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España España · Málaga
Voto de Lukas:
7
Drama La mundialmente famosa Lydia Tár está a solo unos días de afrontar el mayor reto de su carrera profesional: grabar la sinfonía que la llevará a las alturas de su ya formidable carrera. Pero su vida personal y sus decisiones van a ir interfiriendo en su carrera musical con consecuencias imprevisibles. (FILMAFFINITY)
29 de diciembre de 2023
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Diré una cosa para empezar, esto es importante, para todo aquel interesado en la película. Tár es una cinta larga, de dos horas y media de duración, y está centrada en una directora de orquesta, Lydia Tár, que da nombre a la película. Una directora de orquesta de música clásica, por si había alguna duda. Y buena parte de su metraje, es sobre su trabajo, o sea, que transcurre en auditorios y salas de ensayo y lugares así. ¿Qué estoy insinuando con esto? Pues que, si no te gusta la música clásica, pasa de verla, porque te aburrirás. No es extraño, en algunas reseña que he leído, que el espectador de turno se haya aburrido, y haya salido del cine cabreado, por semejante bodrio. El bodrio no es la peli; el problema no somos los cultos que escuchamos música clásica. El problema ERES TÚ, y nadie más que tú.

En segundo lugar, y esto también queda meridianamente claro al llevar una hora de visionado, estamos ante una obra maestra del cine contemporáneo (si no le doy más puntuación, es porque tiene algunas cosillas que no me terminan de cuadrar, pero es cosa del guión, demasiado exhaustivo, y tal vez es mi problema, que busco demasiado la perfección, y no van a salir pelis perfectas todos los años, cada temporada). Por lo demás, estamos ante la mejor interpretación de su carrera, de la gran actriz que es Cate Blanchett, la tipa lo tiene todo: es la más guapa, es la más inteligente, tiene fuerza y carisma, ¡y encima es Lydia Tár! Me encantó en Carol, de Todd Haynes (otra obra maestra de 7, por cierto), pero aquí me gusta mucho más. Lo que consigue Todd Field, también guionista de la cinta, es algo increíble, pero cierto: recrear, como si fuese un documental, el mundo de la música clásica, elitista y cerrado (esos documentales de Bruno Monsaingeon no cuentan, claro). Lo hace con tanto detalle, que a veces pareciera que estamos ante un simple documental. Por ejemplo, en esa entrevista que le hace a Lydia el periodista del New Yorker, es algo totalmente realista. La secuencia magistral con el alumno de la Juilliard, genial también. Por cierto, que no sé bien a qué se refieren con “cultura de la cancelación”, pero imagino que de eso va esta peli… A lo largo de su metraje, me hacía una idea de que estaba viendo el biopic de alguien que ha existido, como el reciente Maestro, de Bradley Cooper.

Dicen que Tár se basa un poco en la vida de esta directora de orquesta, pionera de las directoras actuales, Marin Alsop. Y es así, desde luego. Alsop, a quien sigo desde hace algún tiempo, tanto en conciertos vía streaming como en grabaciones discográficas, es una mujer loable, porque fue la primera en abrir esta brecha, en el elitista mundo de la clásica. Ella fue la primera en dirigir a la Sinfónica de Baltimore, y luego fue directora titular de la Orquesta Sinfónica del Estado de São Paulo. También ha dirigido la Orquesta Sinfónica de la Radio de Viena, y muchas otras orquestas de renombre.
“El 7 de septiembre de 2013 se convirtió en la primera mujer en dirigir la última noche en el Proms, y condujo el prestigioso concierto otra vez el 12 de septiembre de 2015 con una nueva invitación para que regrese.”
“En septiembre de 2020, Alsop participó como miembro del jurado en la primera competencia internacional para directoras de orquesta, «La Maestra», llevado a cabo en París.” (Wikipedia).

“Desde 1990, la pareja de Alsop ha sido Kristin Jurkscheit, una intérprete de trompa. Tienen un hijo, y Alsop ha hablado públicamente sobre su familia. ​ Mientras Alsop dirigía la Orquesta Sinfónica de Colorado, de la cual su pareja era miembro, su relación provocó controversia, aunque Alsop señaló que su relación era previa a su nombramiento para dirigir la orquesta y no tuvo relación con su desempeño de trabajo.” (Wikipedia)


Como bien ha señalado Alsop, es una pena que no se haya aprovechado esta ocasión inmejorable para destacar el aspecto positivo de las presencia de las mujeres, ahora, en la dirección orquestal, y en cambio, se ha ido por el lado de la polémica, por presentar la toxicidad de una mujer que no duda en abusar de sus subordinadas, con tal de conseguir el ansiado poder. Esto, que siempre se ha visto como algo masculino, es aquí lo que ella hace, y su comportamiento se mira con lupa, como siempre ha sucedido con sus colegas varones. Algo que apunta a que el poder, cuya naturaleza es corruptiva (como dice la propia actriz), no entiende de géneros, hace de las suyas allá por donde pisa. Pero claro, si se nos hubiera ahorrado toda esa turbulenta última hora, entonces, no habría tensión dramática, y la peli sería mucho más aburrida, y no es plan. Es precisamente ahí, cuando la cosa empieza a animarse, que los “otros espectadores” (los que no gustan de la clásica), comienzan a despertarse en sus asientos, y se dicen: “ah, vaya, por fin un poco de acción”. Ahí fue donde di alguna que otra cabezada, pero no creo que me perdiera nada importante. No obstante, la veré dentro de un tiempo, para volver a revivir este periplo vital, esta “tormenta humana” que es Lydia. A su lado, todas las demás figuras, sobre todo las femeninas, palidecen: su secretaria Francesca (Noémie Merlant); su pareja Sharon (Nina Hoss); la admiradora Shirley Reese (Sydney Lemmon), sin olvidar a esa otra, fantasma ya, Krista Taylor, con la que ha tenido una historia en el pasado. ¿Puede la música, la sacrosanta sinfonía, el sacrosanto concierto para chelo de Elgar, hacer olvidar todas esas maldades? En ésas estamos…
Lukas
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