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Voto de Quique Martín:
8
Drama La mundialmente famosa Lydia Tár está a solo unos días de afrontar el mayor reto de su carrera profesional: grabar la sinfonía que la llevará a las alturas de su ya formidable carrera. Pero su vida personal y sus decisiones van a ir interfiriendo en su carrera musical con consecuencias imprevisibles. (FILMAFFINITY)
17 de marzo de 2023
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me resulta francamente llamativo ver que Todd Field llevaba desde el año 2006 sin dirigir ninguna película. Después de dos películas notables como son “En la habitación” y “Juegos secretos”-cintas que os recomiendo ver encarecidamente si conseguís encontrarlas- el talentoso director norteamericano siguió trabajando delante de las cámaras, pero desaparecido detrás de ellas. Espero y deseo que después de este absoluto “hit” que no tengo ninguna duda que va a ser “Tar”, no necesitemos esperar otros 17 años para volver a ver algo de este director y guionista tan particular e interesante.

“Tár”, que llega a nuestra cartelera el 27 de enero, es la demostración de que a Field no le han pesado absolutamente nada sus años de inactividad. No solo porque esta sea su mejor película, que para mí lo es claramente, sino porque estamos ante una descomunal obra que abarca multitud de temáticas y, en casi todas, acierta y no da puntada sin hilo.
La cinta nos narra la historia de Lydia Tár, compositora mundialmente famosa que está a punto de dirigir su nueva sinfonía que volverá a colocarla en el más alto peldaño del éxito y cuya vida está muy envuelta en polémicas y distintos frentes abiertos tanto con algunas de las artistas a su cargo como dentro de su propia vida familiar. Casi todas debidas al propio carácter y la forma de ser y actuar de Tár.

La película, que es bastante críptica desde el inicio con la información que quiere dar al espectador, va jugando con los géneros y bascula, en ocasiones, entre el drama y el casi thriller psicológico dándole un toque muy particular al ritmo de la película -y al tono- que te atrapa como pocos y que te va obligando, como espectador, a buscar las respuestas a las preguntas que se están lanzando de forma sutil.
Esto, obviamente, es completamente intencional porque debido al tema del que realmente trata la película -y que se desvela más adelante y no diré aquí por no estropear la sorpresa a nadie-. Todd Field quiere que como espectadores nos hagamos preguntas sobre sus personajes. Que lo extrapolemos a nuestra sociedad y que reflexionemos sobre lo que hacen y lo que pueden o no ser los artistas, sean reales o ficticios. Creo que es en este punto, en esa trama de suspense que la cinta maneja tan bien y que abarca casi toda la película, es donde mejor y más brilla esta obra.

Debo decir, eso sí, que no todo me parece excelente en “Tár”. La cinta para mí tiene un problema evidente, especialmente en sus primeros 45 minutos, que no es otro que dejarte un poco fuera de la película por sus excesos. La cinta arranca con una larga entrevista a Lydia, donde nos la introducen y nos explican quién es y qué hace. La cuestión es que la cinta no quiere en ningún punto ser didáctica con el espectador y para alguien como yo, que tiene nociones básicas de música y de compositores históricos, resultaba francamente difícil seguir el propio hilo de la conversación. Es como si estuvieras asistiendo a un dialogo entre dos personas muy cultas y muy listas y que ninguna de ella te preguntase en ningún momento si les estas pudiendo seguir bien o no para echarte una mano.
Obviamente, lo que para mí ha sido un hándicap a tener en cuenta y una pared que escalar para entrar en la película -obstáculo que ya os digo que ha valido la pena superar-, para todos aquellos que seáis melómanos esto hará las delicias de vuestros sueños realidad. Porque la cantidad de referencias y de conocimientos que se muestran son abundantes. Y la pasión con la que se habla de ellos evidentes.

En cualquier caso, no me quiero olvidar de mencionar cual es la clave de toda la película. Y la clave de toda la película se llama Cate y se apellida Blanchett. Lo que hace la actriz australiana aquí es un absoluto desfase. Hablamos de una película donde ella sale prácticamente en todas las escenas y que, aún y así, no demuestra ningún tipo de problema para aguantar con todo. Está omnipresente, domina cualquier espacio, y su cara transmite en todo momento lo que su personaje siente. Además, no es precisamente un papel fácil donde lucirse y ya está. Por las vicisitudes tan particulares que tiene Lydia Tár, en otras manos probablemente esta película se habría caído mucho antes de llegar al fascinante y buenísimo último acto ya que es una interpretación que requiere mantener en ocasiones cierta distancia emocional y en otras ir con todo hacía delante. Probablemente, en unos meses, ganará el Oscar por esta interpretación -su tercero, ni más ni menos- y aunque en mi corazón yo sigo apoyando a Ana de Armas y su Marilyn, no me parecerá en absoluto injusto que pierda ante ese Titán de la interpretación que es Blanchett.

Sinceramente, creo que estamos ante una película muy grande y muy ambiciosa. Donde desde la dirección y el guion se señala el camino que se quiere seguir, pero es desde la majestuosa interpretación de Blanchett desde donde se ejecuta toda la orquesta que se ha organizado aquí. Además, por los temas tan “polémicos” que toca la cinta, creo que va a dar para muchas interpretaciones y para muchísima reflexión y dialogo –espero que sano- tanto en redes sociales como con amigos o familiares después de ver la cinta. Muy recomendable.

Twitter: @QuiqueMartin27, colaborador de Mundoplustv
Quique Martín
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