Aunque sea ya de la década posterior, "Terminator 2" aglutina muchas de las virtudes del cine de acción de los 80... y muy pocos de sus defectos. La productora se sorprendió al ver los resultados de ventas de cintas de la primera parte, la cual tuvo un impacto a largo plazo muy superior al que pensaron sus hacedores. En esta ocasión, James Cameron da la vuelta al calcetín y crea una secuela que supera con creces a la mítica entrega original.

Arnold Schwarzenegger presta su rotunda presencia a la máquina de matar, aquí en un inteligente giro de papeles. El guión explota con acierto la falta de expresividad de Arnold con la propia condición de su personaje, generando una sensación fantástica en pantalla. Vuelve a repetir con él Linda Hamilton, aquí con más horas de gimnasio echadas, si bien sigue igual de solvente que en la anterior.

Ahora, el papel del gato y el ratón ha cambiado, siendo una verdadera delicia ver el primer choque entre las dos máquinas, quedando sorprendidos por quién protege y cuál de los dos enviados quiere exterminar al futuro líder de la resistencia humana. Sus efectos especiales son hito para su época; a pesar de su metraje, no se hace en lo absoluto pesada o tediosa.

Los amantes del género están de enhorabuena con este juicio final, incluso por el acertadamente eliminado final que había concebido Cameron en un inicio. Ahora entiendo por qué lloráis.

Una excelente película en su registro apropiado. Muy recomendable.