Si la hubiese firmado HBO o Netflix probablemente tendría un mayor reconocimiento. Se nota que hay presupuesto, ganas de desarrollar el universo Halo y fidelidad al juego en cuanto a la recreación de personajes, armas y vehículos.

Lo que menos me ha gustado es que, a pesar del mas que aceptable trabajo de Pablo Schreiber, el Jefe Maestro pierde carisma cada vez que se quita el casco, desvelandose más humano y perdiendo el toque de misterio que mantiene en los juegos...