Grandioso thriller psicológico con claros tintes de melodrama.
Tremendamente realista, sin efectos especiales, sin flipadas, todo muy cercano y humano, a la vez que deprimente e incómoda a veces.
Es increíble cómo, a pesar de su desequilibrio mental, llegas a empatizar con el personaje. En un momento dado he llegado a gritar "¡Grande Joker!" y casi me pongo a aplaudir, porque fue como una liberación.
A pesar de eso y, en contra de lo que se ha dicho, NO INCITA A LA VIOLENCIA. Todo lo contrario. El mensaje que yo veo es que la sociedad y sus dirigentes deben ayudar y cuidar a los enfermos y a los marginados, y no maltratarlos y olvidarlos. Y no, EL JOKER NO ES UN HÉROE, a pesar de que los más desfavorecidos necesiten un símbolo, un icono, un líder, para que reaccionen y se rebelen sanguinariamente contra el poder corrupto y opresor, porque ese no es el camino, aunque si extrapolamos esa Gotham a otra población igual de corrompida y con la misma diferencia de clases, hasta cierto punto sería entendible y cuestionable.
Sí que estoy de acuerdo en que puede ser la Taxi Driver del siglo XXI, ya que comparte paralelismo en su trasfondo, y por una escena donde le hacen un guiño clarísimo. Y bueno, el Óscar a Mejor Actor Principal para Joaquin Phoenix también. Pero ya. Qué interpretación, qué miradas demenciales, qué risa agobiante, qué involución tan magistralmente llevada a cabo, qué puesta en escena tan brillante. Nicholson y Ledger, allá donde esté, estarán orgullosos de ti, porque has superado las expectativas con creces.
Película imprescindible si eres fan del personaje o de la tortura psicológica. Gracias Joaquin, gracias Todd, gracias DC, gracias Warner, por habernos dado una película oscura, profunda, decadente, y sobre todo, adulta y seria, ya que estaba harto de pelis muy esperadas y luego resultan suaves, alegres, infantiles, con gags, con coñas, porque no se atreven a arriesgarse con lo políticamente incorrecto, o bien porque quieren llegar al máximo público posible. Lo dicho, gracias, y bravo por vosotros.