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Argentina Argentina · Buenos Aires
Voto de Adrián Klas:
6
Drama La mundialmente famosa Lydia Tár está a solo unos días de afrontar el mayor reto de su carrera profesional: grabar la sinfonía que la llevará a las alturas de su ya formidable carrera. Pero su vida personal y sus decisiones van a ir interfiriendo en su carrera musical con consecuencias imprevisibles. (FILMAFFINITY)
28 de agosto de 2023
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Primera advertencia: usar grandes actores para hacer un biopic de un artista de cualquier género, es legítimo. Ahora bien ¿es legítimo usar a grandes artistas para servir de soporte al drama o tragedia de un personaje de ficción, "que interpreta la obra del compositor"? Diversos abordajes permite este ambivalente film; elijo el que me resulta más interesante.

A mi entender, esta es la historia de una obsesión por un fin imposible de alcanzar -la versión "perfecta" de una sinfonía-, inscripta dentro de la obsesión de la intérprete por conseguir neuróticamente "los medios para sus fines". Y con ello, haciendo surgir una inevitable contradicción ética entre "fines y medios"; lo cual no puede menos que desembocar en una sucesión de conflictos de relación y subjetivos.

Tar-Blanchet encarna de forma muy audaz a un "ficticio miembro" de una liga de legendarios herederos singulares (los directores de orquesta) que, muertos la mayoría de los compositores, devienen en divos en sí mismos. Y en algunos casos en mitos: desde Toscanini a Karajan, por ser breve. Y para cumplir con su cometido, usa de todos los recursos que dispone: enseñanzas recogidas de otros -Bernstein en particular-, elaboraciones propias y discusiones con colegas. A lo que le suma una arrogante personalidad manipuladora que, en mundo como el actual, bien diferente al de un siglo atrás, le trae como consecuencia aquello que prononosticó Adorno: el choque demoledor con un presente donde "el todo de administración del individualismo burgués" (o sea: abogados para lo que se te ocurra) impide "la tiranía wagneriana, mahleriana y de tantos más geniales conductores romanticos autoritarios, cada vez más rechazados por las nuevas generaciones de músicos.
Un mundo en el que su legítima obsesión artística de perfectibilidad, ya no es acatada sin ley ni cuestionamientos, obligándola a "padecer la burocracia" y actuar inescrupulosamente. Y para colmo, al frente de la Berliner Philarmoniker (de ficción), con su complejísima historia artística y polìtica.

De ahí que su condición lésbica podría ser irrelevante, meramente comercial y ridículamente innecesaria. Pero como el film "no es un legítimo biopic sobre un músico"... termina siendo un ilegítimo dramón bizarro... donde lo que menos hay es... música. Y donde el guión obvia que "el pahos" de Tar, y su concepción anacrónica de la obra (en sentido administrativo, no estético), no está en "su versión" de la quinta sinfonía de Mahler... sino en que en realidad, esta obra comienza con un grito de dolor por la muerte de sus hijos... que "la lesbiana directora" tampoco tiene... Ni podría tener sin eso a lo que el necio feminismo revanchista odia: espermatozoides. O el amor y la pasión por y con un hombre como ésos a los Tar ama "artísticamente"... y quiere emular.

O sea: llevando a que su condición sexual ya no sea irrelevante, ni meramente comercial, ni innecesaria... sino el conflicto de identidad "entre cuerpo, alma y profesión" que la domina, hace genial y trastorna; pagando el precio "cinematográfico" de centrar la historia en alguien inexistente, en desmedro de los músicos de verdad.
Algo así como contar la historia de quien -irreal- sueña con ser entrenador de Messi, usando al jugador "sin permiso".
En síntesis: mientras quizás a muchos esto les resulte satisfactorio; personalmente me parece un absurdo estético, solventemente contruido.

Segunda advertencia: si tras elaboración, crees que se encuentra un misógino... Jejé: todo lo contrario.
Adrián Klas
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