuesto NO era negro. Horenheb no tuvo hijos varones pero se cree que tuvo una hija a la que casó con su hombre de confianza Ramses, que ascendió al trono como Ramses I.
Hasta aquí la historia. ¿La miniserie? Un espanto, no porque se aparte de la Historia y le aseste decenas de patadas a cada escena, sino porque es cutre, absurda y lenta. ¿Los de Mitammi eran negros? ¿El faraón destruyendo su campamento con una incursión de 40 tíos? ¿La esposa intentando cargarse a la amante cuando la poligamia era lo mas normal? ¿La faraona malvada tiene un sicario de confianza que se ve claramente que bebe los vientos por ella y se lo carga degollándolo?
Lo cierto es que acabé harto de este subproducto porque aun olvidando por completo la “History” (Historia real) lo cierto es que la “Story” (relato ficticio) era mala mala mala, llena de incoherencias y absurdos. Ben Kingsley debe tener muchas facturas que pagar o ser un adicto al trabajo para meterse en este embrollo. ¿Por qué no se sacaron de la manga un faraón ficticio para hacer con él lo que les plazca? Pues para aprovecharse de la fama del faraón.
Viendo este bodrio, me gustaría que fuese verdad la maldición típica contra los que alteren el reposo eterno del faraón, porque los guionistas y productores de esta serie se la merecen mucho mas que los arqueólogos.

Eso es exactamente lo primero que te preguntas cuando ves a Avan Jogia haciendo este personaje. Lo primero que debo decir en esta crítica es la verdad: Estoy encantada con ver cómo alguien ha dirigido una peli sobre este personaje. Venía pidiendo una película desde hacía tiempo. Porque todos conocemos a Tutty como el cadáver sagrado que lleva siendo famoso durante años, pero poco de su vida real.
El resultado no ha sido como me lo esperaba, pero me alegro que exista algo de su vida. Bien lo mejor de toda la película es un actor: Avan Jogia, no Ben Kingsley, quien se repite en su rol una vez más....Ben Kingsley es un actor maravilloso, pero se repite mucho en sus roles, tiene más moral que el Alcoyano, para participar en superproducciones exóticas de época.
Avan Jogia hace de faraón niño, cambiando muy bien de un estado de ánimo a otro, mostrando las diversas caras de este joven gobernante,sus dudas, su vacilación. Sybilla Deen hace de su señora y su hemana, como era la costumbre de los faraones, y su química con Tut es impresionante; hasta el punto que me pregunto si habrán aprovechado ben todo el material. La miniserie tiene un vestuario formidable, y una reconstrucción tirando a notable, se nota que no es un auténtico castillo egipcio, pero en ese momento te lo crees. Donde falla esta serie es en el drama: absurdo, rebuscado y visto. ¿Para qué sirve a esas alturas un triángulo amoroso? Son preguntas sin respuestas. Si vas a ver esta peli hazlo por curiosdad, querer saber cosas de Tutankhamon, no buscando una obra maestra. Hay personajes como la amante de color del faraón que vienen sobrando, y villanos que no dan la talla, siendo las peleas un punto fuerte quizás en la trama. Ok, convertido en una infumable "soap opera" nigún show funciona, pero tal vez sí una miniserie. No diré como un gafapastas diría "mediocre peli sobre un desconocido faraón, cuyo tesoro es lo único que merece la pena", sino que te diré lo que pienso: es una buena peli para pasar el rato y hacía falta.

La serie es entretenida, pero absolutamente poco creíble. Nada que ver con lo poco que se sabe sobre la realidad del propio Tutankamon. Me hubiese gustado que al menos respetasen algo de lo que nos cuenta la historia, y no una serie que ni si quiera respeta la realidad política y bélica de la época.

Menos mal que no suelo hacer caso de las críticas, me gusta ver las cosas por mi mismo, porque de ser así me hubiera perdido una gran serie. Si bien el contexto histórico no es completamente real, algo si se acerca. He leído muchas absurdeces de gente criticando que esta no es la vida del faraón, cuando ni los expertos son capaces de ponerse de acuerdo a la hora de concretar como fue su reinado, así que menos lecciones de historia.
En general los decorados son muy buenos, la acción bastante pasable, la trama se ajusta a lo que solía ser el antiguo Egipto y por supuesto la gran actuación de Ben Kingsley, no en vano fue candidato a mejor actor por esta serie para el sindicato de actores. En serio, no aburre para nada

Tutankamón, hijo de Akhenatón y Nerfetiti, rey del Alto y Bajo Egipto, es probablemente el faraón más famoso de la historia de la cultura del Nilo. Y no por sus grandes hazañas, sino porque su tumba fue descubierta intacta, sin saquear.
Además, algunas investigaciones de su momia han especulado con la causa de su muerte, que pudo no ser natural.
Esto da pie a que, junto con las evidencias históricas, se pueda contar una buena historia con la biografía de este joven rey.
A eso hemos de añadir uno de los contextos más fascinantes que haya habido: el antiguo Egipto.
En el cine, tras la conocida “Cleopatra” de Elizabeth Taylor, no ha habido grandes títulos que hayan recreado esta época histórica con la merecida espectacularidad, quizás hasta el “Exodus” de Ridley Scott. Por suerte parece que la cosa está cambiando y están poco a poco llegándonos más cosas ambientadas en la época.
Esta miniserie tiene sus virtudes y defectos. Personalmente a mí me encanta Egipto, y puede que esta producción televisiva me guste más de lo debido solamente por eso. Pero siendo justos, creo que la recreación de algunos decorados no está todo lo bien hecha que debería, pues todo parece demasiado limpio y recién hecho. Ya sé que no pueden mostrarnos ruinas en la época de máximo esplendor, pero me parece todo como demasiado artificial. Me refiero por ejemplo a ese gran patio del palacio en donde conocemos a los personajes por primera vez. Eso sucede principalmente con los exteriores. Supongo que esto se debe a una mezcla entre limitación presupuestaria y abuso del ordenador. Al menos el interior del palacio sí es más creíble y está mejor hecho.
Lo bueno que tiene la serie, es que al ser de pocos episodios (y cortos), no se pueden enrollar con tonterías ni pérdidas de tiempo para alargar el metraje. Esto hace que tenga un ritmo muy bueno en lo que cuenta, centrándose perfectamente en lo más interesante de la vida del personaje. De hecho, ya en el primer episodio podemos ver una batalla con los carros de combate egipcios, sin tener que esperar mucho como en otras series históricas recientes (“1864” o “Marco Polo”, por ejemplo).
Las habituales intrigas de palacio de este tipo de historias, no faltan aquí, volviéndonos a mostrar lo malvadas que pueden llegar a ser las personas codiciosas.
Entre los actores, casi todos desconocidos, tenemos al sempiterno Ben Kingsley. Este hombre sirve tanto para un roto como para un descosido, y en sus años de vejez le estamos viendo hasta en la sopa. Afortunadamente parece que ya está haciendo trabajos con un poco más de cabeza, pues un tiempo atrás estaba estancado en un cine bastante malo, habiendo llegado a hacer hasta alguna película de Uwe Boll.
Podemos descubrir también a la hermosísima Sibylla Deen, que no sé si es buena actriz o no, pero desde luego su belleza es adecuada para una reina de Egipto.
La cabecera está muy bien, y también la banda sonora.
Es una serie muy dinámica y entretenida, que solo por ser de Egipto ya merece la pena verla.