Es una delicia ver esta comedia de 1979, de una época en la que se hacía mucho cine desquiciado con la excusa de los nuevos tiempos, la transgresión y el compromiso, yo qué sé.
Esta es una historia sencilla, contada con maestría, rodada de forma excelente, por ejemplo, en las carreras de bicicleta. La interpretación de los cuatro es directa, sin amaneramiento alguno, sobresaliente Denis Christopher.
Por si eso no bastara, la banda sonora es buena música italiana, Rossini, Verdi, una delicia.
Los secundarios, como el padre del chaval ciclista, son de primera.
Y,como el que no quiere la cosa, de fondo está la amistad, el primer amor, el qué hacer con el futuro.
Ver ahora una película de hace cuarenta años y que quede tan fresca es lo que tiene la magia del cine.
Y sin vomitonas, ni fucking por aquí y por allá, sin porros. ¿Como se ha involucionado en cuarenta años hacia tanta bazofia como trae el cine americano sobre jóvenes?