Esta serie es descarada, divertida, irreverente, … eso es lo que quizás habría podido escribir hace, como poco, 10 años. Parece que en Polonia se hubieran metido en un agujero aislados del mundo hace 30 años, salieran hace 3 y se atrevieran a hacer ficción intentando subirse a la ola.

Es un tostón que me he tenido que forzar a ver desde la mitad del capítulo 2 para intentar dar un crítica completa. Pero que mientras la veía me limaba las uñas o peinaba al gato, por no perder tanto el tiempo.

No sé si es tierno o patético que piensen que esta serie puede impresionar o hacer gracia a estas alturas. Puede que en Polonia, pero el resto del mundo estamos en 2021. A mí de momento no han logrado sacarme ni media sonrisa. Hay gags de supuesto humor que son de películas de los 90 tipo “American Pie”. El porno que aparece es de los 70. Si hasta hay un roce de manos como un momento de la Inglaterra victoriana.

Los tres personajes principales quedan completamente definidos a los 2 minutos de aparecer en pantalla, y no lo digo como algo bueno. No resultan ni medianamente interesantes. Las protagonistas se comportan como crías de instituto en vez de como universitarias de último año.

Las interpretaciones son sosas, y la historia va de una chorrada a la siguiente. La ambientación, como toda la serie, parece de los 90 para atrás.

Como ya he leído en otra crítica, parece comedia de Pajares y Esteso. Como si mostrar tetas de veinteañeras fuera el sumo del descaro. En serio, a esta gente le hace falta pasar unos meses viendo lo que hemos estado viendo el resto los últimos 30 años, y ya si acaso, si es que no terminan totalmente escandalizados, atreverse a hacer un producto de consumo global. Mientras, mejor que se dediquen al público que conocen, el suyo. Es una de esas veces en las que se puede decir la manida frase: cuando ellos van, los demás ya hemos ido y vuelto veinte series y películas de allí.

Aquí las susodichas, de las que la precursora de todo es supuestamente inteligente y buena estudiante, se ponen a investigar sobre el orgasmo y ven porno o van una Sexshop, en lugar de leer sobre quienes les precedieron, que es lo que hay que hacer en toda investigación, como por ejemplo el homófobo Kinsey (del que hay una película), Masters y Johnson, (de los que hay una serie, que recomiendo antes que ésta, y también a todos los implicados en la serie), ambas mucho más transgresoras que ésta. O incluso al machista Granville (del que también hay una terrible película, oportunidad perdida de tratar el tema). Y por cierto, la tipa que inicia todo y va de sobrada no es capaz de decir la palabra sexo.