Mentiría si dijera que Cazafantasmas: Más allá me pareció una gran película. Ya que la vi hace un par de semanas y la verdad es que me decepcionó bastante. Ya que encontré la película muy alargada y aburrida, pero con un desenlace bastante satisfactorio. Igualmente, me dispuse a ver Cazafantasmas: Imperio helado para ver si la cosa mejoraba respecto al film dirigido por Jason Reitman.


La película dirigida por Gil Kenan (Monster House; 2006) vuelve a repetir todos los errores que la anterior película ya tenía, es decir, mucha trama nada llamativa que deja de lado lo que todos queremos ver en una película de este calibre, acción. La subtrama de la chica (que es donde gira el eje principal del film) es muy aburrida y no brinda casi nada de interés. Los personajes vuelven a ser otra vez planos, el humor muy soso y el ritmo demasiado lento. Diría que lo mejor es cuando la ciudad se congela (aparece en el tráiler), pero es que la película no se sostiene casi por si mismo. Es que narices, cuando uno quiere ver una película sobre los cazafantasmas, lo que quiere ver es a este grupo cazar fantasmas a raudales, tal y como pasaba en las dos clásicas películas de los 80. Y ya ni hablemos de lo previsible de la historia, que eso ya es algo que podemos obviar.

Cazafantasmas: Más allá tenía muchos de estos fallos, sin embargo, le perdoné sus errores a espera de que su secuela mejorase algunos de estos aspectos, ya que se sentía más como un prólogo que otra cosa. Sin embargo, esta secuela vuelve a fallar en casi todos los aspectos de su antecesora. Lo siento mucho por aquellos que disfrutaron de la primera entrega (incluso los que hayan disfrutado de esta), pero esta vez no voy a volver a ser indulgente, la película no llega al aprobado. Los cazafantasmas ya no dan para más, y el público ha demostrado lo mismo, siendo que apenas ha podido duplicar el presupuesto inicial de 100 millones de dólares. Una verdadera pena.