Five Nights at Freddy (2023) se trata de la última producción de la Blumhouse, una película basada en el videojuego homónimo que ha sido estrenada en cines en Estados Unidos y simultáneamente en VOD. A pesar de lo que podría parecer en un primer momento, el estreno en salas en sus primeros días ha tenido bastante éxito, aunque la calidad de la película deja bastante que desear como veremos a continuación.

La película está basada en un videojuego que es el que da el título al filme. Ahora bien, a diferencia de otras sagas de terror como Silent Hill o Resident Evil, Five Nights at Freddy era un videojuego muy sencillo, sin narrativa, basado simplemente en jumpscares (sustos imprevistos). Quizá su simplicidad propició su éxito, que también se fundamentó en la gran cantidad de youtubers y streamers que se grababan jugando al videojuego y que propiciaron una simbiosis que sirvió para dar a conocerlo al gran público. Esto puede ayudar a explicar porque tanta gente, sobre todo de generaciones que crecieron la década pasada viendo a sus ídolos de Youtube, ha acudido en masa a ver la película, por lo menos estos primeros días de su estreno. 

Sin embargo, la película llega tarde. Willy's Wonderland se trata de otra película que sin pagar los derechos adaptó ya el año pasado prácticamente el mismo videojuego. Y no solo es que sin ser una gran obra, conseguía ser mejor película. Es que además le dio un guion con un mínimo de empaque, cosa que no sucede aquí. Y eso que la película que protagonizaba Nicolas Cage (Willy's Wonderland) era de mucho menor presupuesto.

El gran problema del filme es que el guion es totalmente absurdo. Como ya decíamos que el videojuego no tenía apenas narrativa, nos encontramos con una reinvención total que ha tenido que crear una historia de terror de la nada. Y el resultado es un desastre en el que se mezclan sin ton ni son ideas que no funcionan por ningún lado.

Para empezar, los tonos por los que se mueve la película son contradictorios. El personaje principal, interpretado por Josh Hutcherson está pasado de dramático en una película en la que no se exige ese perfil. Seguramente porque el actor mismo ha pretendido usar la película como altavoz para intentar demostrar al mundo que se le puede tomar en serio como actor cinematográfico. Por otra parte, a pesar del intento de giro de tuerca, la película no sabe cuando ni como introducir los detalles de "terror", convirtiendo todo el producto en una mezcolanza si brújula.

Y al igual que sucede con numerosas producciones de Netflix, aquí nos encontramos con una película que sigue exactamente el mismo modelo que otras anteriores películas, demostrando la nula personalidad del proyecto. Apenas sería distinguible la película si mostráramos un fotograma del filme y lo comparáramos con otras producciones de la compañía como M3gan. Es decir, en Blumhouse hacen las películas como churros y como si de una fábrica de montaje se tratara.

Conclusión

Five Nights at Freddy es un desastre. No sirve como película de terror y es de lo peorcito que ha presentado Blumhouse en mucho tiempo. Se ha salvado en taquilla por el tirón mediático de la marca, pero lo cierto es que esta jugada puede ser mala en un futuro, si se limitan a realizar películas tan mediocres como la citada y esperando que les salve el marketing. En todo caso, el tiempo dirá.

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