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Voto de jdvlazio:
6
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27.239
Comedia. Drama
Christine (Saoirse Ronan), que se hace llamar "Lady Bird", es una adolescente de Sacramento en su último año de instituto. La joven, con inclinaciones artísticas y que sueña con vivir en la costa Este, trata de ese modo encontrar su propio camino y definirse fuera de la sombra protectora de su madre (Laurie Metcalf). (FILMAFFINITY)
20 de julio de 2018
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Existen etapas de la vida memorables donde se adoptan actitudes propias de dichos periodos como por ejemplo la rebeldía en la adolescencia. En Lady Bird, se retrata esta etapa en una joven, que en medio de algunas asperezas familiares, intenta levantar vuelo y fracasa en cada intento.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La historia transcurre bajo un contexto bastante conocido y repetido en el cine americano: la transición entre la secundaria y el college, y las implicaciones que suponen la libertad y el desprendimiento de la familia. A esta fórmula, se le agrega una añoranza caprichosa por el lugar de origen de la protagonista; una ciudad llamada Sacramento en California. De forma repetida y hasta circular se menciona a esta ciudad como un lugar común que quiere ser protagonista sin serlo, porque al final no queda una sensación memorable de este sitio. Funciona como un cierto tributo del director que si bien podría conectarse con su habitantes, poco lo logra con el público en general. Causa cierta curiosidad el desprecio de su protagonista por este sitio desde un principio, pero aún tras el final, queda la misma sensación de extrañeza.
En su último año en la escuela, la autodenominada Lady Bird explora varias facetas de su identidad con carencias de aceptación. Ni su lugar de origen, ni su casa, incluso ni la comida en casa parecen gustarle a una confundida niña que se escuda en su rebeldía sin causa. Le va mal en el amor, en el canto, en las matemáticas y hasta en las bromas. Nada parece trascendental en la búsqueda de esta adolescente, y el único problema aparente parece la relación con su madre, que por cierto es bien ambigua e inesperada. Es necesario decir que no hay claridad sobre el drama entre ellas que lo haga creíble, además recurre a una tensión gastada de la mamá ocupada y trabajadora y su hija rebelde y desorientada. Y aunque pudiera ser a propósito, la relación entre estas es tan desequilibrada que no termina de convencer. Así como se quieren, en segundos se odian. Y claro, aparece en medio el papá mediador para reforzar la recurrente y repetida fórmula. Eso sin mencionar al extraño personaje del hermano y su novia de los que podríamos olvidarnos fácilmente sin mayores consecuencias en el desarrollo de la historia.
Tal vez esa inseguridad del adolescente quede igual plasmada como narrativa de esta película, que apenas logra dar unos pincelazos de la intención del director, tan fugaz y voluble como la adolescencia misma, llena de malas decisiones y círculos sin cerrar. Por cierto, una narrativa que además se vuelve tan predecible como la tensión entre las niñas populares del colegio y las raras, que siempre encuentra su giro en la fiesta de graduación. Y ni hablar de la amiga fiel que espera paciente el regreso de su colega tras un fallido anhelo de popularidad.
El vuelo que intenta dar la protagonista es tan corto que no alcanza para descubrir sus motivaciones, si es que las tiene. Lo único cierto es que quiere volar hacia otro destino para alejarse de su realidad. Y cuando por fin lo ha logrado, decide olvidar ese pájaro joven del que se empoderó por rebeldía, para empezar a ser la que su familia quería: la simple Christine. Tan simple como esa sensación que queda tras el final.
En su último año en la escuela, la autodenominada Lady Bird explora varias facetas de su identidad con carencias de aceptación. Ni su lugar de origen, ni su casa, incluso ni la comida en casa parecen gustarle a una confundida niña que se escuda en su rebeldía sin causa. Le va mal en el amor, en el canto, en las matemáticas y hasta en las bromas. Nada parece trascendental en la búsqueda de esta adolescente, y el único problema aparente parece la relación con su madre, que por cierto es bien ambigua e inesperada. Es necesario decir que no hay claridad sobre el drama entre ellas que lo haga creíble, además recurre a una tensión gastada de la mamá ocupada y trabajadora y su hija rebelde y desorientada. Y aunque pudiera ser a propósito, la relación entre estas es tan desequilibrada que no termina de convencer. Así como se quieren, en segundos se odian. Y claro, aparece en medio el papá mediador para reforzar la recurrente y repetida fórmula. Eso sin mencionar al extraño personaje del hermano y su novia de los que podríamos olvidarnos fácilmente sin mayores consecuencias en el desarrollo de la historia.
Tal vez esa inseguridad del adolescente quede igual plasmada como narrativa de esta película, que apenas logra dar unos pincelazos de la intención del director, tan fugaz y voluble como la adolescencia misma, llena de malas decisiones y círculos sin cerrar. Por cierto, una narrativa que además se vuelve tan predecible como la tensión entre las niñas populares del colegio y las raras, que siempre encuentra su giro en la fiesta de graduación. Y ni hablar de la amiga fiel que espera paciente el regreso de su colega tras un fallido anhelo de popularidad.
El vuelo que intenta dar la protagonista es tan corto que no alcanza para descubrir sus motivaciones, si es que las tiene. Lo único cierto es que quiere volar hacia otro destino para alejarse de su realidad. Y cuando por fin lo ha logrado, decide olvidar ese pájaro joven del que se empoderó por rebeldía, para empezar a ser la que su familia quería: la simple Christine. Tan simple como esa sensación que queda tras el final.