Un detective suelto en Hollywood II

Esta entrega la dirige Tony Scott, un director curtido en mil batallas pero con una carrera bastante irregular. Este título no es ni de lo peor ni de lo mejor que ha hecho.
Eddie Murphy aparece en los créditos como coguionista. Supongo que ha aportado algunos de los diálogos humorísticos habituales de Axel para resolver sus investigaciones, pues la película no tiene mucho más. Aquí Foley es todavía más descarado con sus mentiras que en la primera, bien sea para infiltrarse en una fiesta de “playboy” o para tener casa gratis en Beverly Hills.
Le acompañan todos los secundarios de la otra, y entra en escena la que fue mujer de Rambo, el cual curiosamente aparece en dos pósters en la casa de Rosewood y en una mención justo al final, seguramente a propósito.
Se mantiene prácticamente todo lo de la primera. Tenemos el mismo estilo de humor de Eddie con su verborrea, escuchamos bastante la pegadiza música (que es buena pero oírla tantas veces llega a cansar). La verdad es que las bromas que usa para investigar son divertidas pero no excesivamente graciosas. Solo me he reído un poco con lo de las multas (y más por el otro tipo y su voz de doblaje que por Murphy).
Sigo echando mucho en falta que haya más acción. Irónicamente, diré que la verdad es que esta segunda parte tiene el doble que la primera. Si la otra tenía 2 o 3 minutos, esta tiene cuatro o cinco (como mucho).
Al final, es más de lo mismo, en una trilogía (por ahora, que hoy en día nunca se sabe) que tuvo muchísimo más éxito del que se merecía.
Curiosidad: Creo que eso de cuando entran a la fiesta y dice “¡Menudo ganado!”, hoy en día no habría podido hacerse por las leyes de igualdad y el imperio de lo políticamente correcto.

Eddie Murphy vuelve a la carga en esta continuación que supera a la anterior en muchos aspectos. Si bien se reduce la efectividad de la carga cómica (el principal aspecto negativo), la película gana en acción y diversidad de escenarios, pues la nueva investigación de Foley es algo más compleja que la anterior. Por otra parte, los personajes de Taggart y Rosewood se desarrollan acertadamente durante la historia y mientras que en la anterior apenas quedaron definidos en la presente se explotan sus potencialidades. De esta forma no se desequilibra tanto el relato en favor del protagonista, descubriendo que los policías de Beverly Hills daban más juego del que parecía. Sin embargo, el mayor defecto en la actuación sigue encontrándose en los antagonistas y en ese punto sí que pierde más que la anterior.

Valorando sus aspectos positivos y negativos, claramente superan los primeros. El entretenimiento está asegurado y además siendo una película en la que Murphy vuelve a demostrar que se encuentra muy cómodo y en su salsa. Para aquellos que disfrutaron con la primera quizá hubieran esperado mejores "coñas", pero no pueden decir que tenga peor argumento porque está mucho mejor trabajado.

El hermanísimo se encargó de dirigir esta secuela con un gran éxito de taquilla que le valió para creerse un tipo importante, sin embargo esta película de las andanzas de Axel Foley interpretada por uno de los peores actores de EE.UU y sin embargo mejor pagados como Eddy Murphy, un tipo de cine ingenuo y superfluo que incluso llega aburrir en algunos momentos. Banda sonora de Falkermeyer pero poco más.
Algunos gags buenos de Murphy como el que se dirige al camarero con una botella de champan en un recipiente con hielo y le pregunta ¿de qué año es? Del 73 señor responde, Murphy se moja la cara con el agua y dice: Es verdad.

Eddie Murphy empezaba a tocar techo, bastante bajo por cierto, y por eso su bajón no ha sido tan pronunciado.

Mientras la primera entrega estuvo nominada al Óscar por su guión, esta segunda parte es un truño comercialoide que explota hasta la saciedad los ademanes de Eddie Murphy. Mientras en la primera teníamos una película fresca, con gags graciosos y acción creíble, esta segunda no la califico de infantil porque eso sería insultar la inteligencia de los niños/as. Horrible.

Después del enorme éxito de la primera parte, la secuela se hizo esperar y ésta llegó en el 87 dirigida por Tony Scott y con el mismo elenco de actores de la primera. El jefe de policía de Beverly Hills ha sido tiroteado de modo que Foley vuelve a la carga con sus antiguos compañeros para investigar lo sucedido. En su momento también hizo una buena taquilla pero hoy en día está desfasadísima. Los chistes y paridas de Murphy ya no tienen gracia y resultan cargantes. Las escenas de acción son de lo más convencional y el argumento previsible. Pocas películas habrán envejecido tan mal como la secuela de un clásico de los ochenta como fue Superdetective en Hollywood. Si la primera también está algo anticuada porque el humor de Murphy no está de moda, la secuela, que ya de por sí era peor que la original, es muy mediocre.