La verdad que esto del estilo cartón me encanta. Primero porque no está explotado y segundo porque precisamente se presta a historias de corte más serio sin tener que usar todo con tonos oscuros.

Una interesante mezcla entre un cuento de terror victoriano y una novela de Agatha Cristie donde acompañamos a su protagonista por esos exquisitos trenes dormitorio.

Lo negativo es que todo está muy cogido con pinzas. Deja mucho a la interpretación del espectador ya que las explicaciones (pocas y breves) son abstractas a más no poder.