Una propuesta interesante en la que se abordan temas complejos y poco gratificantes como son la crítica a lo políticamente correcto, la cultura de la cancelación, un retrato ácido de cierto snobismo que se cree poseedor de la “alta cultura” (sea esto lo que sea) o también la imbecilidad moral de la sociedad de ofendidos y su falta de amplitud de miras en cuestiones como la asimilación obra-autor.

A pesar de que cambia el paso pasada la mitad de su metraje y parece que se convierte en otra cosa que no acabo de asimilar en un solo visionado, en líneas generales es una película bien realizada, con un diseño de producción sobrio, certero, y una fotografía que utiliza los espacios y el encuadre de manera interesante.

El guion sabe construir un personaje rico y complejo, con diferentes capas, apoyado en un trabajo actoral que soporta todo lo que le echen a base de esfuerzo y talento, como hace Lydia. Creo que debería haber poca discusión respecto a los méritos de Kate para llevarse el galardón en una gala irrisoria como la pasada pero hay discursos que no venden y mercados foráneos a los que hay que abastecer de carnaza.

Una película poco obvia y de difícil encaje en los acomodados discursos actualmente imperantes en lo queer. Las aristas y dobleces que propone exigen una puesta en marcha del pensamiento crítico que no todes estamos dispuestes a emprender.

@laquimeracultural