Hostiles: Violencia americana

124/09(07/05/20) Fallido film revisionista del oeste americano y el trato que los blancos dieron a los nativos. Dirige y guioniza Scott Cooper sobre un manuscrito de Donald Stewart (guionista de "Missing" y "The Hunt for the Red October", murió hace 18 años, y es difícil saber cuánto de queda el material original), desarrollando un western letárgico en su ritmo, donde el realizador confunde lentitud con profundidad. La mayor parte del metraje (al menos así me lo pareció a mí) nos la pasamos viendo como un grupo de jinetes surca el medio oeste americano (sus infinitas llanuras), donde priman los silencios, pasan muchas cosas, y Cooper tiene la rara habilidad de que tengamos la sensación de que no pasa nada, pero es que cuando hablan los personajes tampoco dicen mucho, cayendo en la ultracorrección política, en un arco de evolución más previsible que después del día viene la noche. Dos horas y cuarto de metraje resultan agónicas, pues además nunca te sorprenden, y tampoco hay nunca imaginación especial en rodar escenas que me saquen del sopor, pues la acción resulta anodina, incluso torpona (ese inicio del cabeza de familia yendo a pecho descubierto contra un grupo de indios violentos resulta grotesco, cuando lo lógico es que se hubiera parapetado, siéndome ridículo desde principio), para todo derivar en un final olvidable y bastante dulzón y condescendiente. La película es la clásica historia de un viaje donde hay opuestos de carácter, y por supuesto se convierte en una travesía de aprendizaje y comprensión, o al menos esto pretende Cooper, pues a mí me ha quedado todo muy forzado, no hay sensación orgánica, no hay gradualidad, simplemente los cambios ocurren por imperativo del guión.

Este acercamiento paternalista al genocidio nativo-indio me resulta grimante cuando los nativos protagonista aquí casi pasan por cameos en su nula participación dramática, son meros arquetipos buenistas que soportan las vejaciones sin un mal gesto, al contrario, tiene gestos de bondad. Donde las únicas palabras contra el exterminio de los indios es de los blancos (la mujer de un Tte. Col. Durante una cena, o el rol encarnado por Bill Camp), reforzando la sensación de superioridad moral paternalista blanca. Cooper ansía hacer una reflexión sobre los caminos de la redención, sobre la expiación de los pecados, pretende denunciar el salvajismo con que se trató a los nativos USA (epítome que se comenta en el film es la Batalla de Wounded Knee, o más bien Masacre, el 29 de diciembre de 1890) pero todo esto me queda esquemático y superficial, remarcado de modo infantil por los roles de Bill Camp y de Robyn Malcolm, pero se pierde Cooper al querer equiparar al jefe indio y al capitán Blocker, a uno lo expoliaron y masacraron a su gente, y el otro fue parte de esta maquinaria asesina, por tanto pretender equilibrar su dolor me resulta grotesco. Y es que Cooper no arriesga lo más mínimo, surcando caminos ya muy vistos, tampoco es que saque lo mejor de unas actuaciones que van de lo rutinario a lo desaprovechado. Malo es cuando lo único que se me queda de la película es la preciosa fotografía con sus planos generales hermosos.

Tiene un comienzo algo tramposo en querer contrastar actitudes. Estamos en 1892, primero vemos como un grupo de comanches extermina casi por completo a una familia (solo escapa la madre, acabando con los hijos y padre) de colonos en una solitaria granja, donde al hombre le quitan la cabellera; Saltamos a como un grupo de soldados que apresan y trasladan violentamente, arrastrándolos, a un grupo de indios, ello ante la mirada impasible del capitán que come una manzana mientras se veja a los nativos; De aquí parte la gran trampa de la película, al querer nivelar al invasor con el invadido, se nos quiere decir que los dos bandos eran violentos, pero esto es alterar las raíces de todo este conflicto.

La película quiere componer un crisol de personalidades en este grupo viajero. Empezando por el capitán Blocker (Christian Bale), vive con el peso de su bélico pasado, con un gran sentido del deber y un gran odio a los nativos indios. Bale todo el tiempo con el mismo rostro (con enorme bigote, que no le deja ver la boca) de amargado, que solo cambia para llorar o gritar de dolor contendido, no tiene capas: Tenemos que tragar que su odio visceral a los nativos es por las varias batallas contra ellos, pero que esperaba este capitán, que no se defendieran? Cuando le toca cambiar lo hace movido por una fuerza ‘sobrenatural’, pues nunca se ve el motivo de su cambio de carácter; Una viuda, Rosalee (Rosamund Pike) a la que acaban de matar los comanches a toda su familia (hijos y marido), parece que será un personaje rico en matices, pues piensas odiará a los indígenas, pero esto no se atisba, simplemente parece estar allí para rellenar la cuota de una mujer blanca en la que el capitán deposite galantería; Un jefe indio Cheyenne, ya muy mayor, veterano de batallas contra los blancos, pero que ahora enfermo terminal desea morir en su tierra de Montana, siendo el causante (McGuffin) del viaje de su prisión en Nuevo México al estado del norte. Personaje nebulosa, pues nunca sabremos el porqué de su mansedumbre, con lo que queda como el tópico indio bueno sin más. Wes Studi hace lo que puede con un personaje plano, donde todo el rato tiene la misma inexpresiva pose y rostro; Con estos mimbres parece tendremos un relato previsible de acercamiento entre antiguos enemigos, pero todo resulta tan chapucero en este sentido que sientes que tras las cámaras la habilidad de provocar sensación de comunión es inexistente, todo se reduce a un par de charlas cortitas, alguna refriega juntos y ya está. Con lo que me queda es que aquí lo importante es el mensaje de tolerancia por encima de que este sea con matices. Y es que no hay una sola escena en que se les dé importancia a estos nativos, parecen algo al fondo de marco.

La viuda del prestigioso guionista de "Desaparecido" o "La caza del Octubre Rojo" Donald E. Stewart muerto en 1999 fue la que encontró accidentalmente en una caja el guión de "Hostiles"y se lo llevó a su amigo el director Scott Cooper (Black Mass, Corazón Rebelde), quien a pesar de no haber dirigido ningun western le fascinó la historia. Penso rapidamente en Christian Bale como protagonista con quien ya había trabajado antes en "La ley del más fuerte", rápidamente empezó a preparar un guión.

Se le sumaron al reparto Rosamund Pike, Wes Studi, Jesse Plemons y en papeles más pequeños encontramos a Ben Foster, quien ya trabajó con Bale en la estupenda "El tren de las 3,10" y Peter Mullan. Una fotografía espectacular en unos paisajes naturales de Nuevo Méjico, Colorado y Arizona por su director de fotografía habitual Masanobu Takayanagi y un presupuesto de 40 millones de dólares dieron luz verde al proyecto.

Una película triste con personajes desolados por una vida continua de violencia y que parece remitir intentando poner con la ley algo de orden en un país donde el caos se había apoderado del modo de vida de los colonos y los nativos americanos.

Para ello al protagonista le ordenan llevar a un grupo de indios que llevan años encarcelados, a sus tierra de origen donde parece que les dejaran vivir en paz, en el largo camino se toparan con comanches salvajes y una viuda a la que acaban de matar a toda su familia.

Un western tranquilo, brutal y conmovedor al puro estilo de John Ford que está entre las películas más interesantes del año pasado dicho por la crítica especializada pero que aquí en España todavía a fecha de hoy no se ha estrenado.
Destino Arrakis.com

He visto una película titulada Hostiles, un western (una del oeste) que ha pasado con más pena que gloria por la cartelera de América, y que ni tan siquiera se ha estrenado en España ni hay fecha prevista para hacerlo, siendo, bajo mi punto de vista, una de las mejores películas que se hayan rodado en las últimas décadas. En EEUU se estrenó el día 22 de diciembre del 2017, con el fin claro de que tanto la película como los actores pudiesen competir en la lucha por conseguir un premio Oscar del año 2018 (ya que sólo pueden entrar en la disputa las películas que se hayan estrenado el año anterior a la concesión del premio) y hasta la fecha ha recaudado casi 36 millones de dólares, cantidad que no cubre su presupuesto, que fue de 39 millones de dólares.

Hostiles que, como ya he dicho, es una película ambientada en la época de la consolidación de la frontera de los EEUU a finales del siglo XIX (19), concretamente en el año 1892. Pero tranquilos...no voy a destripar la película ni a contar nada que no se cuente en los primeros cinco minutos de la película. Tan sólo voy a hablar de lo que yo he sentido al ver esta maravilla.

Hostiles trata sobre todo de dos temas:

Por un lado la redención, la expiación de los pecados a lo largo de un viaje, tanto físico como espiritual, que me recuerda al Éxodo de Moisés con el pueblo de Israel en la búsqueda de la tierra prometida y que es narrado en La Biblia, y que en este caso es liderado por el Capitán del ejército americano Joseph Blocker (protagonizado por un magnífico Christian Bale), quien es obligado, contra su voluntad, a llevar hasta su tierra natal al Jefe indio Halcón Amarillo y a su familia, para que pueda morir allí (ya digo que todo esto se sabe desde el inicio. Estad tranquilos).

Buena sorpresa resulto este western que revive los mejores momentos de películas del género y que son tan escasas hoy en día. El film tiene un ritmo pausado, triste y melancólico por momentos pero logra que el espectador pueda compenetrarse con los personajes y pasar 2 horas y 15 minutos muy entretenidos. No hay personajes buenos, hay personas torturadas, por el remordimiento, por el pasado, en donde un militar debe junto a un conjunto de soldados transportar a un antiguo cacique indio y su familia de la prisión a su lugar natal. Es a través de ese recorrido que juntos vivirán muchas vicisitudes y en donde deberán apelar, a pesar del odio en común, a pelear en conjunto. Hay un trabajo muy bueno de Christian Bale quien vive en permanente conflicto con su conciencia, de Rosamund Pike como una mujer que tiene motivos para odiar a los aborígenes y de Wes Strudi como el cacique indio que intentara poner algo de cordura ante tanto odio. En fin si lo que se busca en un western de los antiguos realmente esta es una película para ver.

Interesante western, ya no revisionista puesto que hace años que la figura del “indio” está siendo reivindicada en el cine, pero sí mostrando su dualidad de ser violento (sobre todo para con el hombre blanco que tanto le hizo sufrir hasta casi hacerle desaparecer y de una raza a veces rozando lo místico, o al menos, con una filosofía particular que le otorga un aura especial.
La película se sigue, creo que bien, pese a su larga duración. Puede parecer al espectador acostumbrado a ver filmes con un ritmo vertiginoso, que es lenta, pero en todo momento ocurren cosas, la historia no se detiene y, en mi opinión, lo que narra tiene interés y está mostrado de forma atrayente.
Esto se logra gracias a una preciosa fotografía y una envolvente banda sonora, amén de las interpretaciones, aunque sí que es cierto que algunos personajes apenas tienen importancia y desaparecen rápidamente (Timothée Chalamet…¿qué pinta aquí?)).
Aspectos como el honor, la lealtad, la responsabilidad para con trabajo bien realizado más allá de la ética, el arrepentimiento, el miedo, la amistad… el amor hondo, mudo, pero real de dos seres heridos más allá de lo soportable…
Todo ello, para mi gusto, narrado de forma entretenida, con episodios (vale, no demasiados) violentos, secos, duros, sangrientos, crueles, pero también llena de cariño y respeto hacia el ser humano.
Quizás, no digo que no, se le podría haber acortado unos minutos por aquí y por allá, pero creo que es meritoria y hubiera merecido mejor suerte comercial (no sé si se llegó a estrenar en las salas comerciales españolas, creo que no).

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