Líbero

Agria exhibición de las penurias y breves consuelos que ofrece la familia, desconcertante madriguera de la que es tan dífícil separarse por mucho que haga sufrir, odiosos padres y hermanos a los que uno ama irremediablemente toda la vida. La obra es también un corrosivo bildunsroman que rescata el tópico del conocimiento como dolor, esto es, el paso de la niñez a la adolescencia, la toma de conciencia del rompimiento definitivo del cordón umbilical de una infancia que nos unía al todo y a todos, y verse arrojado a la isla desde la que observamos al resto de islas extrañas e insatisfactorias que nos acompañan. La presencia y la ausencia de la madre, todo un universo emotivo y un símbolo primigenio de la totalidad es el detonante de la metamorfosis. Una vez fuera de la crisálida, el antiguo vínculo definitivamente cortado, se ensaya una y otra vez el simulacro del amor, pero la religación es mero simulacro y la separación no tiene solución. Lo dicho, ácida, certera, directa al corazón como un agudo florete de desencanto.

Renato (Kim Rossi Stuart) afronta como padre de familia vivir con sus dos hijos, Tommasso (Alessandro Morace) y Viola (Marta Nobili), separados de su madre (Barbora Bobulova) a quienes abandonó. Capaces de sobrevivir intentando mantener la estabilidad el hogar, Renato anima a su hijo a seguir asistiendo a sus clases de natación…

Con éste argumento el actor y director italiano Kim Rossi Stuart nos ofrece la visión infantil de un niño capaz de enfrentarse a un mundo cruel del que debe afrontar con creces, resignación y una alegría poco desbordada en una sonrisa tenue… Partiendo de la base del Truffaut de los “Cuatrocientos Golpes” (Les 400 coups, 1959), el niño protagonista se verá sometido a toda clase de injurias (especialmente por parte de su padre, una esperanzadora madre que los abandona y reaparece tal vez por intereses…) en las que se verá perjudicado sin que por ello salga tampoco tan mal parado gracias a un entorno que le favorece y le tranquiliza: su amigo vecino, el compañero de clase mudo, etc…

Un film recomendable, rodado a pulso y con una gran interpretación de los protagonistas: padre e hijo. Única película dirigida por Kim Rossi Stuart que interpretó a las órdenes de otro actor, Michele Placido, el drama mafioso “Romanzo Criminale” (2005).

La representación de la institución familiar en el cine, tiene muchos referentes y de pronto algún cineasta desea exorcizar sus propias culpas. De todas formas, la película italiana “Anche libero va bene” (2006), del cineasta Kim Rossi Stuart, si bien nos deja la enseñanza de alimentar los deseos alcanzables de los hijos, tiene dos lecturas: Una, la madurez de perdonar a la pareja de un desliz (Roberto Benetti a su joven esposa Steffania) por el amor hacia los hijos. Y la otra, el mundo interior de la mente en la niñez (especialmente la del niño Tommi).

¿Una conclusión? Si el cine muestra su capacidad de cómo llevar los valores establecidos que tienen los espectadores acerca de la familia y las jerarquías establecidas en ella, presentándolos como otras tantas proposiciones. La presencia de la familia en las salas de cine, sirve para legitimar valores y, en este caso de la película en cuestión, para revaluar la conducta de nuestras vidas sin olvidar a los hijos; aun estando separada la pareja.

No obstante, si la representación de las mujeres ha estado siempre ligada al grupo familiar generando valores, en la película “Líbero” esto no sucede en Steffania. Entonces: En el campo de las emociones y sus vaivenes, el valor de las mujeres está siempre, en gran medida, determinado por su posición en la estructura familiar. Si el lugar de la mujer en el hogar determina su posición en la sociedad, tal como se refleja en la película. Entonces, aconsejo este filme a todas las mujeres que aún no encuentran su sendero.

Todas las películas expresan o bien valores sociales y familiares, o bien la erosión de esos valores, por su forma de describir las instituciones y las relaciones entre los miembros de la familia. Ciertas instituciones familiares son más reveladoras que otras de los valores y creencias sociales. Y es por la particular representación de la familia en este o aquel filme, lo que nos debe permitir “estudiar” el proceso de validación por el cual, las relaciones deben ser la mejores y transparentes.

Relaciones que encarnan toda una tonalidad de valores tradicionales: amor a la familia, amor al padre (jefe de la familia, como el caso específico de “Líbero”), amor a la patria. Son valores estrechamente mezclados y pueden verse en la familia, como un microcosmos de sucesos, que deben invitan a las mujeres jóvenes de hoy, pensar más en los hijos y no relegar a su pareja con en "Líbero". Ya lo dijo Richard Bach en su libro "Puente al infinito": "Uno más uno sin son apropiados, da infinito". Así que... ¡A luchar por la felicidad!
Gonzalo Restrepo Sánchez (Film critic. Barranquilla, Colombia)

El tema de la película me ha parecido muy interesante, el conflicto de un niño con su familia, sobre todo con sus problemáticos padres, y cómo ello da lugar a que se sienta desubicado en el mundo y desligado de todos los demás. Se ha intentado abordar con cierto realismo y eso me ha gustado.

Ahora, la realización me ha parecido pésima: el director hace de padre, y, lo siento mucho, pero el tío no me ha gustado nada de nada como actor; está completamente sobrepasado y sobreactuado todo el tiempo. Además de que chupa mucha cámara, el problema está en que se cree que actuar es hablar a gritos y poner cara de mala leche todo el tiempo. Ya sé que hace el papel de un hombre irritable y algo violento pero su actuación es tan tosca, tan clásica del cine italiano vociferante que desbarata toda la película. No se plantean escenas creibles cuando está él, pues al resto de los personajes no se le ha dado suficiente peso, parecen meros comparsas de un tío vociferante.

Otro de los grandes fallos que le veo a la película es la forma de presentar el conflicto que tienen los padres del niño, de cuyo origen no se explica casi nada, y que sorprendetemente se aborda a la antigua, a grito pelado y aludiendo al honor, en una escena bochornosa más tipica de las italianadas y españoladas viejunas que del cine actual. Lo comento más abajo.

Y ya por último, comentar que me ha parecido en algunos momentos larga y tediosa, una película con buenas intenciones de planteamiento, pero con una realización pésima.