De acuerdo con una de las críticas aquí en que a las películas no hay que valorarlas por el tema, que puede ser cualquiera, sino por cómo está hecha.
Sí lo de las redes sociales y sus “peligros” es algo de candente actualidad, no porque una película trate de eso ya vale.
Esta está rodada de un modo plano, sin intriga real, alargando una situación inicial. Casi lo único interesante es, hacia el final, el diálogo entre los hermanos. El pequeño pone el dedo en la llaga, con argumentos que deberían haber salido al principio.
Casi todo lo demás suena a simple relleno, como las cansinas escenas de discoteca, un recurso utilizado en muchas películas sin que aporte nada al núcleo de la trama.
El final, ni fu ni fa.