Jean-François y el sentido de la vida

Con un guion propio, el director Sergi Portabella nos presenta su opera prima, una película que nos descubre la filosofía a través de los libros. Aunque es su primer trabajo en el mundo del largometraje. Sergi ya nos ha presentado varios cortometrajes como “El fin del mundo será en Brasil” y “Te quiero”. La película ha estado presente en el Festival Internacional de cine de Moscú y en el Dafilmfestival de Barcelona.

Cuenta la historia del joven Francesc, que tras descubrir en su escuela en libro de El mito de Sísifo, emprende un viaje hacía París para conocer a su autor, Albert Camus. La película se convierte en una road movie con una estructura narrativa bastante conseguida, donde pretende tocar temas existenciales de la manera más ligera posible e incluso en forma de aventura.

En su aventura por tierras francesa le acompaña una joven, que no tiene muy claro que quiere hacer son su vida. Entre ellos surgirá una buena amistad, y como en casi todas esta películas, cada nuevo personaje que va apareciendo es vital para la construcción de la película. EL joven protagonista no sólo buscara dar sentido a su vida a través del los libros, sino que también está deseando recibir consejos y sugerencias.

Aunque en un principio la cina parece que va a ser una drama, sobre todo porque toca temas muy complejos como el bullying, enseguida todo cambia y se convierte en una comedia con una mirada irónica.

Se ha llegado a decir que en muchos aspectos la película de Portabella se parece a Los Cuatrocientos golpes del gran François Truffaut.

Lo mejor: Las aventuras que viven los dos protagonistas.
Lo peor: Le falta algo más de comedia.

Pueden leer esta crítica con imágenes y contenidos adicionales en: http://www.filmdreams.net

Debuta en el largo  Sergi Portabella después de un premiado curriculum de cortos, con una coproducción hispano-francesa en la que tira de sus recuerdos de adolescencia y los traslada unos años atrás a un chaval de trece años que empieza a descubrir la vida y a preguntarse por su sentido. La puerta se la abre un libro. Portabella recuerda con nostalgia y reivindica la lectura en un mundo actual en el que esta se ve acorralada por las tecnologias donde predomina lo inmediato y lo visual sin apenas tiempo para la reflexión. "El mito de Sísifo" del autor existencialista francés Albert Camus, nada menos viene a dejar su huella en la aún moldeable consciencia de este chico que carece de figura paterna, y está sometido a acoso escolar. La vida es absurda, hay que aceptarla sin vanas esperanzas  y "seguir empujando", liberarse de falsas promesas y si fuera posible disfrutar del amor. No cabe el suicidio.

Tan filosóficos pensamientos los traslada Portabella a una road movie como metáfora de la vida, donde el final que conocemos de antemano no importa sino el viaje en el que descubrirá su primer amor imposible, que le empujará a seguir adelante, que fracasará irremediablemente como casi todos y al igual que Sísifo tendrá que superarlo y volver a empezar. Ahora será "El Castillo" de Kafka el que le impondrá un nuevo reto para incorporarse a la madurez social.

Todo se hace llevadero de la mano y buen pulso del director y guionista que avanza en su historia trufada de peripecias, sin renunciar al humor, en un difícil equilibrio entre lo trascendente y lo banal, entre la realidad y la fábula, que acaba por ser a mi juicio algo tibia y lánguida.  La pareja protagonista solventa con eficacia sus roles y se agradece a la postre la originalidad de la propuesta.

cineziete.wordpress.com

Podría definirla como una ópera prima existencial pero creo y siendo coherente a su contenido y puesta en escena delicadamente simple y con una profunda complejidad interpersonal la tutearía: Como a una Comedia refrescante con pinceladas filosóficas en referencia a Alberto Camus, un existencialista que debatía y reflexionaba sobre la existencia y la vida misma.De una forma informal, didáctica, simple y divertida el director nos plasma a un adolescente inquieto, imaginativo y curioso como una especie de "Alberto Camus adolescente" en la edad del pavo que busca respuestas a sus simples pero profundas reflexiones existenciales. Y si aun me permite que la tutee,como creo que quiere mostrarme el director, le díria que es un soplo de aire fresco a la comedia española con tintes indie.
PD: La filosofía debería ser obligatoria desde la edad infantil, que mejor manera que en la edad del pavo , donde todo son preguntas, para cuestionarnos la existencia, para empezar exprimir nuestra mente crítica en ese viaje, ese road trip de fantasía donde cabe una bebida energética y el sueño de conocer a nuestro Idolo, Alberto Camus y decirle en toda la cara: Que si, que estaba equivocado... Perdone que lo haya tuteado.

Es obvio que “Jean-François y el sentido de la vida” es una película minúscula sin pretensiones, un mero entretenimiento por definición, una comedia de aliento francés liviana, un divertimento sin vocación de trascender. Pero tiene al menos encanto en la modestia de sus pretensiones y en lo infinitesimal de su propuesta. Sergi Portabella, en su estreno en el largo, sigue la senda de la comedia dramática ligera con tono francés para conformar una película pasable que cumple con su único cometido posible, entretener sin más.

Utiliza para ello la excusa de mi género favorito, la road movie, para contar la historia de un niño (interpretado con mucha naturalidad por Max Megías) que sufre acoso escolar y que, huyendo de los compañeros que lo torturan, encuentra en los servicios del colegio un ejemplar de “El mito de Sísifo” de Albert Camus. De pronto descubre en el existencialismo una salida a su ausencia de horizontes vitales y decide fugarse de casa para ir a París a conocer a Camus.

Por el camino, el destino decide que se cruce con Lluna, una chica casi mayor de edad, que interpreta Claudia Vega (inolvidable “Eva” de Kike Maíllo ya con el estirón dado), otra adolescente en fuga, y juntos afrontan tan arduo viaje con destino a París en el que se conocerán y conocerán algo mejor, como es obvio, el sentido de la vida que Francesc buscaba, como toda comedia iniciática que se precie.

Cinta muy modesta, se ve con la misma facilidad que se olvida, pero te deja una sonrisa al menos y demuestra algunos signos de inteligencia en su breve metraje, algo que no se puede decir de la mayoría de las comedias, por desgracia. Humor existencialista para tiempos nihilistas.

Lo cierto es que la portada ya deja bastante que desear y sabemos a lo que nos enfrentamos. Aunque en un principio la cinta parece que va a ser un drama, sobre todo porque toca temas como el bullying, enseguida todo cambia y se convierte en una comedia con una mirada irónica. Pero.....una historia sin pies ni cabeza, sin sentimiento, deberían centrarse más en la película y menos en ellos mismos. No consigue introducirte en ella.

No la recomiendo. Pura aversión de película, como casi todas las que se hacen en Cataluña (allí no tienen talento, solo tienen dinero, y justo se quejan de no tenerlo...) normal que no sepan hacer cine.

El cine tiene que tener alma y esta película no la tiene.