El sistema Pelegrín

La buena es que la película me ha parecido notable. No deja de ser una comedia amable con toques sarcásticos que se deja ver divinamente. Me he reído en varias ocasiones, y hasta el regusto pedante que tiene la personalidad de Fernán-Gómez encaja muy bien con el personaje y la historia.

El guión y los diálogos son muy buenos, la cosa es así de simple. Las situaciones aunque no son extrapolables al 100% en nuestros días, no están desfasadas y se captan todos los matices sin problemas. Estamos hablando de casi 70 años de distancia, yo creo que ha pasado la prueba con nota.

Es más, ya ha habido muchos intentos recientes de hacer algo similar con la temática del fútbol, y las que he visto son muy inferiores a esto.

Lo que falla bastante es el final, que le vamos a hacer.

Ahora viene lo malo. Creyendo que esto iba a tener más de un 7 en filmaffinity, me encuentro con un 4 y pico. Me deja frío, es una de esas cosas que no entiendo.

¿Qué puedo decir?. Creo que es injusto, y también creo que si alguna vez has participado en un equipo de fútbol de barrio y no te has reído con esto, a lo mejor debo ir a que me miren a mí.

La historia de este señor, Pelegrín, promete. El trabajo intrigante de Fernán Gómez anima a seguirle, a vigilar sus exageradas explicaciones, sus proyectos surrealistas, sus descaradas y convincentes chácharas en busca del ansiado empleo. Su comportamiento en sociedad, en el colegio, con los alumnos, llama la atención y el espectador continuara pegado a la pantalla. El señor Pelegrín vale de momento.

El combate de lucha libre, los partidos de fútbol, los personajes, el humor… va de la mano con el punto de curiosidad pero luego Fernán-Gómez se dispara y su actuación pasa a ser algo grotesca. Tampoco es que tenga uno que abandonar, la película continua con su dinámica, la que marca ese profesor comprometido con el deporte que también quiere comprometerse con la compañera. Igual que un Pelegrini famoso a su paso por el Madrid como entrenador, la cosa queda aparcada para las estadísticas y las memorias anuales, pero puede uno pasarse a verla.

En 1952 e inmediatamente después de la que muchos consideran su mejor película, Brigada Criminal (!950), el prolífico Iquino filmó en Barcelona esta adaptación de la novela homónima de Wenceslao Fernández Florez que el propio escritor gallego adaptó para la gran pantalla.

Una película original y moderadamente sorprendente que, merced a Fernán Gómez y su poderosa y adecuada presencia para encarnar a un personaje cínico y algo histriónico, lo absurdo de la historia y cómo está contada, alguien incluso ha relacionado con el cine de Groucho Marx sin que le falte algo de razón

Sin terminar nunca de despuntar o de asombrar del todo y con un final no muy agraciado, la peli cuenta no obstante con momentos y secuencias bastante logradas no solo por el guión e historia de Fernández Flórez sino por la frescura que aporta un Iquino que no renuncia en ocasiones a su peculiar sello de puesta en escena con algún que otro plano en escorzo o con esos encuadres algo peculiares que ya viésemos en Brigada Criminal.

La compañera de reparto de Fernán Gómez es la portuguesa Isabel de Castro, muy habitual por entonces en España y presente, entre otras pelis, en la más que curiosa “Bajo el cielo de Asturias” (Gonzalo Delgrás, 1951). Dos de los muchos actores de apellido Calvo que en el cine español han sido completan, entre otros, el elenco.

Esta película es de 8 o como mínimo de 7. Por el guión muy bien trabado, por los ingeniosos diálogos de Wenceslao Fernández Flores, por el buen rodaje de Iquino. Además es una crítica aguda del mercado del fútbol, como ya era entonces y después ha ido a mucho más. Pienso que las personas aficionadas al fútbol, que son millones, deberían verla.
Fernando Fernán Gómez, que lleva adelante toda la película, está en una de sus mejores actuaciones, con esa dicción a la vez ampulosa y natural, aunque esto suene raro.
De lo único que disiento es del desenlace. Un director de hoy habría dejado un final abierto, de esos que están tan de moda y que aquí cuadraría.

Amable y bastante absurda comedia dirigida de forma desigual pero nada desdeñable por un Ignacio F. Iquino en los comienzos de su carrera, cuando aún tenía ideas propias y no había abordado el cine del destape y así.
En esta ocasión adapta la famosa novela de Wenceslado Fernández Flórez "El sistema Pelegrin. Novela de un profesor de educación física.
Quizás en la época de su estreno la cosa tenía mucha gracia, pero casi sesenta años vista después la cosa se queda en algo raro por su un tanto absurdo humor, que no obstante tiene buenos momentos, siempre gracias a la indudable comicidad de un Fernando Fernán Gómez, sencillamente magistral.
Ofrece un impresionante tour de force, aunque dentro de una historia light, lleno de acontecimientos sin mucho rigor, con abundantes notas costumbristas y una simpatía gracias a los entrañables personajes que pueblan la historia.
Una historia hoy endía algo difícil de digerir pues los tiempos no son los adecuados para apreciar la ironía y surrealismo de unos acontecimientos de desbordante humanidad, cuyos códigos hoy en día resultan obsoletos, desgraciadamente.
Muy buenos intérpretes y entretenimiento discreto, para una película que, repito, hoy en día parece un tanto marciana. Si se la acepta tal cual es, bien, sino...

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