Creo que Spike Lee ha perdido la oportunidad de hacer una gran película para conseguir quedarse en simplemente una película entretenida, con unos actores que cumplen sobradamente lo que se podía esperar. Lo mejor la dirección de los mismos con unos Denzel Washington, Jodie Foster, Christopher Plummer y Willem Dafoe relamente magnificos, y el acierto sobresaliente de ocultar durante casi toda la cinta a Clive Owen bajo una mascara, eso si, diferente a la de su habitualmente inexpresivo rostro. En el lado negativo su excesivo metraje, que manía la del cine actual de utilizar más de dos horas para narrar lo que en una hora y media sería suficiente, que hace que la hora central de la película se vuelva en cierto punto tediosa y llena de guiños imposibles de entender hasta que llegas a tu casa y la meditas tranquilamente. En resumen cine comercial, algo está cambiando en Spike Lee, pero eso sí, al menos un buen cine comercial y la sensación de ver pasar ante tus ojos la oportunidad perdida de haber podido filmar una gran película.