No tenía ni idea de que iba esta película. Cuando vi que se trataba de la vida de un perro miré a mi pareja y le dije que probablemente lloraría con esta película. Tratándose de animales tengo dificultades para no llorar cuando algo le 'pasa' al animal que sea, y eso aunque sé que no es más que una película. Y sí, claro que lloré, y también mi pareja. En un determinado momento nos encontrábamos los dos echando lágrimas sin parar. Solo de pensar en ello me entran ganas de llorar de nuevo, y eso que solo ha pasado un día. Es el tipo de película que te recuerda a los perros que tuviste anteriormente, o el perro que tienes en este momento. La estuvimos viendo con Joey, mi amado westy. No puedes evitar comparar cosas de la película con tu vida real y tus mascotas. La historia en sí no es perfecta, pero no importa, ya que es demasiado hermosa para quedarse quieto ante esas pequeñas imperfecciones. La relación y el amor infinito entre Milo Ventimiglia y su perro Enzo es algo que muchos dueños de perros reconocerán. Amo tanto a mi perro que me duele pensar que algún día tendré que dejarlo ir. Pero ya soy, yo mismo, perro viejo en estas lides pues hasta cinco perros han muerto en mis brazos. Saber que tuvieron una buena vida alivia el dolor. El arte de vivir bajo la lluvia es una película para los amantes de los animales, una película en la que necesitarás una caja de pañuelos. Me encantó, pero me pregunto si podría volver a verla.