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El jardín de las delicias

Drama Antonio Cano, un exitoso constructor de mediana edad, sufre un accidente de tráfico, en compañía de su amante, que le provoca amnesia y lo deja postrado en una silla de ruedas. Sólo él conoce las claves del negocio, la combinación de la caja fuerte y el número de la cuenta corriente que posee en Suiza. Su familia intenta que recupere la memoria representando escenas de su vida. (FILMAFFINITY)
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Críticas 11
Críticas ordenadas por utilidad
17 de mayo de 2016
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un empresario de la construcción que sufre las graves secuelas de un accidente de tráfico se recupera bajo los desvelos de su familia y rememora entre obsesiones, miedos y sueños, el pasado. Su familia trata desesperadamente, entre la preocupación y el interés puramente egoísta, que recuerde, hable y les diga dónde están las cuentas de Suiza. Para hacerle recordar montan representaciones teatrales en una suerte de psicoterapia con la que consiga rememorar sus pasados días y recupere la cordura. Con la trasparente fotografía de Luis Cuadrado y un guion de Rafael Azcona y el propio Saura, es una alegoría más de la cambiante España de aquellos años, con algunos toques surrealistas y al mismo tiempo una crítica, tan en boga en aquellos años, a la burguesía estéril y egoísta –“Suiza, dinero, pesetas!”-. Realidad, recuerdo y fantasía se mezclan en esta parábola de la nueva España -“hay que competir, hay que producir más y mejor”- a ratos amarga, a ratos incomprensible. Si en “La caza” (1966) Saura mostraba el furor de la violencia inherente a la clase dirigente en esta nos encontramos en el callejón sin salida de su propia esterilidad. Maravilloso trabajo de José Luis López Vázquez en una interpretación humana y llena de matices.
Gould
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28 de diciembre de 2012
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Extraña película que ví sin haber leído recomendación o sinopsis alguna, la primera parte de la película me preguntaba si todo era un sueño, realidad o una obra de teatro, surrealismo de los buenos hay en esta película, después fui comprendiendo la historia, muy buena la historia familiar que nos relata, el dinero como única unión familiar, la enfermedad saca a la luz el rencor que se tienen.
Cero por la boca
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28 de julio de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película resulta obvia a fuerza de querer ser surrealista y simbólica. Con el muy gastado tema de la crítica a la burguesía.
A pesar de la buena actuación de López Vázquez se hace pesada por la insistencia y porque en realidad no ocurre nada.
La idea de hacer recreaciones para que Antonio recupere la memoria es buena,, en principio, pero a veces cae en el ridículo de un teatrillo barato.
Todo se ha quedado muy antiguo, más antiguo que algunas buenas películas de los años cincuenta, y no hace falta citarlas porque están en la memoria de todos.
yoparam
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28 de enero de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La última película de Luchy Soto ya que murió de enfermedad en el mismo año en que la hizo y en una interpretación donde se combina su agradable personalidad de siempre con la capacidad interpretativa y la experiencia que tenia ya en el cine puesto que fue estrella desde los primeros años 40. También interviene su marido Luis Peña que era otro magnífico actor de esos que por desgracia son poco conocidos para las nuevas generaciones. La película no le salió a Saura demasiado bien por variadas razones pero sin embargo en ella se pueden hallar las mejores virtudes de este gran cineasta cuya personalidad deslumbrante y sugestiva se palpa en todo momento mediante unos movimientos de cámara de gran elegancia, una dirección de actores admirable y esa sutileza con la que va introduciendonos en ese mundo extraño y abierto a toda clase de interpretaciones que fue la base de la mayoría de sus colaboraciones con Querejeta. Queda patente la admiración de Saura hacia esa canción llamada "Recordar" porque aparte de sonar aquí también suena en otra película fiel a su estilo pero algo inferior a la que se comenta aquí que es "Dulces horas". Volviendo al reparto de "El jardín de las delicias" vuelve a destacar la peculiar fotogenia de Lina Canalejas en una elogiable interpretación. Película muy atractiva para los interesados en el cine de este autor tan especial.
Cromatico
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9 de diciembre de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde la época de su estreno no habíamos vuelto a ver "El jardín de las delicias" de Saura. Película de culto entonces, de esas de "mensaje" que hoy nos dejan completamente fríos.
La cosa va de un poderoso empresario, Antonio (López Vázquez) que yace amnésico en una silla de ruedas como consecuencia de un accidente de automóvil. Sus paseos con la criada por el jardín mientras la familia al completo trata de forzar su memoria con shocks de lo más surrealista, todo para que recuerde la cuenta numerada del banco suizo donde tiene el dinero o la combinación de la caja de caudales.
Formalmente es una película bella, con una magnífica fotografía que cuida con detalle encuadres y planos. Es más un ejercicio estético que cinematográfico, parece tener más importancia la forma que el fondo.
Impecable la actuación de López Vázquez. Sin palabras, solo con gestos o con la expresividad del rostro adivinamos que su personaje fue un auténtico mal bicho antes del accidente. Digno también el resto del reparto.
Claro que con tanta preocupación por el envoltorio, la trama se queda pobre y la obra se vuelve aburrida. Un rollo por momentos, que se salva en escenas como el soliloquio de Luchy (Soto), esposa de Antonio, con el que pasea por el Real Sitio de Aranjuez mientras suena el famoso "Concierto" de Joaquín Rodrigo.
Por lo demás, mueven a la sonrisa quienes todavía quieren ver en este "Jardín" astutos "mensajes" encriptados para superar una censura ... que no tiene el menor inconveniente en dejar pasar escenas chuscas como la representación de la llegada de la República el día de la primera comunión del niño o el disparatado disfraz del abuelo como soldado de Franco.
Vale que el inmovilismo del régimen se refleje en la silla de ruedas, pero es que hasta los chistes de entonces proponían a Franco para el premio Nóbel de Física ... por haber logrado demostrar la inmovilidad del Movimiento.
Vale la crítica a los grandes evasores de capitales, "Suiza-dinero-pesetas", lo mismo que hacen Pedro Lazaga y Tony Leblanc en la comedia "El dinero tiene miedo" estrenada ese mismo año sin tanto aparato ideológico. Hoy, de hecho, se sigue evadiendo el dinero con toda facilidad a los paraísos fiscales, y si no que se lo pregunten a otros Pedros también directores.
El único "mensaje" crítico verdaderamente actual que encontramos en el "Jardín" de Saura es lo relativo a la amnesia del protagonista. Y lo vemos precisamente en la pretendida búsqueda de la Memoria histórica que se hace hoy por medio de una Ley tan parcial y mentirosa que solo busca recordar los penosos sucesos pasados que interesan a la ideología de quienes perpetran esa ley, sepultando en el olvido otros seguramente mucho más penosos que no tienen el menor deseo de recuperar. ¿En qué quedamos, amnesia o magnesia?
En cualquier caso estamos ante una película interesante, que nos encandiló un tanto en su día, pero que no parece tener mucho que ver con el carácter moralizador y pesimista de la obra homónima del Bosco.
Lafuente Estefanía
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