Un detective suelto en Hollywood II

Continuación del taquillazo de 1984 que mejora si cabe las virtudes de su antecesora. Si Axel Foley era un personaje carismático y se metía al público en el bolsillo, en ésta multiplica por mil su personalidad haciéndonos disfrutar de su arrolladora personalidad ( Eddie se nota cómodo en su personaje). Las riendas de la dirección pasó de Martin Brest a
un Tony Scott recién salido del éxito '' Top Gun '' y dotó a la peli de un ritmo trepidante que pasa como un suspiro ante nuestros ojos.
Así que tenemos a un Eddie Murphy dotado para la comedia en la cúspide de su carrera y a un director inspirado para la acción. Si te gustan las de policías con mucho humor no te la pierdas.Estamos en los maravillosos 80 y todavía las películas comerciales no tenían ese tono grave y de prepotencia con sus espectadores como las que suelen tener hoy en día.
Simplemente es una comedia de accíón en la que te lo pasas en grande y si la pillas en televisión fijo que no cambias de canal.
La película recaudó 153 millones siendo otro éxito aunque quedó atrás los mas de 200 millones de su primera parte.
¡¡¡Me encanta la cazadora de Axel !!!

Los cielos de Beverly Hills se tiñen de naranja y parece que planea un ambiente de mala ostia cuya solución es desatar la violencia donde sea.
Los robos y los asesinatos se extienden, situación no muy halagüeña en la ciudad, y el único capaz de poner freno a esto es un peculiar policía de Detroit que todos conocemos muy bien...

No nos puede quedar más claro que esta película es uno de los casos cinematográficos más evidentes de 1+1 igual a 2. Hay dos elementos, Eddie Murphy y Tony Scott: el primero, aunque nadie creía en él, encontró por fin el éxito gracias al proyecto de "Beverly Hills Cop", que estaba años dando vueltas en Paramount; el segundo, llegado de un serio fracaso, se catapultó como uno de los directores punteros del momento gracias al milagro de "Top Gun". Ambos títulos fueron los más lucrativos de sus respectivos años a nivel mundial, y la secuela de "BHC" acabó naciendo como negativa del actor a la idea de hacer una serie de televisión.
Y en el resultado se nota una diferencia radical. La anterior abría en la sucia Detroit a ritmo del "pop rock" de Glenn Frey, esta lo hace en Beverly Hills bajo la estridencia del "heavy metal", y si antes el espectáculo venía tras el ingenio de los trabalengüísticos diálogos de Eddie Murphy, ahora la acción toma su lugar por la vía de la cruda violencia; así, todo adquiere la energía visceral, la potencia insensible del estilo de Scott, ya que Martin Brest había rechazado ponerse tras la cámara. Pero el detalle más destacado y menos agradable es la actitud de Murphy; Axel era un "outsider", algo gamberro, con poco apego a las normas, destilaba olor a calle, a pasado turbulento y a delincuencia juvenil...

Aquí sin embargo, y lo vemos durante los mismos títulos de crédito, es su más directa versión "jet set". No hay duda de que el actor pone mucho de su nueva condición de superestrella en el papel de su superdetective, causando una mala impresión (llegado de la realidad, pues no demostró una conducta precisamente modélica durante el rodaje). Tampoco es que este guión de mil y una reescrituras peque de novedoso, siendo el punto de partida de la trama el mismo de la original: un viejo amigo asesinado era la causa de la marcha de Axel a Beverly Hills, y ahora es el capitán Bogomil.
De igual modo ha de ir a investigar la razón. Sí es un acierto que el protagonista no se presente de repente, sino que vemos que ha mantenido una estrecha relación con el anterior, Taggart y Billy durante estos años, y cuando pone los pies en la soleada California lo que sucede es un refrito del guión de Daniel Petrie con una mayor aproximación hacia la locura, la mala leche y la acción; volvemos a situaciones conocidas, a lugares ya visitados, pero en definitiva desde el áspero punto de vista de Scott impregnado de la chulería de Murphy. Desde ese instante en que se instala ilegalmente en la mansión vemos que aquí algo ha cambiado...

Igual que en la comisaría, tomada a la fuerza por un subnormal que no aporta nada a la historia salvo un montón de gritos desagradables (estos personajes le gustan al director), historia que se detiene de nuevo en un club de striptease y poco más, ya que el constante movimiento es lo que marca su desarrollo, tanto que los pequeños instantes de interacción cómica entre el trío protagonista parecen forzados, para dar aunque sea un segundo de respiro a esta poco comprensible trama. En la 1.ª parte se seguían algunos trillados clichés del policíaco, pero Petrie y Brest, y sobre todo Murphy, los sobrepasaban con ingenio.
El guión de esta secuela se pierde en desvaríos increíbles, dominando una sensación de delirante ilógica...pero tan consciente de ello que termina siendo divertida, y más al aderezarla Scott con su pasión por la velocidad y la fuerza bruta, lo que incluso afecta a Billy, transformado aquí en una especie de ridícula mezcla entre John Matrix y el productor Don Simpson (como él, también guarda un arsenal de armas en el maletero...). Asistimos a persecuciones destructivas (entre un camión-hormigonera y una furgoneta blindada, ¿en serio?), explosiones por doquier, tiroteos en plena ciudad, una visita espantosamente tonta a la mansión Playboy o un asalto a las oficinas del villano (que carece de cámaras de seguridad...).

Pero pasen los desastres que pasen a lo largo de la historia todo le vendrá bien a Axel y sus amigos (como de costumbre). Y hablando de los villanos, no me cabe en la cabeza que un actor tan bueno como Jürgen Prochnow esté tan mal aprovechado, repitiendo el mismo arquetípico papel de Steven Berkoff: el hombre de negocios respetado por la comunidad que resulta ser un traficante (antes de droga, ahora de armas...¡y es que sabemos cuánto le gustan las armas al director!).
Pero él no parece ser el auténtico villano, sino Brigitte Nielsen, más amenazante que nunca (una ocurrencia bastante maliciosa del guión, pues la 1.ª entrega casi acaba siendo protagonizada por Sylvester Stallone (no pocas burlas habrá hacia él como podemos ver) ). Todo el asunto de los atracos y demás intrigas dentro del grupo de Dent es puro relleno para la violencia y la acción desenfrenada; esto, aparentemente, no hizo mella en el público, porque la película volvió a llenar los bolsillos de los productores y el sr. Murphy, si bien se invirtió más presupuesto y recaudó menos que su predecesora, signo de peligro...

El mismo actor confesaría poco después y sin pelos en la lengua su desprecio absoluto por esta y la siguiente secuela de "BHC", siendo los sustanciosos cheques lo único que le hicieron regresar al papel.
Y se nota.

Ví muchas veces la película "Un Detective Suelto En Hollywood 2" (Beverly Hills Cop 2) y no la tenía muy vista, me parecía buena pero esta película, "Doctor Dolittle" y entre muchas otras más hicieron que me empezara a gustar Eddie Murphy y la primera no pensaba que fuera tan buena pero ví la segunda parte de la saga y es excelente, es muy divertida y entretenida, es acción y comedia como "Arma Mortal" (Lethal Weapon), un clásico y lo mejor es la banda sonora, diversión asegurada y entretenimiento asegurado, una película por si te aburrís un día, no tenés nada que hacer y no hay nada para ver esta película se deja ver, es como "Arma Mortal" (Lethal Weapon) solo que es un policía en lugar de dos como Mel Gibson y Danny Glover, esta película es muy parecida a "Arma Mortal" (Lethal Weapon) solo que es un policía que es Alex Foley (Eddie Murphy), una excelente película de acción con toques de humor, es muy enganchable, se deja ver y es una película que para mí les gustará a la familia, recomendada también para ver con amigos cuando están aburridos y no tienen nada que hacer vean esta película, es divertidísima y también muy atrapante.

En “Beverly Hills” se producen unos robos extraños. Los robos se llevan acabo en joyerías y bancos y la única pista es una carta que deja los ladrones. El capitán del Departamento de Policía, tras descubrir la importante pista es herido de bala.

Axel Foley, parte inmediatamente para la ciudad para investigar los robos. Los robos, que se conocen como los "atracos del alfabeto", se encontraron unas balas muy peculiares y antiguas.
Las balas lo llevan a un club de tiro, cuyo dueño invierte el dinero ganado de los robos en armas que vende en el extranjero por el triple de su valor. El enfrentamiento final se produce el los terrenos del negocio.

Una mezcla de thriller policiaco y comedia, terreno en el que Eddie Murphy es un auténtico especialista. Muy entretenida y agradable, con algunos momentos que provocan la carcajada.

La película tuvo un presupuesto $20 millones y genero por venta de taquillas la cantidad de $299,9 millones, además recibió ocho nominaciones a diferentes premios (incluyendo un Oscar y un “Golden Globe”), de los cuales gano seis de ellos.

Eddie Murphy es un actor, cantante y comediante estadounidense, se destaca como un actor comediante con una gran espontaneidad y empatía. Con tan sólo 19 años fue contratado como humorista por la cadena de televisión NBC de Estados Unidos para aparecer en el programa “Saturday Night Live” (1980-1984). En 1993 graba una canción con Michael Jackson.

Después de su paso por “Saturday Night Live”, protagonizó varias películas, entre ellas “Beverly Hills Cop” (1984), por la que fue nominado al “Golden Globe” al mejor actor de comedia. También fue nominado por las películas “48 Hrs” (1982), “Trading Places” (1983) y “The Nutty Professor” (1996). En 2007, finalmente ganó el “Golden Globe” como mejor actor de reparto por su papel en la película “Dreamgirls” (2006) recibiendo también una nominación al Oscar.

Como actor para películas de animación, prestó su voz en “Shrek” (2001) y sus secuelas, y al dragón Mushu en la película “Mulan” (1998).

La saga continua con una de sus mejores entregas. Murphy vuelve a encarnar a Foley, siendo tan genial como siempre, pero es que ahora además sus compañeros de vivencias toman mayor control de las escenas y podemos ver momentos realmente divertidos con el trío de policias.

Se nota que Tony Scott entró en la dirección ya solo por su fotografía y sus escenas de acción, aunque si es cierto que el final no es tan épico como el de la primera parte.

Otro gran clásico ochentero.