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Voto de EL ALBATROS:
8
6,9
8.390
Drama. Intriga
En 1894, el capitán francés Alfred Dreyfus, un joven oficial judío, es acusado de traición por espiar para Alemania y condenado a cadena perpetua en la Isla del Diablo, en la Guayana Francesa. Entre los testigos que hicieron posible esta humillación se encuentra el coronel Georges Picquart, encargado de liderar la unidad de contrainteligencia que descubrió al espía. Pero cuando Picquart se entera de que se siguen pasando secretos ... [+]
26 de julio de 2021
14 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay libros que te cuentan la Historia, cuadros que la ilustran o recrean, pero hay películas que te invitan a revivirla empatizando con ella, y eso es lo que me produce esta excelente película basada en hechos reales, recreada y ambientada fielmente. Narrada con brío y determinación en sus diatribas sobre la corrupción en instituciones como la justicia, el ejército y la política gubernamental en la Francia expansionista de finales del siglo XIX. Porque es evidente, como buena obra de arte clásico, que lo que plantea sigue siendo actual, la corrupción institucional en las esferas del poder forma parte indisoluble de la condición humana, siempre susceptible de caer en la tentación de lo inconfesable en una alta sociedad hipócrita, reaccionaria y hedonista. El “Caso Dreyfus” es una de las páginas más negras de la Historia de Francia. ¡Qué fácil es arruinar la dignidad y el honor de un hombre! Pero cuanto hay que luchar para restaurar el respeto mancillado.
El horrible título español para este film, puede conducirnos a error. “J´Accuse” (Yo acuso) es el famoso artículo de denuncia contra un clamoroso atropello que sirvió de espoleta al escándalo racista de una República cuyos lemas son: La libertad, la igualdad y la fraternidad. El antisemitismo es un tumor maligno e incurable que ha corroído a sociedades y sistemas políticos de todo tipo. Ya lo anunciaba Shakespeare con su célebre obra “El mercader de Venecia”. La persecución hebrea se ha mantenido a lo largo de los siglos, no lo inventaron los nazis. Como otras expresiones del racismo, ha sido un factor de aglutinación, en las sociedades desgarradas por la luchas políticas y sociales, el odio al judío ha unificado a todos sus miembros. A falta de amor, bueno es el odio al chivo expiatorio que era el judío. La historia del pueblo hebreo ha llevado el estigma maldito que le ha perseguido sin descanso a través de generaciones con "gloriosas" cruzadas.
Notable producción, excelente casting, cuidados diálogos y puesta en escena para un París de fotografía pálida, con cielos cubiertos (resulta paradójico que el sol no brilla en la ciudad de la Luz, buena ironía), clima de nubes espesas y frío invernal, que nos convoca a vislumbrar una huella oscura que conmocionó a la sociedad de la Tercera República Francesa. El buen cine no sólo entretiene o emociona, también crea opinión y despierta conciencias. Otra gran película del maestro Roman Polanski al que su origen judío, también le ha perseguido con la desgracia y que no pierde la ocasión en reivindicarse en cuanto puede.
Más reflexiones que completan mi opinión, en spoiler.
El horrible título español para este film, puede conducirnos a error. “J´Accuse” (Yo acuso) es el famoso artículo de denuncia contra un clamoroso atropello que sirvió de espoleta al escándalo racista de una República cuyos lemas son: La libertad, la igualdad y la fraternidad. El antisemitismo es un tumor maligno e incurable que ha corroído a sociedades y sistemas políticos de todo tipo. Ya lo anunciaba Shakespeare con su célebre obra “El mercader de Venecia”. La persecución hebrea se ha mantenido a lo largo de los siglos, no lo inventaron los nazis. Como otras expresiones del racismo, ha sido un factor de aglutinación, en las sociedades desgarradas por la luchas políticas y sociales, el odio al judío ha unificado a todos sus miembros. A falta de amor, bueno es el odio al chivo expiatorio que era el judío. La historia del pueblo hebreo ha llevado el estigma maldito que le ha perseguido sin descanso a través de generaciones con "gloriosas" cruzadas.
Notable producción, excelente casting, cuidados diálogos y puesta en escena para un París de fotografía pálida, con cielos cubiertos (resulta paradójico que el sol no brilla en la ciudad de la Luz, buena ironía), clima de nubes espesas y frío invernal, que nos convoca a vislumbrar una huella oscura que conmocionó a la sociedad de la Tercera República Francesa. El buen cine no sólo entretiene o emociona, también crea opinión y despierta conciencias. Otra gran película del maestro Roman Polanski al que su origen judío, también le ha perseguido con la desgracia y que no pierde la ocasión en reivindicarse en cuanto puede.
Más reflexiones que completan mi opinión, en spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El film se abre de forma magistral en un patio de armas, en una ceremonia castrense el Capitán Alfred Dreyfus es despojado de de sus galones como militar, su sable es quebrado y el pueblo a lo lejos le grita "traidor y muerte al judío". Polanski con el “Affaire Dreyfus” nos recrea en clave policíaca y minuciosa los acontecimientos y circunstancias que provocaron el escándalo histórico que denunciaba una injusticia flagrante, una calumnia miserable de un supuesto espionaje por mezquinos prejuicios racistas. A través de las pesquisas del entonces, Coronel Picquart nos conduce por una investigación que de forma casual le llevará a descubrir el complot ideado desde la más alta cúpula militar. El oficial acababa de ser nombrado responsable de contraespionaje e inteligencia en un departamento húmedo y cochambroso donde la chapuza, la desidia y la indisciplina se imponen. Picquart es un hombre atrapado por las circunstancias, un hombre de honor, un militar leal a su conciencia que ama el ejército, riguroso y respetuoso con sus subordinados. Su lucha denodada por la verdad objetiva le traerá muy serios disgustos y humillaciones (escrutando su vida privada y siendo destinado a lugares inhóspitos), pero será la intelectualidad como memoria popular personificada por el escritor Émile Zola (Padre del naturalismo: “Germinal, La bestia humana, Teresa Raquin”, etc) y la prensa la que destapará el escándalo, informando al pueblo del aberrante atropello a un hombre noble y leal a la institución, mediante el famoso artículo, “¡J´ Accuse…!”, en el diario “L´ Aurore”, el 13 de Enero de 1898. Doce años transcurrieron desde el principio hasta el fin de una pesadilla vergonzosa para unas instituciones desprestigiadas por intereses bastardos que sólo un puñado de valientes y dignos patriotas lograron desenmascarar.