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El lobo detrás de la puerta

Drama. Intriga Una niña es secuestrada. En la comisaría, Sylvia y Bernardo, los padres, y Rosa, principal sospechosa y amante de Bernardo, dan testimonios contradictorios que conducen a los más sombríos rincones del deseo, la mentira y la perversidad en las relaciones de esos tres personajes que acabará con un final terriblemente inesperado. (FILMAFFINITY)
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Críticas 23
Críticas ordenadas por utilidad
12 de septiembre de 2014
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cine bien cuadrado siempre facilitado por los rincones brasileños, pero no quita que ponga en situación en cada momento y que, tras una pista sencilla, busque saturar de sentimientos incontrolables por encima de convertirse en un trabajo policial o un thriller del estilo genérico, es una película sobre amantes en toda su extensión siniestra, cosas de hombres y mujeres llevadas al dolor más allá de lo que ocurra o no ocurra en las camas, una desesperante historia de pasión y discusión, de rencor y acoso con un avance magnífico hacia la atrocidad sobre la desgracia de los desgraciados.

Una firme intención de plasmar la lástima y el odio, que maneja los pocos elementos hacia una obra que borra todo lo mediocre acostumbrado de Hollywood, basada en una adicción que consigue hacer mirar a cada espectador en su interior para encontrar el lobo, ese estímulo del vicio y el pecado se apodera de las personas y provoca la mentira y el desequilibrio, incluso tiene algún momento para soñar, pero sin dudarlo que "El lobo..." es una demencia oscura y agria, más que insoportable es una molestia continua que encuentra un punto original en la pasión y saturación del padre en contraste con la amistad y la ilusión de la madre.

Se consigue asimilar un realismo con cambios de doble aparición en el hogar, va contorneando la silueta del diablo en una pistola de mujer, un arma pequeña y accesible que provoca el mal y desata el dilema de su origen innato o adquirido, dejando zarpazos impuestos por dominios, golpes, cariño, devoción y aborto, algo así como el mal que viene desde dentro y el mal que viene desde fuera que se confrontan en una última cita en la que ese lobo que nos han despertado pide, cual muchedumbre enloquecida de la inquisición, que explote, aunque sea a costa de una menor víctima inocente, el humano siempre pide que rueden cabezas, puede que porque esté mal acostumbrado, pero el mal de los demás sacia el apetito de nuestro lobo interno, y la cuestión es, cuánto de ese lobo nos viene de dentro, y cuánto de fuera.
stikma
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16 de octubre de 2014
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dirigida por Fernando Coimbra, “El lobo detrás de la puerta” es una película sorprendente, especialmente si tenemos en cuenta que se trata del primer largometraje de este director. Como debut, me parece excelente.

Tras un inicio magnífico, que será revisitado desde otro punto de vista al final de la película, y que hará que quieras volver a verla empezar de nuevo, uno tiene la sensación de que el film puede derivar a culebrón de sobremesa, con la historia de un hombre que se echa una amante (“lo normal para un hombre”, como dice Bernardo en la comisaría) y no calcula bien las consecuencias, con lo que el trío resultante se descontrola por el amor, los celos, el sentimiento de culpa, y poco a poco lo que parecía un culebrón se va transformando en thriller claustrofóbico y oscuro, sin apenas darnos cuenta la película se va endureciendo, y termina siendo demoledora.

Me ha gustado bastante el trabajo de Coimbra. No se limita a contar la historia, sino que la explica, la desgrana. De un modo magistral, indaga en la personalidad de los personajes, ninguno de los cuales termina por ser quien aparentaba ser al principio del film, y sobre todo indaga en las relaciones entre ellos, y en los sentimientos que se derivan de ellas.

La película es intrínsecamente fuerte y seca. Creo que precisamente el hecho de estar poco revestida de efectismo la hace más dura. Normalmente este tipo de historias se suelen narrar jugando con la música y tratando de hacer secuencias que pongan nervioso al espectador para llevarle donde quieres, pero Coimbra no hace eso. La desazón del espectador viene precisamente por la naturalidad con que suceden las cosas, de que cosas tan terribles sucedan con esa aparente normalidad. Ese realismo es lo que la hace espeluznante. Obviamente, el hecho de que sepamos que está basada en hechos reales también ayuda, pero aunque no fuera así, la forma en que está narrada me parece tremenda.

Y es que el trabajo del director es espectacular, ya se que le estoy poniendo por las nubes pero es que me ha ganado. Maneja al espectador sin efectismos, simplemente utilizando la iluminación necesaria en cada escena ya consigue el efecto que quiere, cuenta lo que quiere que sepamos, y hace que pensemos lo que quiere que pensemos. Rematando la faena con un final que te deja en la lona.

El trabajo de los actores también es espectacular (algún mérito tendrá Coimbra también en ello), especialmente Leandra Leal y Milhem Cortaz. Sin su brillante interpretación la película no funcionaría tan bien como funciona.

Por ponerle un pero, y que no todo sea leche y miel, diré que no me resulta demasiado creíble la relación tan apasionada que surge entre Bernardo y Rosa. Esa atracción irresistible que parecen sentir ambos no me la termino de creer. Es algo que, con el devenir de la historia, terminas por olvidar, pero en el momento en que se conocen y se lían, no me encaja.

Pero de todas maneras, buena película. Un thriller descarnado narrado de un modo muy acertado. Primero sitúa al espectador en el hecho final (la desaparición de la niña) y luego cuenta la historia en un colosal flashback, logrando de esta manera un suspense que seguramente no habría logrado si contara los hechos de un modo lineal.

Película recomendada, si tienes agallas para verla.

(Lo he conseguido, he escrito sobre esta película sin nombrar “Atracción fatal”)

(Oh, no!)

https://keizzine.wordpress.com/
keizz
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24 de junio de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de nada tengo que empezar diciendo que en mi opinión nos encontramos ante una de las mayores sorpresas que me ha llevado en el cine en los últimos tiempos.

Si bien de inicio todo puede parecer algo convencional, con un secuestro y una infidelidad, la trama va discurriendo por unos meandros que la convierten en un noir de envergadura donde ya solo al final encajamos las piezas de lo que vemos, y donde algunas de las sucuencias son tan brillantes como fuertes y contundentes.

No quiero contar mucho más, solo recomendarla, remarcar las portentosas interpretaciones del triángulo protagonista el perfecto mecanismo de un guion extraordinario, y el enorme mérito que tiene construir algo tan grande y original sobre unas premisas que en principio no lo parecen tanto.
zymu
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19 de julio de 2014
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las razones por las que la gente (o la mayoría de gente) pasa por alto el horóscopo de los periódicos, conciernen seguramente aquella leyenda urbana que dice que el encargado de dicha sección se elige cada día en función de ver cuál es el último periodista en llegar a la redacción. La historia lleva circulando desde hace tiempo como circulan hoy en día las noticias, y aunque hablemos con alguien que no la conozca, lo más seguro es que siga sin confiar demasiado en los consejos con los que cada mañana se despiertan los sagitarios, capricornios, piscis (y demases) del mundo. Huele a camelo, vaya. No demasiado lejos deben andar las páginas de sucesos en el ranking de impopularidad. No es que no nos las creamos, es justamente lo contrario. Es que no soportamos el hedor que desprenden a realidad. Casi siempre con el mismo resultado: lo de cortarse las venas después de la lectura parece la reacción más sensata.

Por alguna extraña razón, con el cine ocurre justo lo contrario. Toda historia basada en hechos reales nos estimula de lo lindo. Nos pone, por no emplear expresiones más malsonantes. El morbo en la gran pantalla es igual de pestilente, pero el olfato no experimenta la misma reacción alérgica. Es el efecto fast food: sabemos que lo que estamos a punto de consumir es, a todos los niveles, altamente perjudicial para nuestra salud, aun así son poquísimos los capaces de resistirse a la tentación de, por lo menos, un bocado. Y venga a hincharnos. Si la cosa va de auto-superación, la compramos, si va de perversiones y degeneraciones varias, ni falta hace decirlo, también. ¿Y si nos prometen mostrarnos lo más bajo, oscuro y despreciable del ser humano? Entonces ya vamos con la misma determinación con la que las moscas van a la mierda. Nunca mejor dicho. Nos amontonamos y nos apuñalamos los unos a los otros para asegurarnos una butaca de privilegio en la sala de cine o, en su defecto, más ancho de banda para que el proceso de descarga no sufra percance alguno.

Poco importa que el camello (no hace falta buscar segundas lecturas, pues no puede haberlas) que nos ofrece un buen chute de esa ''mierda'' sea un absoluto desconocido de pinta más que sospechosa. Aquí se ha venido a consumir: y ya somos mayorcitos, de modo que ya lidiará cada uno, a la mañana siguiente, con los efectos secundarios. De modo que ahí estábamos unos cuantos yonkis, en la 61ª edición del Zinemaldia, en el Kursaal 2 para ser más exactos, refugiándonos del chaparrón que estaba cayendo en la Sección Oficial a Competición. Por suerte, había mucha más calma (y muchísimo mejor tiempo) en las ''secundarias'' Nuev@s Director@s y Horizontes Latinos. En ésta última, un debutante en el largo proveniente de Brasil nos prometía una buena ración de esa droga por la que perdemos tan descaradamente el culo. Celos, amores peligrosos, engaños y, por supuesto, crímenes pasionales. Toma.

En 'El lobo detrás de la puerta', el horror, como indica el título, espera para atacarnos a traición. En esta ocasión, el texto también hace referencia a una historia real, esto es, un terrible suceso que en la década de los sesenta llenó incontables páginas de la prensa amarilla brasilera. Lo que empieza apuntando a volcánica historia culebresca se convierte poco a poco; fragmento a fragmento, en un thriller criminal que se hace más asfixiante a cada paso que da. Algo así como una versión actualizada y sudorosa del clásico de Akira Kurosawa, 'Rashomon'. Con el mal ya hecho, cada involucrado da su propia versión de los hechos. La verdad (y la realidad), como casi siempre, está entre las trincheras de unos y otros. Coimbra exige lo máximo de sus actores y éstos le corresponden con un trabajo a la altura de la terrible naturaleza animal del ser humano, que por supuesto es de una universalidad que asusta. La misma en Rio, en Barcelona y en Tokyo, por ejemplo. ''¿Qué es lo que lleva a una persona a caer en la atrocidad?'', se pregunta Coimbra ''Creo entenderlo... pero de ninguna manera pretendo justificarlo.'' Ni rastro de subrayado, mucho menos de gusto indecente por el detalle morboso. Así da gusto.
reporter
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10 de noviembre de 2014
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una niña ha desaparecido cuando una mujer se hace pasar por una amiga de su madre, pronto comienzan las indagaciones de las autoridades en torno a dicho secuestro, rápidamente dan con Rosa (Leandra Leal), un joven de 25 años que es la amante de Bernardo (Milhem Cortaz) el padre de la niña.

Pelicula brasileña ganadora del premio a Mejor película latinoamericana en el Festival de San Sebastián del año 2013, cuenta con un inicio acelerado pero atrayente, Coimbra no se toma el tiempo de presentar a sus personajes sino que de inmediato se está ante el secuestro, se muestran los padres, los policías y el drama.

Posterior a esto, inician las indagaciones, en este punto el director que es a su vez guionista recurre al flashback como elemento para contar buena parte de su historia, aquí las pulsaciones descienden, el ritmo se apacigua, de una forma más serena se muestran las acciones. Aunque hay dos puntos muy altos de clímax hasta llegar a ese escalofriante cierre que es totalmente un “ojo por ojo”.

El realizador consigue realizar una mezcla interesante de géneros, inicia como un thriller con algo de suspenso, logra incorporar gags que vuelven agradable la visualización, luego entra un romance, un conflicto amoroso, para cerrar de la forma más brutal pensada. En sus 100 minutos logra acuerpar muy bien esto, a sabiendas de que el film lo pudo realizar de una forma totalmente diferente, aunque el impacto de seguro no es el mismo.

Si algo hay que destacar en este largometraje es el elenco, muy bien elegido cada uno, tanto protagonistas como secundarios, sobresale entre ellos Leandra Leal, con una interpretación muy bien realizada, con momentos épicos y con diferentes matices, la contraparte de Cortaz excelente también, un dueto genial. Con poco tiempo en pantalla Antonio Saboia es serio y divertido a la vez.

La película presenta una tremenda vorágine de emociones, del encanto al desencanto, en una sociedad, -representada por un puñado de personajes- como todas traicioneras, codiciosas, de una doble cara total. Una representación cruenta y terrible.
10P24H
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