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España España · Pamplona
Voto de Meroe:
6
Acción. Aventuras. Fantástico Un joven llamado Jason (Michael Angarano), que siente una gran pasión por el cine de Kung Fu, visita regularmente una casa de empeños en Chinatown buscando películas. En una de sus visitas descubre un bastón que ha visto en un sueño recientemente, y más tarde se ve envuelto en un atraco en la misma casa de empeños, tras el cual huye con el bastón. En medio de la huida cae desde una azotea y es milagrosamente transportado a la China ... [+]
9 de diciembre de 2008
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La forma de concebir las escenas de artes marciales que tienen Jackie Chan y Jet Li son muy distintas: mientras el primero apuesta por unas coreografías muy físicas, en las que reutiliza elementos del slapstick para "naturalizar" los combates, en cambio el segundo opta por la velocidad y la contundencia, sin importarle recurrir al uso de cables para añadir espectacularidad a los enfrentamientos. Estaba claro, pues, que si había que reunirlos a ambos en un mismo proyecto, como consigue "El reino prohíbido" era necesario lograr un cierto equilibrio entre dos estilos marciales tan contrapuestos, algo que ha logrado con notable fortuna el coreógrafo escogido, Yuen Woo-ping. De hecho, Chan y Li no sólo son las estrellas absolutas de la función sino que, es evidente, el proyecto gira en torno a ellos, que han llevado el tontorrón libreto escrito por John Fusco a su propio terreno, acercándolo más al cine de Hong Kong que a las habituales superproducciones hollywoodienses. Por eso, su pobretón argumento, enésima versión del clásico de literatura china "Las aventural del Rey Mono", acaba siendo lo de menos, y lo que acaba cobrando mayor importancia es el carisma que sus dos protagonistas saben transmitir a sus personajes y, sobre todo, el aire irreal, de cuento de hadas, que transmite a la fotografía de colores muy vivos que busca Peter Pau, reproduciendo sus mismos logros en "Tigre y dragón". Tánto es así que da la impresión de que el director ha hecho poco más que coordinar a los distintos equipos y darle un poco de coherencia narrativa al uso de los efectos especiales, porque la personalidad del proyecto es pura y evidentemente china. Y es que incluso algo que podría haber resultado tan irritante como la inevitable cuota occidental que supone el personaje Michael Angarano está integrado con cierta gracia. No sólo porque el áctor transmite con notable eficacia la transformación de su personaje, sino sobre todo porque el filme no cae en el paternalismo facilón del vínculo maestro-alumno a lo " Karate Kid", ni intenta hacernos tragar una súbita evolución del héroe en una especie de genio de las artes marciales. Claro que, puesta a respetar la inteligencia del público no habría estado de más que, trás ver la película, no le quedara a uno la sensación de no haber visto más que una sucesión de peleas, eso sí, filmadas y coreografiadas con un talento más que sobresaliente.
Meroe
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