Tras tanta sobredosis de cine de super héroes emerge Joker como una película muy lejos de los efectos especiales, la grandeza y ese maniqueísmo propio de cualquier película de DC o Marvel.

Joker es un puñetazo a tu estómago, Joker es un grito de desesperación. Joker es un descenso a la locura.

Joker es el retrato del mundo que nos espera (si es que no está ya aquí), Joker es el mundo post-Trump, Joker es un mundo enfermo.

Joker es el espejo de la sociedad que estamos creando. Joker es el monstruo que se esconde tras la miseria y la desesperación... y es que cuando ya no te queda nada sólo puedes bailar, bailar sobre las cenizas de un mundo que arde.

Joker es "La naranja mecánica" de esta década, Joker es un "Taxi Driver" actual. Joker es un peliculón.

Joker es un jodido chiste sin gracia.

Para los amantes del cine de ciencia ficción cuando descubrimos un nuevo estreno de este género en la cartelera siempre nos da cierto "gustirrinín" ante la expectativa de descubrir nuevos mundos e historias... y más cuando lees el resumen de estos '4oo días'.

La película parte de una premisa bastante atrayente, y si encima ves su cartel... pues aún son mayores dichas expectativas. Aunque sólo hacen falta 5 minutos de película para que tus ilusiones se empiecen a venir un poquito abajo: típica presentación, de típicos personajes, viviendo típicos tópicos en sus primeros días en la nave... mal comienzo!

Pero aunque aquí me leas metido a crítico ocasional no me considero un gafapasta sabedor de la quintaesencia del cine, por lo que tampoco exijo mucho a las películas y me dejo engatusar con poco... por lo que mantego vivas mis ilusiones en este viaje de 400 días! Pero los días van pasando y lógicamente esa tensión que debería aumentar entre los miembros (y miembra) de la tripulación... no te llega a tí, y sientes que todo es más falso que una pelea de los Power Rangers. Esas sensaciones que debería transmitirte una buena película (angustia, nerviosismo, desazón, yo qué sé!!! algo!! ...) no acaban por traspasar la pantalla.

Por lo que el director decide cambiar las tornas y lo que se supone que era un retrato psicológico de 400 días encerrado en una nave en pleno viaje espacial se convierte en otra cosa... bueno mira, tal como iba la peli casi que mejor... pasamos al plan B!